Jacqueline Steiger, quien saltó a la fama en 1996 por su papel como Amanda Thripp en la icónica película Matilda, ahora está lejos del mundo de la actuación y el entretenimiento y se dedica a “sintetizar y organizar rápidamente el conocimiento y luego generar un marco para presentarlo de mejor manera a las personas que necesitan aprenderlo”.
Con sólo 10 años, Steiger se ganó el corazón de millones de espectadores como Amanda, la niña con las icónicas trenzas a la que la temida directora Tronchatoro arrojó, sólo porque su peinado no le gustó.
Su actuación junto a Mara Wilson y el elenco estelar de Matilda, dirigido por Danny DeVito, le valió reconocimiento y cariño del público.
Tras su éxito inicial en Hollywood, Steiger decidió alejarse de los reflectores para enfocarse en su educación. Se graduó con honores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), donde estudió Lingüística y Antropología.
A esto se dedica Jacqueline Steiger
Durante estos años desarrolló una pasión por la educación y la ciencia, áreas en las que ha contribuido significativamente. Ahora está al frente de la empresa Magic Hour Instructional Design.
Aunque se tomó una pausa de la actuación, Steiger nunca dejó atrás su amor por las artes. Regresó por un tiempo al teatro y al cine independiente, participando en diversas producciones y demostrando su versatilidad como actriz. Además ha trabajado detrás de cámaras como productora y escritora.
Más allá de su carrera profesional, Steiger ha sido una defensora activa de diversas causas sociales, involucrándose en iniciativas de educación, salud mental y derechos de los niños.
También ha colaborado con organizaciones sin fines de lucro y utilizado su plataforma para crear conciencia sobre estos temas cruciales.