La actriz Sofía Castro abrió su corazón sobre los momentos más duros de su vida en el podcast La magia del caos, de Aislinn Derbez.
Entre los temas más impactantes habló por primera vez sobre cómo la separación de su madre, Angélica Rivera, del expresidente Enrique Peña Nieto la marcó profundamente, mucho más que el divorcio de sus propios padres.
Sofía, quien tenía una relación cercana con Peña Nieto durante el matrimonio que duró casi una década, admitió que la ruptura la devastó. “Me dolió más el divorcio de Enrique y mi mamá que el de mis papás”, confesó la actriz.
Explicó que se debió a que veía en Enrique a un verdadero padre, ya que habían desarrollado un vínculo emocional fuerte.
La presión mediática y el rol de fortaleza familiar
La actriz recordó lo difícil que fue vivir el proceso frente a los reflectores y cómo las redes sociales se convirtieron en un tormento para ella, al ser “la más expuesta” de su familia.
“Siempre me tocaba dar la cara”, comentó sobre los momentos en los que fue el blanco de los medios, sobre todo cuando se filtraron las primeras imágenes de Peña Nieto junto a Tania Ruiz en Madrid, lo que aumentó la presión sobre su familia.
A pesar de su propio dolor, Sofía asumió un rol de fortaleza para apoyar a su madre, a quien describió como rota emocionalmente tras el divorcio en 2019.
“Yo no podía llorar, tenía que estar con mi mamá y mis hermanas”, recordó, y detalló cómo el acoso mediático y la necesidad de proteger a su familia la llevaron a bloquear sus propios sentimientos.
Una vida bajo escrutinio
Sofía también reflexionó sobre los años que vivió como parte de la familia presidencial, una etapa que, asegura, fue mucho más complicada de lo que se mostraba al público.
“Éramos seis niños que fuimos juzgados y señalados. Sólo el 5% de lo que se dijo era verdad”, afirmó.
Esta situación incluso afectó su carrera, pues asegura que nadie quería relacionarse con la “hija del presidente”.
Finalmente, Sofía se mostró comprensiva con el enojo social que hubo en esa época, pero dejó claro que tanto ella como su familia hicieron lo mejor que pudieron bajo las circunstancias: “No me hago la víctima, entiendo el enojo de las personas”.