Estoy de manteles largos, queridos lectores, pues este día cumplo un año con esta columna en EstiloDF. ¡Qué rápido se va el tiempo! Trilladísimo, pero en verdad parece que fue ayer cuando se dio a conocer que me incorporaba a esta publicación. Desde entonces, quiero confesarles, soy muy feliz. Gracias, gracias, gracias.
Y para festejarlo, nada mejor que hacerlo entre amigos. Alejandro de la Madrid y yo nos conocimos hace muchos años, cuando Alex hizo la telenovela Locura de amor, y literal, fue una locura, pues su vida cambió vertiginosamente. Sin embargo, toda trayectoria encierra una historia, y ésta es la suya:
“Me encantaba ir a la escuela, poner atención; había una regla: si durante todo el año ibas bien, al final te dejaban hacer lo que quisieras, y yo siempre elegía hacer una obra de teatro. De niño me encantaba armar un personaje, analizar las diferentes personalidades o estudiar a personajes importantes de la historia. Cuando estaba chiquito vi una telenovela que se llamaba Dulce desafío, y era súper fan; curiosamente años después hice el remake de esa historia: Locura de amor”.
Sin imaginarlo, un día de pronto la vida le dio una gran sonrisa: “Yo había hecho Soñadoras en Televisa, pero era alumno 5 (risas); también había hecho mucho teatro. Un día se me dio la oportunidad de entrar al Cefat (Centro de Formación de Actores para la Televisión, de TV Azteca), hasta que en algún momento me habló un amigo para decirme que Roberto Gómez Fernández iba a producir su primera telenovela y que si quería hacer el casting, y ésa fue Locura de amor. Nunca pensé que sería uno de los personajes principales, nunca imaginé que la telenovela iba a ser un éxito y que sería mi trampolín; son de esas cosas que deseas, pero que en realidad no esperas. Después de eso me ligué y me ligué de proyecto en proyecto sin parar”.
Actualmente participa en la segunda temporada de El Señor de los Cielos para la cadena Telemundo, en donde da vida a uno de los personajes buenos, que al final termina siendo del bando de los malos. “Ahí todos son malos; es una cosa muy extraña, así como pasó con La Reina del Sur, la gente está enloquecida con Rafael Amaya, que es el protagonista, y a ver, Leo, El Señor de los Cielos es un narcotraficante, pero resulta que la gente termina amándolo. Yo realizo a uno de los policías y mi personaje es bueno, pero como al final es quien lo atrapa y lo encarcela, para el público terminó siendo el villano”.
Tuvo una infancia, dice, muy divertida y que no cambiaría por nada. “Mi niñez fue increíble, con dos hermanos mayores. Fui un niño muy consentido y ñoñísimo para la escuela; fui muy buen hijo, bien portado, centrado, tranquilo, muy de familia. Primero quería ser pianista, pero la realidad es que siempre quise ser actor”.
Alex ha tenido la oportunidad de probar las mieles del éxito en distintas ocasiones. “El éxito para mí ha sido el trabajo, porque por muy fáciles que se te puedan dar las cosas, si tu trabajo no es bueno, simplemente no prospera. Todo en este medio tiene su magia, Leo, pero lo que más disfruto hacer es teatro. Es lo que me formó, es el lugar en donde empecé y siempre lo extraño, me hace falta”. Sin embargo, también me comparte: “Disfruto mucho mi trabajo porque me divierto. La parte difícil es la espera, pero lo que no soporto es que se confunde mucho entre varios de mis compañeros: que porque sales en la tele te conviertes en una persona con poder, soberbia, o con un ego desorbitado. Leo, no me gustan los actores sangrones, y cada vez tengo menos tolerancia en ese sentido”.
Con 36 años, Alejandro de la Madrid es una personalidad con estilo que se describe a sí mismo como temperamental, sentimental y muy apasionado. Platicamos increíble mientras tomábamos un café en un lugar de la colonia Condesa. Estoy seguro que la entrevista completa te encantará… ¡entra a mi podcast!
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