Es una de las periodistas de espectáculos más reconocidas en nuestro país. Con 28 años de trayectoria y casi 15 como columnista de uno de los diarios más leídos de México, Claudia de Icaza es una mujer aguerrida y polémica para muchos, pero para mí, que soy su amigo, una mujer, sí, decidida, auténtica y con un gran corazón. Se considera libre, fuerte y muy analítica. Compartimos una plática muy divertida, aquí algunos fragmentos de su historia:
“Angélica María es una de las actrices y cantantes qué más admiro, de niña la imitaba y no sabes qué bien me salía, Leo”.
Claudia es desde siempre una niña bien, de buena familia, con buenos principios y valores, y aunque es una personalidad con estilo que de entrada puede parecer dura, te abriga con una buena calidez. Su infancia, asegura, fue fantástica, con gratos recuerdos:
“Fuimos cinco mujeres y dos hombres. Me imagino que estaba como en primero o segundo de primaria –ya sabes, Leo, esa etapa en la que todo lo quieres leer–, vivíamos en la colonia Roma, y me acuerdo de un día en el que iba caminando con mi mamá en la calle y de pronto leí en una pared: ‘¡Put%&/$!’. Mi mamá se puso roja, pero qué hacía, ¡eso decía la pared!, jajaja. Tuve unos padres maravillosos. Mi mamá estudió y se recibió como contadora, pero no ejerció. Mi papá fue periodista. Por lo general me llamaban más la atención los juegos de los niños, crecí como marimacha. Era un caso patético porque no era nada femenina, yo golpeaba a los niños, me trepaba a los árboles, en fin; pero un día empezó a fluir mi parte de mujer y fue precioso. Lo más importante que me dieron mis papás fue amor, libertad y reconocimiento, gracias a eso pude ir pisando más fuerte en la vida”.
Pero lo suyo, lo suyo, no era precisamente la escuela: “Sólo me gustaba el recreo, jajaja. No fui aplicada, era muy dispersa. Algo había que desde niña, sin imaginarme a lo que me dedicaría, hizo que me gustara escribir historias. Vengo de una familia de periodistas muy reconocidos por parte de mi papá, y poetas por parte de mi mamá -Amado Nervo fue el hermano de su bisabuela-; entonces la inquietud de escribir la traigo en la sangre, evidentemente no escribo lo que Amado Nervo, que seguro ha de estar revolcándose en su tumba, jajaja. Mi abuela materna, todas las noches me daba un lápiz y un cartón para que me pusiera a inventar lo que me diera la gana. Es más, te puedo enseñar la primera historia que escribí, que era de dos brujitas que se llamaban Trini y Dad, ¡imagínate, Leo!”.
Bien dicen que no somos monedita de oro, y con Claudia de Icaza es muy marcado: o la aman o la odian. Sin embargo: “Cuando las personas se sienten incómodas con tu personalidad es porque tienen una gran inseguridad. Creo que les caí muy mal a muchas personas cuando llegué al periodismo porque llegué con muchos vuelos, pero considero que la cosa era así”.
Muchos piensan que la carrera de Claudia inició justo con el libro que escribió sobre el cantante Luis Miguel: “Ya tenía ocho años de trabajo como periodista antes de ese libro. Muchas personas piensan y han dicho que yo lo escribí para hacerme conocida. Antes de eso ya había publicado el libro de Jorge Negrete y Gloria Marín, un libro de investigación. Que mediáticamente me hice famosa y creé polémica, sí, lo acepto. He escrito seis libros y el único que me da vergüenza es el de Luis Miguel porque en realidad no es una biografía, es una apología de un cantante, en donde te deshaces en halagos”.
Ese personaje que los medios le han creado y del que tal vez ella se ha agarrado, creo, está lejos de su verdadera esencia: “Soy una persona fuerte, pero nunca tiro a matar. Me hubiera gustado poder ser la mujer que muchos dicen que soy, para estar verdaderamente al nivel. He rechazado nueve libros de personajes importantes, pero ojo, es muy fuerte el poder salir a defender un libro si no tienes los argumentos suficientes para hacerlo”.
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