Lo sabemos, existen miles de brochas de maquillaje y seguramente muchas de nosotras usamos la misma para todo. Pero no te preocupes, estamos a punto de aclarar tus dudas. Te decimos para qué sirve cada brocha y cómo usarlas.
La brocha más pequeña con acabado plano sirve para aplicar el delineador en gel. Toma un poco con la punta de la brocha y deslízalo sobre toda la comisura del párpado, difuminando muy bien y tratando de permanecer lo más cerca que puedas de las pestañas.
La brocha pequeña con punta curva se utiliza para darle color a tus ojos. Toca un par de veces con la punta de la brocha sobre la sombra en polvo, sopla para quitar el exceso y aplica por todo el párpado difuminando perfectamente.
La brocha mediana con punta inclinada es perfecta para aplicar el blush o bronzer, pues da un efecto de alargado y permite expandir el producto exactamente en la zona que quieres, sin que se vea exagerado. Utilízala en los pómulos, nariz y para dar un toque de color en otras zonas de la cara como la barbilla.
La brocha grande y plana es usada para aplicar el maquillaje líquido o base, porque ayuda a expandir perfecto el producto y a que, como un artista, elijas la textura y acabado de tu rostro. Da ligeros toques por toda tu cara para que el maquillaje se fusione en tu piel.
La brocha más grande es la que tiene las cerdas más sueltas, y sirve para aplicar polvo ya sea de maquillaje o traslúcido. Debes de dar un toque sobre el producto y aplicarlo con movimientos que vayan del centro hacia afuera de tu cara.
Claro que existen muchas más brochas, pero si cuentas con estas, podrás maquillarte a la perfección.
