El saber que tendrá que acordarse de su mamá más tiempo del que la conoció es algo que tiene traumada a Minnie West y que la ha llevado a la depresión. Incluso a internarse en un psiquiátrico para poder afrontar su duelo.
La actriz y productora habló con Aislinn Derbez en su podcast “La magia del caos” sobre la difícil situación que vive desde que vio morir a su madre Amparín Serrano, creadora de la línea de juguetes Distroller.
Si de algo se arrepiente Minnie es de haber pasado los últimos dos años de la vida de su madre en depresión por terminar una relación. Lo ve cómo un luto innecesario. Por más de seis años, la actriz fue novia de Alejandro Speitzer.
“No hay nada más obsoleto que estar de luto por alguien que sigue vivo, sea un amigo o un exnovio, porque eso se puede arreglar, ya que están vivos, lo que no puedes arreglar es la muerte. Te hace poner en perspectiva muchísimas cosas”, confesó.
Minnie dijo que él fue quien decidió ya no seguir con la relación, por lo que le generó muchas inseguridades sobre su valor como mujer. Así que se negó a verlo o a saber de él.
“Me pegó tanto porque estaba chiquita, no me lo esperaba en mi vida (terminar), yo ya veía mi vida hecha y cuando pasó, mi cerebro no hacía clic, y obviamente fue mediático.
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“Te sientes menos, no eres suficiente. Te da en el ego y te cuestionas cosas sobre ti misma, sobre qué problema tengas, por qué no soy una persona que se merece este amor, por así decirlo”, contó.
Cuando pasó lo de su mamá sintió ganas de querer verlo, porque durante esos seis años él también vivió con Amparín; entonces, al platicarlo con alguien que sabía perfecto cómo era su relación, aunque fuera su ex, le daba mucha paz a Minnie.
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“Lo vi, hablé con él y me ayudó cañón. Me recordaba ciertas cosas de mi mamá o que yo tenía con ella”, por lo que le agradeció.
Después de Alejandro tuvo otro novio que, reconoció, fue la persona que más le ayudó, porque estaba ahí y a veces no le tenía que decir nada, pero sabía que estaba para ella.
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Minnie afirmó que ya no vive la vida igual, ni la vivirá, y lo comparó como encontrarte con Leonardo DiCaprio y tener gastritis; es decir, no la disfrutas igual.
“Yo daría todo porque no hubiera pasado eso (…) La falta que me hace mi mamá no creo que se llene con nada, pero el estar con mi familia, con mis amigos y mis terapias, eso me ayuda bastante”, señaló.
Lo que realmente pasó
Minnie West compartió que su madre se cayó de un balcón de su casa que no tenía barandal, porque lo estaban arreglando. Las únicas que lo vieron fueron ella y su sobrina de cinco años.
“Me bajé corriendo, llegó mi hermana, tuve que hacer básicamente todo, entré a agarrarle la cabeza con sangre con un trapo, llamé al 911 y luego a las personas que me ayudaron a encontrar una ambulancia”, dijo. Sin embargo, cuando llegó la ambulancia, Amparín ya había fallecido.
“La muerte de mi mamá se volvió mediática y fue algo que me pegó, fue algo con lo que no pude. En todas las revistas estaba la cara de mi mamá y me ponían mal. Luego se empezaron a inventar teorías de cómo había muerto, que fue lo más doloroso. Nunca me había pasado algo así”, contó Minnie.
Por mucho tiempo se rumoró que Amparín, de 57 años, se había caído de un sillón-elevador que tenía en su casa, lo que West calificó como cruel, ya que además hacían chistes al respecto.
“Yo no iba a salir a decir que no era cierto, a mí me vale, que piensen lo que quieran”, enfatizó.
La joven empresaria también recordó que cuando lanzaron una muñeca conmemorativa para homenajear a su mamá la gente comentaba: “¿Por qué no le ponen su sillón”, a manera de burla.
La culpa la acompañó
Minnie reconoció que por mucho tiempo se culpó por no haber podido salvar a su mamá, por no haber hecho más. También de no haber protegido más a su sobrina.
“La intenté cubrir después (a su sobrina), ahorita la veo y sé que tiene muchísimo trauma y cada vez que ve un arcoíris se acuerda de Amparín y dice: ‘Qué triste que no estás aquí’, y eso me parte el alma”, expresó.
Para agregarle más drama al asunto, al ser un accidente y solo estar ella y su sobrina de cinco años, para que les dieran el acta de defunción tuvo que actuar la escena en el balcón y su sobrina hacer un dibujo.
“El dibujo de mi sobrina es mi mamá cayéndose del balcón que no tenía barandal, porque lo estaban arreglando, hasta caer en el piso y ya tiene alas, ¡ese es el dibujo de mi sobrina!”, platicó.