Al inicio de su carrera, la actriz Sarah Jessica Parker no tuvo el toque glamoroso que todos creían que tuvo desde que nació, a decir verdad, tenía un look muy desalineado y poco combinable, pero siempre con la misma personalidad: la de ella misma.
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En su etapa de adolescencia y pasando la década de los años 80, Sarah Jessica se vio envuelta en la moda de aquella época; el cabello abultado al máximo, mucho maquillaje, calcetines en los tobillos y lo más importante, fue cuando decidió decolorar su cabello a un rubio.
Poco a poco el buen gusto de Parker se fue asomando hasta ganar terreno, en algún momento la consideraron la más sexy de la Alfombra Roja, ya para los años 90 por fin entraría a la serie de televisión ‘Sex and The City’, donde gracias a Patricia Field podemos tener a la Sarah glamorosa de hoy en día.
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Esta actriz es de las pocas que ha envejecido con gracia, pues no se ha querido someter a ningún tratamiento estético. Sigue siendo la chica neoyorquina de siempre, sólo que más madura y con más estilo.