La muestra “Obsesión Infitinita” de Yayoi Kusama, fue una de las más exitosas de la historia al atraer al Museo Tamayo a más de 320 mil visitantes en sólo cuatro meses.
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Muchas fueron las fotografías que los visitantes capturaron sobre la muestra, los perfiles de las redes sociales se llenaron de puntos de colores que son la constante en la obra de Kusama, sin embargo algunas de las fotografías generaron críticas por dañar una de las obras.
Las fotos de algunos jóvenes recostados sobre la instalación “Sala de Espejos infinito- Campo de falos” han indignado a los amantes del arte contemporáneo quienes alegan que esas personas “demostraron su ignorancia y falta de educación y respeto”.
En esa parte de la muestra los visitantes podían permanecer 20 segundos a puerta cerrada y sin la compañía de ningún vigilante, momento que aprovecharon para recostarse sobre los objetos que representaban falos y fotografiarse, lo cual estaba prohibido.
Pese a las críticas que han generado, las fotografías siguen visibles en las redes sociales, algunos han cambiado la privacidad de su perfil, otros siguen exhibiéndolas y respondiendo de manera sarcástica o agresiva a quienes los critican.
Y en medio de ese furor y moda la exposición recibió a muchas personas que no eran precisamente conocedoras del mundo del arte, algunos visitantes acudieron movidos sólo por la expectación generada en las redes sociales, ¿o será sólo una forma «original» de registrar la visita?