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Mauricio Mancera, Paso a paso ha consolidado su carrera como conductor

por: EstiloDF

Mauricio Mancera es uno mismo fuera y dentro de la pantalla. No convive con la hipocresía, pero sí con el cariño de sus allegados.

Su esmero y preparación constante lo llevaron a conducir El hormiguero, programa español con gran éxito que en su versión mexicana poco a poco se coloca dentro de los favoritos de los televidentes.

En el amor no ha sido afortunado, pero en el trabajo sí. Con espíritu aventurero, sabe enfrentar retos y tomar el toro por los cuernos sin saber las consecuencias, simplemente confía en la preparación y el talento que ha cultivado.

Mauricio platica con EstiloDF sobre lo placentero de ser conductor, sus deseos de tener un programa de radio, pero también de tener una familia y de disfrutar la vida de una nueva forma.

¿Qué motivo te trajo de Veracruz al Distrito Federal?

Por casting, hice uno en Veracruz para entrar a un proyecto que se llamaba Azteca te busca. Querían nuevos conductores; me formé afuera de un teatro, hice pruebas, llegué a la final en el DF, pero se acabó el proyecto y me fui a Europa de mochilazo. Cuando estaba en España me hablaron para decirme que se retomaba el proyecto y estaba dentro de los 30 finalistas. Entonces regresé, empecé un curso, y ya después volví a tocar puertas hasta que entré a otros programas.

¿Qué edad tenías?

Tenía 21 ó 22, eso fue hace ocho años.

¿Desde niño tenías intenciones de ser conductor?

De niño quería ser veterinario; luego, más consciente, quería ser abogado, y hubiera sido uno bueno porque me gusta mucho pelear, pero cuando llevé la materia de Derecho dije: “No, es aprenderse muchísimos artículos. Aparte, el medio está muy viciado, mejor me voy a otro que no esté tanto”, jajaja. Llevé la materia de Periodismo y me gustó mucho escribir, hacer investigación, denuncia; ahí decidí que la Comunicación iba a ser lo mío.

En tus inicios seguramente hubo gente que te ayudó, pero ¿hubo quien te metiera el pie?

A todas las personas que estudian Comunicación, o al 90%, les dicen que van a ser unos desempleados, que es de las carreras más saturadas o aquella a la que el mundo se mete cuando no sabe qué quiere hacer en esta vida. La verdad yo sí sabía que era lo mío, y a quienes me decían que sólo quería trabajar en la tele, les respondía que no, que yo deseaba trabajar en comunicación organizacional de las empresas, porque tienes miedo de aceptar un sueño que ves muy difícil. Pero a pesar de que públicamente no admitía que quería trabajar en los medios de comunicación, todo el tiempo hacía castings y me preparaba, pero lo mantenía en secreto porque una cosa es que vivas el rechazo del casting tú mismo, y otra hacerlo en público.

Eres conductor de televisión, pero ¿qué tal conduces tu vida?

Creo que necesito otro cursito. Me he enfocado tanto en la chamba que, por ejemplo, estuve como dos años trabajando de lunes a lunes, y muchas veces me doy cuenta que me he perdido bodas, cumpleaños y eventos. Pero no lo veo como un sacrificio, al final es algo que decidí hacer porque me gusta y estoy forjando algo. Si de repente me abandono y, por ejemplo, tengo todas las ganas de salir y ya no puedo, voy al cine y me quedo dormido, ya como viejito.

¿Has disminuido tu ritmo de trabajo?

Afortunadamente ahora que estoy en El hormiguero es muy distinto porque antes estaba en muchos proyectos a la vez y ahorita estoy enfocado en este programa. Aunque es un nivel de tensión y estrés que nunca había vivido, ahora nada más respondo a un jefe, pero tengo la preocupación diaria de cómo nos fue, qué debemos cambiar; es distinto.

¿Cómo fue el cambio de compartir conducción con tus compañeros de Venga la alegría a tener un programa donde eres el único presentador?

Fue difícil, pero me preparé más de un año para esto. Desde que me enteré que estaba entre los posibles candidatos para conducir El hormiguero, me metí a cursos de todo para que cuando hiciera el casting tuviera las herramientas necesarias para defender el puesto, y eso me ayudó muchísimo. Estuvimos más de un año preparando el proyecto, me arroparon bien. En Venga la alegría, después de trabajar ocho años, volteaba a ver a Sergio y ya sabía qué iba a decir y por dónde iba a entrar yo. Ahora es llevar el peso de un programa, es una responsabilidad muy grande.

