Este 20 de agosto llegó a Netflix la nueva película protagonizada por Jason Momoa e Isabela Merced, ‘Sweet Girl’, una cinta familiar llena de acción con un giro inesperado que te hará no querer despegar la vista de la pantalla ni por un segundo.
La película cuenta la historia de Ray Cooper (Jason Momoa), un padre de familia que ha perdido a su esposa (Adria Arjona) por el cáncer que padecía, luego de que el medicamento que podría salvarla fuera retenido por sobornos a la farmacéutica.
Cooper sabe que su esposa perdió la oportunidad de seguir con él y su hija Rachel (Isabela Merced) debido a los intereses económicos de las farmacéuticas y su falta de ética, así que después de amenazar al directivo de la competencia -quien supuestamente autorizó el pago para retirar el medicamento del mercado- decide investigar a los involucrados.
Un día recibe una llamada que lo cita para darle información sobre los tratos sucios que pasan en la farmacéutica, pero se produce un encuentro mortal que ponen a Ray y Rachel en peligro.
Ahora Ray, al lado de Rachel, emprende de manera más intensa la búsqueda de los culpables que han atacado a su familia, lo que nos embarca como audiencia en un desenlace inesperado con el que podemos conectar fácilmente al identificarnos con el amor de familia.
‘Sweet Girl’ es dirigida por Brian Andrew Mendoza, y además de Jason Momoa e Isabela Merced también cuenta con las participaciones de Justin Bartha, Amy Brenneman, Manuel García-Rulfo, Raza Jaffrey, Lex Scott Davis y Michael Raymond-James.
Lo bueno y lo malo de ‘Sweet Girl’
El cast de ‘Sweet Girl’ es sin duda uno de los mejores aciertos de esta nueva película de Netflix, aunque durante la primera parte podríamos decir que algo falta para que Jason Momoa brille en su totalidad; sin embargo, es algo que se compensa en la segunda parte de la cinta con total justificación. Además de que podemos ver a Isabela Merced como nunca antes demostrando sus mejores habilidades de lucha.
La primera secuencia nos presenta a la familia de manera emotiva, de modo que en cuestión de poco tiempo nos podemos sentir identificados con ellos, sentir su pérdida y conectar con su motivación de venganza. Después el ritmo de la película se queda plano y puede llegar a ser un poco monótono, pero justo cuando está a punto de decaer da un giro inesperado bien planeado que eleva el ritmo y la emoción a su punto máximo para cerrar con fuerza.
Sin duda una cinta perfecta para ver este domingo de maratón en casa.