Minneapolis es una de las ciudades más encantadoras de Estados Unidos. Destaca por su combinación entre la naturaleza de sus parques y la cultura urbana. La ciudad está rodeada de arte, museos, jardines y muchas esculturas vibrantes que amarás conocer, eso sin olvidar que Minneapolis concentra una gran cantidad de restaurantes con cocinas de todas partes del mundo, ya que es un sitio con mucha diversidad cultural.
Día 1: Sal a explorar la naturaleza y recorre el río Mississippi
La aventura comenzó en Minnehaha Regional Park, un oasis en el que predomina el color verde de los árboles y jardines. Para recorrerlo puedes hacerlo caminando o rentar una bicicleta para dos o cuatro personas. Dentro del parque encontramos la cascada Minnehaha, la cual nos impresionó con su caída de 16 metros. Los senderos que rodean el parque ofrecen vistas panorámicas al río Mississippi. La magia de este sitio es que te desconecta de la ciudad y te conecta con la naturaleza.
Después de la caminata nos lanzamos hacia una experiencia más intensa y llena de adrenalina con un kayak tour en el río Mississippi. Remamos por más de tres horas y en medio de la calma pudimos observar lo maravillosa que es la ciudad de Minneapolis. Pudimos contemplar el panorama desde una perspectiva diferente y al mismo tiempo estar en medio de dos ciudades: Minneapolis y St. Paul, conocidas por ser “Las Ciudades Gemelas”. Los guías locales compartieron historias sobre el río y su importancia para la ciudad, lo que hizo el recorrido aún más profundo y enriquecedor.
Para terminar el día, por la tarde disfrutamos del juego de los Twins de Minnesota en el Target Field. La energía de los fanáticos es contagiosa, y no hay nada como disfrutar un partido con un buen hotdog y una cerveza fría. Por cierto, ese día ganaron los Twins y la experiencia fue aún más emocionante.
Para la cena optamos por algo diferente: Boludo, un restaurante recomendado por los locales. No te vayas sin ordenar sus empanadas artesanales y pizzas al estilo argentino. El ambiente era cálido y el personal se portó muy amable.
Día 2: Arte, historia y sabores internacionales
El segundo día decidimos hacer un recorrido lleno de arte. Comenzamos con una visita al Museo de Arte Weisman, una obra maestra arquitectónica diseñada por Frank Gehry. Alberga una impresionante colección de arte moderno y contemporáneo. Las galerías son íntimas y cuidadosamente curadas, lo que permite una profunda conexión con cada pieza.
Para la hora del lunch quisimos probar la cocina de Broders’ Pasta Bar, un rincón acogedor donde la pasta es hecha en casa. Este lugar te hará viajar a la Toscana estando en Minneapolis. Nuestra elección, y recomendación de parte de los reviews de los comensales, fue una cremosa pasta Tagliarini di Locanda del Lupo, hecha con prosciutto di Parma y mucho, pero mucho queso parmesano. ¡Mamma mia, la delicia!
Después de este espectacular almuerzo exploramos el Mill City Museum, ¡un imperdible! Básicamente este lugar es la historia de la ciudad. Es un museo interactivo dentro la exfábrica de harina más importante de todos los tiempos. Las exhibiciones son multimedia y tanto niños como adultos pueden interactuar con cada uno de los espacios que narran el funcionamiento del molino en aquella época. Este edificio estuvo en funcionamiento hasta 1965, mientras que en 1991 sufrió un incendio que dejó una parte de la construcción en ruinas, mismas que podrás contemplar al finalizar el recorrido.
Y para que vivas una experiencia inmersiva, dentro del museo se realiza un tour especial dentro de un elevador que recorre los 7 pisos del edificio, en cada uno de ellos harás una parada para conocer más sobre la fábrica escuchando las voces reales de los trabajadores. ¡Un viaje al pasado que te hará conectar con la historia de Minneapolis!
Al salir del museo, a tan sólo unos metros, caminamos por el clásico Stone Arch Bridge, un puente de piedra que ofrece vistas espectaculares al río Mississippi y al horizonte de la ciudad. La estructura fue construida en 1883. Te recomendamos recorrerlo lo más que puedas durante el atardecer en compañía de un helado, a un costado encontrarás un carrito de nieves.
Día 3: Jardines de rosas y cultura urbana
Despertamos con mucho antojo de un desayuno americano y decidimos ir a AI’s Breakfast, la cafetería más pequeña de todo Minneapolis. Con tan sólo 14 asientos y el personal atendiéndote en la barra, este encantador y acogedor spot tiene los mejores pancakes y pan de caja. ¡Todo hecho en casa!
Después de un desayuno de campeones fuimos a caminar por el Lyndale Park Rose Garden, un lugar tranquilo lleno de flores y rosas. Recorrer cada espacio del jardín es una experiencia bonita que debes vivir y por supuesto tomarte muchas fotos.
Para terminar nuestro recorrido hicimos una parada en el Minneapolis Sculpture Garden, un parque donde el arte y la naturaleza se encuentran. La famosa cuchara con cereza, junto con otras esculturas modernas, ofrece un espacio para reflexionar y admirar el ingenio artístico en un entorno verde.
Después de un día lleno de naturaleza fuimos a sacar nuestra mejor versión golfista en el Top Golf. Seas un experto o no, aquí te divertirás mientras disfrutas de una bebida refrescante.
Con este itinerario podrás ser el guía turístico perfecto para tu próxima visita a Minneapolis.
