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Ana Serradilla, gran actriz, bella persona

por: Rodrigo Araiza

En vísperas de su cumpleaños número 36, la talentosa actriz Ana Serradilla se encuentra en uno de los momentos más plenos de su vida tanto profesional como personal. Con proyectos como La viuda negra, que le ha dado fama internacional, Ana se sabe capaz de enfrentar cualquier reto actoral.

En conversación con EstiloDF, la actriz confiesa la aventura de hacer un personaje tan lejano a ella como el de la narcotraficante Griselda Blanco, además nos comparte su amor por el dibujo y la pintura, hobbies que la llevaron a estudiar Diseño Gráfico, mismo que abandonó al no sentirse a gusto.

¿Qué te dejó “La viuda negra”?

Tenía más de siete años de no hacer un proyecto tan largo, son más de 80 capítulos, más que una serie parece una teleserie, y es como una especie de regreso. Además fue un reto bastante fuerte: implicó irme a Colombia, interpretar a un personaje de una nacionalidad diferente a la mía, manejar un acento colombiano, hablar de un tema muy ajeno a mí… No tenía idea de quién era Griselda Blanco, no estaba empapada de toda la cuestión del narcotráfico, no sabía más de lo que veía en las noticias, y sabemos que nos afecta como país y ciudadanos, pero hasta ahí. Como actriz fue un reto muy fuerte que me dejó una experiencia fascinante.

¿Cómo llegó el papel a tus manos?

Me lo ofreció directamente RTI, la productora de Colombia; ya tenían bastante tiempo queriendo trabajar conmigo, se los agradezco mucho, siempre confiaron en mí; nunca se nos había podido dar hasta que llegó este proyecto, que fue un éxito en Estados Unidos.

¿Dudaste?

Sí, cuando me lo ofrecieron yo no sabía quién era Griselda Blanco. Me metí a investigar, y ni al caso: es colombiana, nuestras características físicas son muy distintas y me parecía que estaba un poco fuera de casting, por eso automáticamente les dije que no era para mí; uno debe reconocer cuando los personajes son para uno y cuándo no. Pero me dijeron que era una versión libre de la vida de Griselda Blanco, y bueno, ya no le estaba faltando el respeto a una historia así y me podía dar la licencia de hacer un personaje que me retara, que me hiciera salir de mi zona de confort, que fuera de otra nacionalidad, que fuera el reto del acento. Tuve poco tiempo para prepararlo y ha sido uno de los personajes más importantes que he hecho en mi carrera en televisión.

¿Qué otros retos implicó?

La serie abarca los años 70, 80 y 90, hubo muchos cambios para ver la diferencia en las épocas; tuve que grabar bastante tiempo en la cárcel, fue pesado y desgastante; además fue complicado el manejo de armas.

¿Qué te sorprendió de la historia de Griselda Blanco?

Además de todo lo que hizo y de ser una mujer pionera en el negocio de la droga, que generalmente es de hombres, me sorprendió muchísimo que se habla de Pablo Escobar, pero nada de ella, siendo que fue quien ingresó al capo colombiano a este negocio. Griselda Blanco metió la droga a Estados Unidos, inventó maneras muy ingeniosas de hacerlo, era una mujer genio, manipuladora; mató a mucha gente, era un ser humano perverso, también la llamaban La Madrina, y creo que tenía una obsesión con la película El Padrino, a tal grado que a uno de sus hijos le puso Michael Corleone.

¿Crees que este tipo de historias, llevadas al cine, a la televisión o a los libros, son una apología del delito?

Es un tema delicado que se debe tratar con mucho cuidado porque es un problema real; se debe tocar de manera responsable, pero obviamente no deja de ser ficción y no se puede subestimar al espectador; finalmente él sabe escoger entre el bien y el mal, y va a ser decisión de cada quien por dónde lleva su vida. Yo me enfocaría más en qué educación le damos como padres a nuestros hijos, qué viven en el núcleo familiar, en las escuelas, qué ven en su día a día; eso les forja el carácter para ver cualquier película estadounidense, que a veces es peor que muchas de nuestros narcotraficantes, las cuales también contienen demasiada violencia y agresión. Pero todo depende de cómo manejas la información que se te da, y el ser humano debe tener la capacidad de hacerlo de la mejor manera. Hay personas con cierta predisposición y no necesitan ver una serie o una película para hacer cosas terribles. Nosotros reflejamos la realidad que vivimos de manera responsable; en ningún momento sugerimos que la vida de estas personas es maravillosa y envidiable, al contrario, mostramos que viven un día a día bastante terrible.

¿El actor es un mediador entre la realidad y la ficción?

Somos un filtro de emociones; nuestro cuerpo, que es nuestra herramienta de trabajo, es el filtro para transformar e interpretar esa realidad en ficción.

¿Vives en México?

