Comparten escena en la obra La llamada
Doy unos pasos hacia la habitación donde el ruido de la secadora de pelo es protagonista, y pese a ello distingo dos voces femeninas. Una es de Tessa Ia (TI) y la otra de Natasha Dupeyrón (ND), quienes gracias a su participación en la puesta en escena La llamada, se han vuelto las mejores amigas y están listas para realizar travesuras en sus papeles de Susana y María.
En la trama las dos jóvenes serán enviadas a un campamento cristiano llamado La Brújula, donde una monja recién llegada querrá salvar a todos con su canción “Viviremos firmes en la fe”.
En tanto, Milagros, una novicia con dudas, recodará lo mucho que le gustaba Maná. Susana y María, quienes son fanáticas de los ritmos latinos, serán castigadas.
A sus vidas llegará un Dios cool que, a través de temas de Whitney Houston, hará vibrar a los espectadores para encaminarlos hacia su felicidad, que nada tiene que ver con la religión, pues esta obra, original de Woody Allen y que se basa en el montaje original Central Park West, tiene mucho rock.
La llamada es un musical sobre la fe que, con una banda de rock en vivo, narra el paso de la adolescencia a la madurez y da un recorrido por temas como la amistad, el despertar, el derecho a cambiar y el ser uno mismo.
El elenco de esta comedia, ganadora de diversos premios, se complementa con la reconocida primera actriz Laura Zapata, la joven Alexis de Anda y el músico y cantante Mario Pintor, quien está de regreso en los escenarios.
Inician temporada con La llamada, ¿cómo fue el proceso de creación?
ND: ¡Muy bien!, los ensayos fueron pesados, pero divertidos y productivos. Estamos cansadas, pero llenas de alegría. Disfrutamos poco a poco cada uno de los procesos en los que nos involucramos.
TI: Hubo ensayos de actuación, canto y baile, eran sesiones de 12 horas sin parar; era como ir al gimnasio y levantarte adolorida, pero decir “ahí vamos de nuevo”. Fue difícil adaptarse al escenario, pero poco a poco nos fuimos metiendo más al teatro. Con el solo hecho de llegar al lugar te cambia la energía, porque estar ahí te hace proyectar cosas positivas, y todo lo que hiciste en el cuartillo chiquito de ensayos se va a lo grande. Estamos en el mejor momento por ahora.
Además de actuar, ¿están listas para cantar?
ND: Estamos listas… lo importante es transmitir sensaciones.
TI: ¿Sabes?, es como si fuera un juego; en cada nivel al que llegas debes agregarle un par de retos para alcanzar el siguiente, así es el teatro musical.
Sus personajes, María y Susana, ¿hacen buena mancuerna como en la vida real?
ND: Son dos amigas que están en un campamento, donde fueron internadas por sus padres. Mi personaje es María Casado y le encantan el reggaeton y el desastre, pero de pronto se le aparece Dios y su vida cambia completamente. Ella lidia con lo que le sucede en esos momentos, y a pesar de ser una chica reventada jamás pidió vivir cosas como las que enfrenta ahora, pero así le tocó, entonces con la llegada de Dios a su vida se crea un conflicto bastante grande.
TI: Mi personaje es Susana Romero, a quien también le encantan el reggaeton, la fiesta y el alcohol; es una bomba. A lo largo de la obra se distancia de su mejor amiga, que es lo que más le importa en la vida, y empieza a encontrarse con ella misma. Juntas son dinamita.
Ambas son jóvenes, por lo que no están muy alejadas del contexto de sus personajes, ¿dónde radica el reto actoral, tiene que ver con el canto?
ND: El reto con los personajes es más bien saber llegar a lo más natural de ellos, a su estado más real. Los personajes los conocemos porque hemos visto videos de la puesta en escena en España, sin embargo, es difícil descubrir lo que pasa en el fondo de cada una; creo que se trata de ir perdiendo el miedo y dejarnos llevar, justo como nos lo señala el mismo montaje. Sí vamos a hacer reír y divertir al público, pero también vamos a ofrecerles algo más que risas.
En La llamada, el personaje de Dios es trazado como una figura cool y rockera…
ND: De entrada Dios está increíble, ¡aparte canta, que te mueres, yo ya necesitaba un Dios así!
