¡Las barbas llegaron para quedarse! O por lo menos eso demuestra la Pogonofilia, que es el amor e incluso adoración por tener vello facial.
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Esta condición nació con el estilo lumbersexual y el movimiento Movember del 2014, en el que los hombres se dejaban crecer la barba y bigote todo el mes de noviembre para crear conciencia sobre el cáncer de próstata.
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El amor por las barbas creció, convirtiéndose en un rasgo esencial para la apariencia de muchos hombres, quienes cuidan su barba religiosamente.
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Y aunque la barba es algo que fascina a muchas, la pogonofilia ha sido un aspecto negativo para las rasuradoras, quienes registraron una caída de 3.6% debido a esta moda.
«La moda del pelo facial en los hombres ha continuado en 2015, dando lugar nuevamente a desinfladas ventas en los mercados de afeitado y depilación», señala un informe de Mintel, expertos en mercado.