Es verdad que los aromas son capaces de hacernos viajar en el tiempo, pero cuando se trata de descubrir sabores, lo más increíble es esa sensación de probarlos por una vez y guardarlos en tu memoria para siempre. Así es como se siente cuando degustas los platillos de El Corazón del Mar.
En un salón de tacos, bajo sombrillas en la frescura del exterior o en una zona acondicionada para que degustes acompañado de tus mascotas, este espacio de la Nápoles es una oda a la gula.
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Está bien llegar con hambre, pero también hazlo con un poco de paciencia porque tus antojos brincarán de una página a otra en un extenso menú que te hace salivar a cada línea.
El recibimiento para este paraíso de mariscos no puede ser mejor que con una breve entrada de caldo de camarón que despierta tus sentidos, y de ahí, si no quieres pelearte con el pulpo o abandonar el pescado por irte con los de pacotilla, tal vez la opción es levantar la mano para unas mini tostadas que en cinco porciones te dan un repaso de lo que tiene la cocina del lugar.
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Como sucede en pocos restaurantes, es el dueño del lugar quien se pasea entre las mesas y escucha de tus antojos, te recomienda sus favoritos o te sorprende con algunos puntos que perdiste de vista en la carta.
Su misión, dice, no es descifrar el hilo negro de los mariscos, pero sí conjuntar lo mejor de las recetas y estilos de la República Mexicana, agregarle un toque de casa y también de experimentación, razón por la cual además del aguachile rojo, negro y verde, un must del lugar es el Aguachile Chilango de Tamarindo.
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Describirlo no es tan interesante como el poema que te regala al paladar cuando explota la combinación de camarones marinados en limón, con pepino blanco, cebolla morada, cilantro, aguacate y una salsa especial picosita y con el dulzor del tamarindo fresco.
Ceviches, cocteles de mariscos, filetes, ostiones, tostadas… ¡lotería! De todo hay en una carta pensada para que realmente implores tener más y más espacio para probar las delicias.
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Los arroces y las pastas con proteína del mar pueden ser el puente para llegar a una mojarra que va desde el clásico mojo de ajo hasta deshuesada con mantequilla, al pastor o encacahuatada.
¿Qué dices de un filete al mango o de uno empapelado a la hawaiana? Si quieres una especialidad al sartén, hay más de 40 preparaciones de medallones de atún, salmones, pulpo o camarones; déjate guiar por las recomendaciones de los anfitriones o por las marcas en la carta que tienen un pase directo a lo más pedido.
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Por si fuera poco, saben de nuestro punto débil, así que un día a la semana los tacos tienen promoción de uno gratis al pagar dos. Hasta 20 opciones se despliegan para que tengas uno de pescado al pastor, el clásico gobernador, o incluso de Carnitas de Atún, una receta que fue galardonada con el segundo lugar en la exhibición Metate de los mejores tacos de la CDMX.
De las hamburguesas con toque de mar, los tuétanos mar y tierra o el menú infantil ya no profundizamos porque queremos dejarles algo a la sorpresa; aunque sí haremos pausa para decir que los canes reciben gratis agua, premios y, si son muy suertudos, hasta helado hecho especialmente para lomitos.
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Arturo Moreno, creador del lugar, contagia el entusiasmo con su plática, en la que revela que es su esposa Mary Arechavaleta quien vigila el orden en la cocina y pone la sazón a cada plato que se sirve.
La carta de bebidas merecería unos párrafos más, pero diremos que no se pueden ir sin un carajillo, considerados entre los mejores de la ciudad. Ahora sí que el mar no está donde la arena, está donde nos roba el corazón, y en Georgia 52, a unos pasos de Insurgentes Sur, las olas del antojo de El Corazón del Mar sí que te revuelcan.
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