Ha hecho una creación única con Aurelio Casillas
Casi afónico, Rafael Amaya deja entrever lo que vive en la cima del éxito como actor protagónico de El señor de los cielos, serie que lo catapultó a la fama y lo colocó en el centro de los reflectores, que unas veces lo alumbran y otras tantas lo dejan en la penumbra.
A sus 39 años, Amaya goza de fama, esa que le ha coqueteado a muchos que caen en sus encantos para terminar en el precipicio. Pero Rafael dice saber dónde está parado, quién es y hacia dónde va.
Las críticas le llueven a cántaros, al igual que los chismes que afirman que su personaje de Aurelio Casillas invadió su vida, algo que el actor niega rotundamente, pues se confirma un profesional de la actuación con 16 años a cuestas.
Cuando iniciaste tu carrera con el personaje de Romualdo Reyes, ¿imaginaste que ibas a llegar tan lejos como actor?
No, la verdad no tenía ni idea.
¿Cuáles eran tus intenciones cuando comenzaste como actor?
Buscar comer, pagar la renta, pero jamás era escalar.
¿Eso te impedía disfrutar de la actuación?
Se me hacía muy fácil, y si eso me daba de comer, entonces me gustaba hacerlo.
Con El señor de los cielos tu vida cambió, ¿cuáles son las diferencias en tu vida antes y después de la serie?
He logrado hacer cosas que antes no podía hacer, que nadie me volteaba a ver. Las grandes diferencias son las económicas y que la gente te voltea a ver más.
Y también te sobran invitaciones a proyectos…
Sí, hay más trabajo, también ahí la gente te voltea a ver más para invitarte a un proyecto.
Ya puedes darte el lujo de decir que no…
Sí.
Aurelio Casillas no fue el primer capo de la droga que interpretaste, pues ya habías hecho el papel de El Güero en La reina del sur; cuando hiciste ese papel, ¿te imaginaste volver a repetir la experiencia?
El Güero Dávila es como uno de quinientos que tiene Aurelio Casillas; él era piloto aviador y hasta ahí llegaba, y Aurelio Casillas era su jefe.
Cuando te ofrecieron el papel de Aurelio Casillas, ¿dudaste en aceptarlo?
No, sabía que era yo el personaje, nunca lo dudé.
¿De qué manera te preparaste para el papel de Aurelio Casillas?
Leí varios libros sobre el tema, como Los señores del narco, Los sicarios, El cártel, y luego me fui a Sinaloa.
¿Qué tanto le aporta Rafael Amaya al personaje de Aurelio Casillas?
Prácticamente todo, porque es mi creación, a eso me dedico, a crear personajes, darles dimensión, voz, mirada, vida, todo, y Aurelio Casillas es mi pequeña creación.
¿Es Aurelio Casillas el mayor reto actoral en tu carrera?
Sí, es el mayor reto.
Después de cuatro temporadas, ¿te ha costado dejar fuera el personaje, sus inquietudes, dejar de pensar como él?
No, porque yo llevo 16 años de trabajo antes de El señor de los cielos, y he tomado talleres, cursos, laboratorios, aprendiendo, y es normal.
¿De qué manera aprovechas los reflectores que te puso “El señor de los cielos”?
Pues trabajando, busco trabajo, y genero y potencializó todo esto.
¿Has pensado qué será de Rafael Amaya después de “El señor de los cielos”, te preocupa no superar el éxito de este personaje?
No, es trabajo, y cuando es trabajo hay que aprovecharlo, es una bendición.
Este tipo de series, películas, novelas, ¿hacen apología del delito?
Nuestro país está sangrando, sufriendo por el narcotráfico, me duele mucho, es una realidad. En todos los noticieros sale, yo cuento cuentos, soy actor, me dedico a crear, a hacer ficción. Los que dan la cara, dicen noticias, los periodistas, eso no es ficción, es realidad. No sé si es apología del narco o no, pero le hacen publicidad. Yo cuento un cuento y entretengo, los que cuentan la verdad de los hechos son ellos, así que si alguien se tiene que preocupar por eso, son ellos, y no nosotros.