TI: Dios tiene la esencia que todas las actrices necesitamos, entonces está genial que alguien como él se integre, y marcha perfecto. Durante toda la obra hay una banda en vivo y un espíritu muy divertido que te dice ser quien eres. Hay mucho baile, todo es desmadre total, y de repente se les aparece Dios y les cambia la vida. Al final todos reciben un mensaje.
¿Cómo conjuntar a Dios y al rock sin afectar a quienes se rigen por una religión?
ND: El mensaje del montaje va más hacia la aceptación que a la religión. La música y el baile son en resumen el amor; Dios es todo aquello a lo que tú le das amor. Es una obra donde hay un Dios y dos monjas, mas no te decimos: “Cree en esto o no hagas aquello, ni mucho menos persígnate cuando te despiertes y antes de dormir”. No es el tipo de mensaje que se busca dar, se trata de decir: “Dios es lo que te haga feliz”. No hablamos de religión, pero sí hay un tema de amor, de liberación, aceptación, búsqueda de identidad, y rock and roll, jajaja.
Con mucha dosis de Whitney Houston, ¿no?
ND: ¡Sí!, hay canciones populares de Whitney. Más que cantar, cada tema se tratará de sentir. Los personajes cantan, pero si en algún momento de la historia se les quiebra la voz o están tristes, deben transmitir más que una buena nota de voz, porque lo normal y natural es lo que se está viviendo en la historia.
Un musical cada vez es más común en México, ¿creen que el teatro va por buen camino?
TI: Hay buen teatro en México, lo que pasa es que no estamos acostumbrados a ir, llevamos una rutina muy básica. Vivimos muy estresados por el tráfico y miles de actividades más, hay muchas circunstancias que nos impiden ser más libres. Por eso es hermoso cuando llegas a una obra de teatro que te haga sentir tanto como lo hace La llamada. La finalidad de un actor es que salgas agradecido e inspirado en retomar actividades que dejaste años atrás, o bien que en tu mente haya nuevos deseos.
¿Qué aprendizaje les deja La llamada?
ND: Nos cuesta trabajo aceptar lo que somos, y estos personajes nos lo piden mucho. Hay una vibra increíble que es difícil de encontrar, estamos todo el tiempo ahí, somos como una familia, y eso es lo mejor.
Tessa, con Después de Lucía y luego con una campaña que habla de la seguridad de las niñas, te has comprometido con este tema, ¿ha cambiado tu perspectiva?
Sí, totalmente. Me llamó mucho la atención cada mensaje porque me hubiese gustado verlo cuando era más chica y tener una voz omnipresente que me dijera que lo que hacía estaba bien y como niña era perfecto. Me hubiera encantado no sentir que no era lo correcto, como nos pasa a muchas niñas, de eso habla la campaña Always. Mi hermana ahora está por entrar a esa etapa y no me gustaría verla dudar, quiero que ella tenga bastante seguridad en lo que hace.
CUESTIÓN DE ESTILO
Natasha Dupeyrón
Estilo a la hora de vestir: «Me gustan los colores negros, jeans y una chamarra de piel; soy muy básica».
Sus básicos en el guardarropa: Jeans negros, chamarra de piel, medias negras y unos Converse.
Accesorios favoritos: «Las donas para el cabello me sacan del apuro».
Película predilecta: «Cenicienta, por siempre».
Libro favorito: Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago.
Lugar para vacacionar: «No hay un lugar específico, me gusta encerrarme en mi casa, ese es mi descanso».
TESSA IA
Estilo a la hora de vestir: «Me gusta mucho usar el color negro, me siento cómoda con él; a veces me agrada mezclar por texturas, más que por colores; soy cambiante».
Sus básicos en el guardarropa: Jeans negros, chamarra de piel, medias negras, «son mi must».
Accesorios favoritos: Un collar sencillo o un anillo.
Película predilecta: Buffalo ’66, de Vincent Gallo.
Libro favorito: La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera.
Lugar para vacacionar: «Holbox, lo extraño cada que pienso en él».
FRASES
“El reto con los personajes es más bien saber llegar a lo más natural de ellos, a su estado más real” ND
“El mensaje del montaje va más hacia la aceptación que a la religión. La música y el baile son en resumen el amor” ND
“Hay mucho baile, todo es desmadre total, y de repente se les aparece Dios y les cambia la vida. Al final todos reciben un mensaje” TI
“Hay buen teatro en México, lo que pasa es que no estamos acostumbrados a ir, llevamos una rutina muy básica” TI