Sin miedo al fracaso, busca abrirse paso en EU
Conscientemente no busca su príncipe azul, pero sabe que la ironía de la vida hace que lo quiera a su lado. Lo que sí hace con todo conocimiento de causa es construir una carrera sólida basada en la preparación y empeño que Paola imprime en cada uno de sus trabajos, no importa si son pequeños o enormes.
Ahora la actriz reside en Los Ángeles, donde busca una mayor preparación como actriz y conseguir nuevos proyectos fuera de México, algo con lo que la artista ha soñado desde hace mucho tiempo.
¿Por qué te mudaste a Los Ángeles?
Si contesto que porque es el “sueño americano” está muy… ¿verdad? Aparte de lo evidente de que todos los actores queremos hacer algo allá, yo soy de frontera, de Tecate, Baja California, crecí con esta influencia fortísima norteamericana, aprendí inglés viendo televisión, viendo Los Simpson. Me fui de México porque me parecía más fácil en ese momento de mi vida. Realmente conocía poco de los actores en nuestro país, no veía telenovelas; fue chistoso cómo la vida me fue llevando por otro rumbo. La vida es sabía, tenía que pasar por todo esto, y también prepararme como actriz y tener estabilidad económica. Es un riesgo grande, conozco muchos actores que se van y nadie se entera porque les da miedo decir, o ir y fracasar, o dicen que sólo se fueron a tomar un curso, cuando realmente están haciendo audiciones. No me da miedo decir que me puede pasar, pero es algo que debía hacer, era uno de mis sueños, tengo la edad y la posibilidad para tomar riesgos, y aunado a eso mi familia está a tres horas en carretera. Estoy en un momento de mi vida súper lindo y me llena el alma porque estoy cerca de mi familia.
¿Crees que en México lo más que puede hacer un actor es protagonizar una telenovela o hacer cine, y eso los orille a buscar oportunidades fuera del país?
Sí, México está creciendo, pero tiene sus limitantes. En televisión protagonizas y hasta ahí, no hay muchas posibilidades en cuanto a guiones, son escasas las propuestas, las buenas historias, y en teatro también; puedes seguir trabajando, pero estás en una zona de confort, ahí nos instalamos muchos actores, y de repente es importante romperla. Ahora que estoy en Los Ángeles me siento como cuando empecé a estudiar actuación, siento que empecé desde cero otra vez; sentir que te debes preparar para conseguir el personaje y tener esos niveles de competencia, elevar tu capacidad y aprender más, es importante para los actores.
¿Qué te gustaría hacer: cine, teatro, una serie?
Creo que una serie es lo que más me gustaría, me encantan las series estadounidenses, la profundidad de personajes a la que puedes llegar como actor no se logra en el cine; cuando haces una serie con 10 temporadas, imagínate los personajes que puedes llegar a hacer. Los norteamericanos son expertos en escribir series, creo que ellos son los maestros y por eso me encantaría. En México se están empezando a hacer algunas, pero todavía están muy tropicalizadas.
¿Sigues alguna serie?
Terminé de ver la primera temporada de Orange is the new black; ahorita no quiero ver ninguna otra porque son totalmente adictivas y quitan mucho tiempo, en estos momentos deseo enfocarme en prepararme y estudiar.
¿Cómo fue tu experiencia en la película “Dariela los martes”?
Es un proyecto distinto a los que he hecho, fue como un experimento. Mauricio Valle me llamó y me dijo que quería hacer una película en donde estuviera más viva, que no estuviéramos atados a un guión. Nos fuimos a filmar a Nueva York, a París, pero sólo éramos nosotros, sin pretensiones; en cada país teníamos un fotógrafo distinto, iluminación natural, nadie se daba cuenta de que estábamos filmando; fue una experiencia maravillosa, hay mucha improvisación en la película.
¿Es una antihistoria de amor?
Es un poco una antihistoria, pero finalmente es la historia de cómo vivimos realmente una relación, cómo nos enamoramos, no todos, pero sí muchos hoy en día. Más que la antihistoria es el amor en tiempo real, cómo sucede, es el romanticismo en estos días, es la anticomedia romántica. Tiene momentos súper románticos que tampoco fueron preparados, se dieron, surgieron de manera orgánica de una parte muy ingenua e infantil, algo que todos tenemos. Yo me considero cero romántica, y son los momentos que más gustan de la película.
¿Qué no te agrada de las comedias románticas?
El chip Disney, ése que traemos en la sangre y es como una programación genética. Por más que desees ser esta mujer fuerte, independiente, autosuficiente, poderosa, que sí lo somos, pero no nos podemos deshacer del chip Disney, entonces se volvió como una contradicción en la psicología de la mujer porque por un lado quieres ser todo lo anterior, pero por el otro sueñas con ser la más romántica, de cosas estúpidas que has visto en las comedias, cosas estúpidas, pero que en algún momento sí lo sueñas. Es algo que nos hace sufrir al final porque como mujeres independientes y autosuficientes sufrimos cuando no tenemos esta parte romántica porque estamos rechazando todo lo que tenga que ver con el príncipe azul y el vivieron felices por siempre. Pienso que Disney nos ha traído consecuencias negativas en la adultez, su idea del amor es ridícula e inverosímil. Como mujer, lo que nos dicen es que eres feliz a partir de un hombre, todas las historias se terminan cuando se casan, y no vemos lo que sucede después.