Sí. Nombre: Ana Isabel Serradilla García. Fecha de nacimiento: 9 de agosto de 1978. Lugar de nacimiento: Ciudad de México. Cine: Luna escondida, Pastorela, La otra familia, Los inadaptados, All inclusive, Déficit, Un mundo raro, Cansada de besar sapos, Sexo, amor y otras perversiones, El duende del reloj. Teatro: La Venus de las pieles. Televisión: La viuda negra, Campeones la de vida, Cuando seas mía, Las Juanas, Alguien más, Drenaje profundo, Deseo profundo, Amas de casa desesperadas, Línea nocturna, El poder del amor.

¿Qué te provoca la situación de inseguridad que hay en el país?

Ha habido etapas en el país con zonas en las que de pronto uno no puede ni salir de su casa. En México viví un momento de violencia en el que me asaltaron, se llevaron muchas de mis cosas y secuestraron a mi perra; fueron momentos duros, y automáticamente quieres irte, te da miedo seguir en un país donde no te sientes seguro, donde no hay justicia, donde es la ley del que tiene más dinero o conectes. De pronto vivir así es complicado, pero amo México y he logrado rodearme de un entorno donde me siento segura; cada que puedo escaparme me voy a Tulum, a una casa autosustentable que construí allá. Pero ahora sí que aquí nos tocó vivir, debemos ser responsables, y como ciudadanos hacer lo que está dentro de uno para poder funcionar lo mejor posible con uno y con el prójimo.

¿Cómo eliges tus proyectos?

Primero es la historia, que te atrape; después es con quién la voy a contar, quién me la va a dirigir, quién la va a fotografiar, cómo se va a contar esa historia.

¿Ya tienes planes para cine?

Con mi productora Lumbrera Films intento levantar un proyecto que se llama Justicia, el cual se basa en una novela de Gerardo Laveaga que habla precisamente de México. Él hace una adaptación cinematográfica, lleva esta historia al cine; eso me tiene emocionada, aunque apenas estoy en el proceso de terminar de afinar los detalles del guión.

¿Hay apoyo a la industria cinematográfica en México?

Sí, pero podría haber mucho más, no es suficiente el que existe, varios proyectos quedan desamparados, hay para muy poquitos, siempre se podría dar más. También es necesario que las ganancias se distribuyan de manera más justa porque siempre quedan en distribución, exhibición, y la gente que se parte el lomo sólo obtiene una parte pequeña.

¿Tienes otra faceta artística además de la actoral?

El dibujo y la pintura, lo hago en mis tiempos libres.

Estudiaste Diseño Gráfico…

Sí, de ahí me quedó el gusto. Desde chica me atrajeron el dibujo y la pintura, y erróneamente decidí estudiar Diseño Gráfico; cuando entré a la carrera sólo me gustaban las materias de dibujo y fotografía; cuando me metí en las cuestiones de diseño, dije: “De aquí no soy”.

¿Te gustaría hacerlo de manera profesional?

Lo hago como hobby, no me considero ni tan buena dibujante ni pintora como para hacerlo de manera profesional; lo hago como una expresión artística de mí, ni siquiera tengo el menor interés de mostrarlo, me daría como vergüenza.

Al inicio de tu carrera te planteaste metas, ¿se han cumplido?

Nunca debes decir que se han cumplido porque cuando crees que llegaste a la cima, en ese momento te vas directito al piso. En la actuación no puedes decir “ya llegué” porque debes estar en constante crecimiento y aprendizaje. No te puedes confiar, siempre hay que querer más, siempre hay mucho por aprender: personajes, culturas, etcétera.

¿Con qué sueñas?

Trato de no construir castillos en el aire y vivir más el día a día, de tal suerte que si las cosas no salen como uno quiere, no te sientes frustrado; con sentirme plena, tener paz interior, lograr ser coherente y congruente con mis objetivos y convicciones, con eso voy logrando lo que quiero.

De no haber sido actriz, ¿qué te hubiera gustado ser?

Me gusta la cuestión de la pintura, y de niña era muy deportista, yo quería ser clavadista, me hubiera encantado; me interesa también la psicología.

¿Cuál es la mayor satisfacción que te ha dejado ser actriz?

Que a veces, sin darte cuenta, a través de los personajes le puedes cambiar la vida a alguien, eso no tiene precio. Cuando alguien se acerca y te dice: “Gracias a ti, mi hija salió de una adicción o de un problema”, es fascinante. Si puedes poner un granito de arena para ayudar a alguien, es maravilloso.

CUESTIÓN DE ESTILO

Nombre: Ana Isabel Serradilla García.

Fecha de nacimiento: 9 de agosto de 1978.

Lugar de nacimiento: Ciudad de México.

Cine: Luna escondida, Pastorela, La otra familia, Los inadaptados, All inclusive, Déficit, Un mundo raro, Cansada de besar sapos, Sexo, amor y otras perversiones, El duende del reloj.

Teatro: La Venus de las pieles.

Televisión: La viuda negra, Campeones la de vida, Cuando seas mía, Las Juanas, Alguien más, Drenaje profundo, Deseo profundo, Amas de casa desesperadas, Línea nocturna, El poder del amor.

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