En 2011 distintos medios de comunicación firmaron el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia con el objetivo de dimensionar la información referente al combate contra el narcotráfico, ¿estás a favor o en contra de que se hable del tema en los medios?
Es necesario contarle al mundo lo que pasa en tu país, no puedes tapar el sol con un dedo, no puedes decirle mentiras a la gente. Mi labor como actor es mostrar lo que estoy sintiendo y decirlo, plasmar una pintura de lo que sea. Tú como periodista lo redactas y después la gente lo va a leer, es tu responsabilidad y mi responsabilidad, y no nos pueden castrar, es libertad de expresión, no pueden hacer eso.
Y como actor, ¿hasta dónde queda tu responsabilidad, hasta el set?
Queda nada más en el set, no soy político y no me gustaría serlo porque no soy tan insensible, y lo único que me queda es contar las historias tal cual.
En algunas zonas del país la figura del narcotraficante es vista como héroe por lo que aporta a su comunidad, ¿es erróneo ver a un capo de esta forma?
Yo no le diría héroe porque no es un acto heroico lo que hace. Lo que él (Joaquín Guzmán Loera) hizo con su pueblo, el gobierno debería estar haciéndolo. A lo mejor podría ser un acto heroico, pero qué bonito que lo hace y lo siga haciendo mientras pueda, que beneficie a la gente en vez de matarla, de verdad que eso me gusta mucho de él.
¿Hay vidas de los narcotraficantes que son justificables?
No sé, no los conozco, no sé qué hacen en sus casas. Si me preguntas de Aurelio, te lo digo, pero de esos señores no sé nada.
¿La realidad supera la ficción?
Sí, claro. Hay muchas cosas que no sabemos y jamás se deben decir, no queremos que nos pasen cosas.
Es una serie vista por gente de diversas edades, pero en el caso de los niños, ¿hay que tener cuidado?
Claro, la serie no la pueden ver los niños menores de 18 años, y eso es responsabilidad del papá, que se las quite.
Alejado de la actuación, te desarrollas en el ámbito de la moda con tu propia marca de ropa, ¿de dónde sale esta inquietud?
Yo veía las camisas sin etiqueta porque eran vintage y decidí ponerle mis etiquetas.
¿Y te gusta usar texanas y botas?
Me gusta ponérmelas en ocasiones especiales.
¿Qué planes tienes con la marca de ropa?
Vamos a sacar la línea de ropa de mujeres y luego la de niños.
También dirigiste un cortometraje, La hora cero, un guión de Guillermo Arriaga, ¿cómo fue esa experiencia?
La clave de todo es la pre-producción; Guillermo es un perfeccionista.
¿Te dirigirías a ti mismo?
No sé.
¿Te consideras perfeccionista?
Soy obsesivo más bien, me obsesiono mucho.
El año pasado, por esa obsesión tuviste una enorme carga de trabajo, lo cual derivó en una hospitalización…
Mi obsesión por la actuación me llevó a ser Aurelio Casillas, a lo mejor no era el hombre más talentoso, pero sí el más astuto; no es decir qué tanto sepas, sino qué haces con lo que sabes.
¿Y tienes algo en común con Aurelio Casillas?
No, para nada, en lo absoluto.
Vas a hacer una aparición en Queen of the South como Aurelio Casillas, ¿cómo fue hacer el mismo personaje, pero en otra serie?
Pues imagínate, es llegar con las botas, sombrero y hablando inglés; es diferente.
¿Qué otros proyectos tienes en puerta?
Ahorita ninguno.
¿Has aprendido a dosificar el trabajo?
Todavía no, de hecho acabando esto me voy a acostar; quería ir a ver a los leones, pero así como ando, no.
CUESTIÓN DE ESTILO
Comida favorita: Tacos de carne asada
Libro predilecto: El Principito
Películas favoritas: Mad Max, Los Intocables, Casino, Taxi Driver
FRASES
“Sabía que era yo el personaje (Aurelio Casillas), nunca lo dudé”
“Nuestro país está sangrando, sufriendo por el narcotráfico, me duele mucho, es una realidad”
“Es necesario contarle al mundo lo que pasa en tu país, no puedes tapar el sol con un dedo, no puedes decirle mentiras a la gente”