¿Crees en el príncipe azul y el vivieron felices por siempre?
No creo en el vivieron felices por siempre, y quiero pensar que no creo en el príncipe azul, pero es algo que ya traigo en la sangre, y aunque diga que no, lo busco, es ridículo.
¿Qué te gustó de “Reina de corazones”?
Me gustó estar en una telenovela donde había mucha acción y rompía los esquemas del melodrama; además había muchos otros ingredientes de misterio y la gente debía pensar un poquito más. Reina de corazones no es para todo el púbico que ve telenovelas, es para cierta gente. En Telemundo las telenovelas son distintas y el target es mucho como de latino en Estados Unidos con otra idiosincrasia.
Y como productora, ¿cómo te sientes?
Es interesante porque siempre quise producir para contar las historias que quería contar, pues como actor de repente te sientes limitado, no entiendes por qué el productor hace lo que hace, siempre te quedas con la sensación de haberlo podido hacer de otra manera. Decidimos producir para controlar nuestra pastorela y fue una experiencia muy padre, empezamos con cosas muy comerciales y terminamos con proyectos nada comerciales, y me di cuenta que eso quería hacer; la obra que estoy produciendo ahora es Sumergibles, y sorpresivamente nos ha ido muy bien porque se ha abierto camino por donde ha querido, son de esas historias que van solas. Aprendí a ser más tolerante por la responsabilidad que tengo, y como actor no siempre entiendes las decisiones que se toman. Quiero pensar que todo esto me hizo mejor actriz.
Ahora que estás en Estados Unidos, ¿con qué director te gustaría trabajar?
Con los hermanos Coen y con Quentin Tarantino, soy fan de sus películas desde hace mucho.
¿Ser actriz y estar ante los reflectores conlleva una responsabilidad social?
Es la pregunta más interesante que me han hecho porque la gente te dice: “Querías ser actriz, ¿no?”. Cuando sucede algo malo o no la pasas bien, siempre te dicen eso, y cuando te pasa algo con un fan que se vuelve loco y de repente te está stalkeando y ya no te sientes bien y quieres hacer cosas para sentirte más seguro, también te dicen: “Pero querías ser actriz”, como si todo esto fuera parte y debes aguantar la parte negativa. El público de repente un día te quiere y otro día te odia. Siento que mi única responsabilidad como actriz hacia el público es darles verdad, darles lo mejor de mí como actriz; responsabilidad social la tenemos todos. Si yo tengo la capacidad de difundir porque tengo la cámara, de hablar de una fundación, de exponer algo, ésa es nuestra responsabilidad, por eso de repente soy vocera. Es importante que los actores y las personas públicas tengamos algo más allá, una labor social, que seamos altruistas, eso es importante para difundir mensajes, tenemos la ventaja de la convocatoria de prensa.
¿Te gustaría involucrarte en el activismo social como lo han hecho Daniel Giménez Cacho o María Rojo?
No soy así, no me considero una líder de opinión, eso se lo dejo a las personas que les gusta y les agrada también la política, además tienen la inteligencia para hacerlo. Yo también debo darme cuenta para qué soy buena y para qué soy mala. Hablar a la cámara y dar mi punto de vista sobre el país no me parece interesante a mí, por lo tanto siento que no le va a parecer interesante a nadie, no quiere decir que no me importe o que no haga nada al respecto, simplemente no me gusta compartir esa parte.
¿Cuál es el sello, la esencia de Paola Núñez?
Creo que los personajes se forjan a partir de lo que tú eres como persona, desde el casting, cuando te eligen, es porque algo les gustó de ti, ya sea algo físico o de tu personalidad; pienso que a las mujeres que interpreto les imprimo fuerza, me considero una mujer con carácter fuerte, con ideas claras, apasionada, independiente y digo las cosas como las pienso; me gusta que las mujeres que interpreto sean así, tener una parte muy masculina.
CUESTIÓN DE ESTILO
Nombre: Paola Núñez Rivas.
Fecha de nacimiento: 8 abril de 1985.
Lugar de nacimiento: Tecate, Baja California.
Cine: El cumple de la abuela, Cien años de perdón, Detrás del poder, Deseo, Los inadaptados, Depositarios, Sin ella, Tres piezas de amor en un fin de semana, Ver, oír y callar.
Teatro: Un, dos, tres por mí y por todos mis amores, Rainman, Las princesas y sus príncipes, El graduado, La enfermedad de la juventud, Cinco mujeres usando el mismo vestido.
Televisión: Reina de corazones, Destino, Pasión morena, Mientras haya vida, Amor en custodia, Lo que callamos las mujeres, Mirada de mujer, el regreso, Miss Carrusel, Tan infinito como el desierto, Las Juanas, Súbete a mi moto, Como en el cine.
Producción: Sumergibles, La última sesión de Freud, Vaselina, Aladino.