Las curvas siguen dominando el diseño de muebles en 2025, pero con un giro nostálgico. La influencia del siglo XXI cede paso a una reinterpretación de la estética de los años 70 con formas suaves y orgánicas que evocan calidez y sofisticación.
Los sofás presentan asientos bajos en tonos neutros, inspirados en la naturaleza: tierra, arena y mar. Esta conexión con el entorno también se refleja en mesas, escritorios y sillones, todos con esquinas redondeadas y diseños fluidos. En mesas de comedor y sala, las formas cuadradas y rectangulares persisten, pero siempre con bordes suavizados. Se mantiene la tendencia de conjuntos de mesas centrales de diferentes alturas y materiales, creando un juego de texturas acogedor.
En el comedor, la gran revolución es la desaparición de las sillas con patas tradicionales. Ahora, el diseño se centra en bases tipo pedestal tapizadas en tela, creando un monobloque elegante y sofisticado. La uniformidad también predomina: adiós a las sillas de cabecera con brazos, todas las sillas deben ser iguales, con o sin respaldo, según la preferencia del diseño.
El mobiliario de exterior sigue la línea del lujo y confort del interior, trasladando la sofisticación de la sala al jardín. Los camastros y sillones también adoptan formas curvas, con textiles de alta tecnología que permiten disfrutar de terciopelos y tapicerías refinadas al aire libre. Los materiales innovadores garantizan durabilidad, confort y un estilo inigualable.
El minimalismo da paso a una decoración más compleja y cálida. Se priorizan texturas en tapicería, con cojines en distintos tamaños, colores y telas. Los muros también se renuevan con combinaciones de lambrines de madera, tapices vibrantes y azulejos decorativos, reemplazando las paredes lisas y monocromáticas.
