A pesar de que es considerada una de las poperas más dulces de la escena, Taylor Swift fue criticada duramente en su reciente visita a Nueva Zelanda, donde grabó su nuevo videoclip.
De acuerdo con grupos para la protección del medio ambiente, la cantante causó daños a un ave en peligro de extinción, ya que la locación elegida para el video es hogar de las calandrias marinas neozelandesas. Los defensores de los animales acusaron a Swift de violar los permisos que restringen el tránsito de vehículos en la playa Bethells, pues para la filmación se llevaron más de una decena de camionetas 4 x 4. Sin embargo, el equipo de grabación Cherokee Films, negó las acusaciones, ofreció una disculpa y brindó una donación al programa de reproducción de esta especie.