De los invitados que has tenido en El hormiguero, ¿alguno te ha costado más trabajo que los demás?

Todos los que han ido se han portado excelentes, incluso Daniel Radcliffe; lo fui a ver un día antes, fuimos a Polanco, donde hubo un coctel por su cumpleaños, y ahí estuve platicando con él. Con quien estuve nerviosísimo fue con Vicente Fox porque es entrevistar a quien fue presidente de tu país, no sabía cuál era el protocolo, no sabía si lo podía ver a los ojos o no. Ninguna pregunta es incómoda, no ponemos en aprietos al invitado por mucho morbo que genere, el programa está diseñado como un homenaje.

¿Te ha sucedido algo chusco fuera del aire?

Eric Dane se tropezó y se cayó, pero de ahí en fuera, como estamos planeando lo que viene y están retocando al invitado y a mí, platicamos y convivimos, pero nada más. Antes de iniciar, paso al camerino del invitado y lo saludo; antes ya pasó el productor para explicarle la dinámica.

¿Qué es lo peor que te ha pasado en un programa en vivo?

Cuando fue Beakman había muchísima expectativa, acababa de ir a la UNAM y había reunido a miles de personas; queríamos que todos los experimentos salieran bien, ensayamos el programa mil veces, pero nada nos salió. Beakman nos veía y nos decía: “No se preocupen”; que él tuviera simpatía por nosotros me hacía sentir peor porque pensaba que se estaba compadeciendo. Pero el programa le gustó a la gente, y de hecho, cuando al otro día a Beakman lo llevaron al aeropuerto, pidió de favor que cuando regresara lo llevaran a El hormiguero nuevamente.

¿La exposición en los medios ha cambiado tu vida?

No, sigo con los mismos amigos, soy padrino de los hijos de mi mejor amigo, sigo en el mismo núcleo, nunca me cuido ni me escondo de las cámaras, pero tampoco doy nota. Agarro la fiesta, pero generalmente es en casas; lo más que me pueden ver es con la copa en la mano, pero si tomo no manejo, no me van a ver en el Alcoholímetro.

¿Tienes responsabilidad ante tu público?

Claro que tengo una responsabilidad con el público, pero creo que antes la responsabilidad
es conmigo. Algo que me da mucho orgullo es que la gente me percibe como una persona neta, digo lo que pienso, obviamente con prudencia y sin traicionar mis principios.

¿Qué otro proyecto profesional tienes en mente?

Le tengo muchas ganas a la radio, ando viendo si ya empezamos un programa, es algo que quiero hacer desde hace muchos años; cuando termine de afianzar El hormiguero quiero darme un espacio para tener un programa de radio.

¿Hay alguna faceta de tu vida que tus seguidores no conozcan?

Soy bastante abierto, creo que la gente piensa que soy mucho más chistoso de lo que en verdad soy, porque luego me ven en el súper o en la calle y me dicen que soy serio.

¿Qué debe tener tu mujer ideal?

Que sea independiente; eso de que le preguntes adónde quiere ir a cenar y que te diga a donde tú quieras, me puede matar. Que tenga iniciativa, que su mundo no sea yo porque eso agobia, es totalmente demandante y estresante, que yo sólo llegue a complementar una parte de su vida.

¿Cuáles consideras que son tus mejores cualidades y cuáles tus peores defectos?

Soy muy desesperado, muy visceral, me prendo muy rápido y reacciono; necesito aprender a controlarme. Mis virtudes es que soy honesto, leal, chambeador, práctico, no me complico la vida, la simplifico lo más que puedo, la planeo para no sufrir con el tráfico; si alguien no me cae bien, no frecuento a esa persona, convivo con la gente que quiero y me quiere; trabajo en los lugares que me gustan, donde aprendo.

¿Piensas tener una familia?

Yo me había imaginado hace tiempo ya con hijos y esposa, pero no se ha dado; claro que quiero tener una familia, pero por el momento, y como está la situación, no lo veo cercano, pero si alguien cae, ya se dará.

 

CUESTIÓN DE ESTILO

Nombre: Mauricio Mancera Reynosa.

Fecha de nacimiento: 5 de octubre de 1983.

Lugar de nacimiento: Veracruz.

Televisión: El hormiguero, Venga la alegría, Chiflando y aplaudiendo. Teatro: Vaselina.

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