Diversifica sus habilidades histriónicas para impactar al público
Proyectar en televisión temas relacionados con el narcotráfico ya es común, sin embargo, hay quienes consideran que transmitir series como El señor de los cielos puede llegar a ser perjudicial, pues desafortunadamente los niños ven en un narcotraficante a un héroe.
Al respecto, Manuel Balbi asegura que no es responsabilidad de la televisión quitar esa imagen en los pequeños, por el contrario, la pantalla chica pretende mostrar cómo es la vida de estos personajes, quienes por sus actividades carecen de paz y tranquilidad.
En entrevista con EstiloDF, Balbi -quien está por estrenar la cuarta temporada de El señor de los cielos en Estados Unidos y la tercera en México- nos platica la verdadera labor de un actor al sumergirse en temas basados en la realidad, y opina cuál es el punto de quiebre por el cual cada vez más niños buscan emular a los narcotraficantes.
Además, en la charla nos comparte la dicha y retos que implican interpretar a David en Dios Inc., un pacifista gay que en todo momento busca defender el trabajo de su marido. De la mano de Luis Arrieta y Rafael Sánchez Navarro emprende esta nueva serie que pone en duda la existencia de Dios.
La evolución de su personaje en El señor de los cielos, sus inquietudes en su niñez, su labor como actor, así como las pasiones que se han ido de su vida, son temas que tuvimos oportunidad de abordar con Manuel.
¿Estás feliz de trabajar con HBO en Dios Inc.?
Con Dios Inc. me siento contento y afortunado, pues siempre había querido trabajar para HBO y se dio la oportunidad gracias al casting de Sergio Sánchez. Cuando supe de qué se trataba la historia, donde se aborda el nombre de Dios como negocio, me pareció bastante interesante, y el hecho de que estuviera Rafael Sánchez Navarro le daba seriedad. En la trama, un filósofo-arqueólogo hace un descubrimiento muy importante, pues en Medio Oriente encuentra un cráneo y unos escritos donde se demuestra que alguien inventó el nombre de Dios, y en eso se basan todas las religiones. Ahí empieza la trama.
¿Qué papel juega David en la historia?
Mi personaje es un maestro de yoga; es pacifista y muy espiritual, es gay y está casado; él y su esposo son judíos, y hay un rollo muy particular de abordar al personaje por sus ideologías. Por una causa trágica, David debe tomar la decisión de formar o no parte de esa fuerza que quiere evitar que se registre de lo que se ha encontrado.
¿A qué dificultades te enfrentaste en la construcción de tu personaje?
El mayor reto fue quitarme de la cabeza que había hecho personajes muy fuertes, con mucha voluntad, los cuales parecían más villanos que buenos. De alguna manera era sacarme eso de la cabeza. Estaba comenzando a hacer la segunda temporada de El señor de los cielos cuando hice el casting para Dios Inc., y debía quitarme el tono norteño que venía arrastrando desde Casi treinta; fue un trabajo complicado. El otro reto fue adelgazar para ser un maestro de yoga, nadie me iba a creer con pancita y cuatro kilos encima. Si bien no tengo mucha elasticidad, el asunto era investigar el modo de dar una clase, escuchar el tono y saber cómo dirigirme a los alumnos en la trama; hice un trabajo de imitación, eso fue en lo que más invertí tiempo.
¿Hay algún punto de identificación con David?
Me parezco mucho a David en que soy muy pacifista. Me encanta la paz, no me gusta ver discusiones, cuando las hay huyo, doy mi punto de vista y me aparto. Este personaje es parecido a mí en ese sentido y en que es bueno, aunque yo no sé si lo sea, pero me gusta David.
¿Eres pudoroso?
En la vida real, sí, mucho; en cámara no porque ofrezco mi material de trabajo, que es mi cuerpo, y es muy raro porque a veces la gente no me entiende, pero así me pasa.
¿Conocías profundamente el judaísmo?
Conocía de la cultura judía porque una vez viví en una casa donde mi amiga se convirtió a esa religión; ahí entendí muchas preguntas y me basé en esa experiencia de vida para entender lo que pasa con David.
¿El tema de Dios te llegó a inquietar en tu niñez?
Vengo de un colegio católico y me gustaba investigar; estudié con los salesianos y me acuerdo que me preguntaba: “¿Por qué ser católico?”, “¿quién es Dios?”. Pensaba que no podíamos ser los únicos en el universo, y de ahí salieron decenas de temas en los que meditaba; la cuestión es que pocas veces tienes oportunidad de hablarlos.
A la par estrenas la cuarta temporada de El señor de los cielos…
Sí, ya está anunciada en Estados Unidos; allá se estrenará pronto, luego llegará a México. Por ahora primero se estrenará en Galavisión la tercera temporada. Se ha platicado de la quinta, pero aún no está pactada, pero se ha hablado; como es una historia basada en hechos reales, con todo lo que está pasando, seguro que se hará, ya veremos.
Y falta ver qué camino sigue tu personaje de confirmarse la quinta temporada, ¿no?
Falta ver eso justamente. El escritor se basa mucho en hechos reales, y lo que sale es una mezcla de ficción y realidad. Algunos personajes se basan en la vida diaria y por ello llegan a desaparecer del mapa. Si ya no tiene más que dar, el escritor lo deja descansar, lo cual me parece una buena fórmula que incluso deberían aplicar muchas series y telenovelas, porque luego aburren los personajes que ya no tienen evolución. Me encanta mi papel, creció poco a poco sin querer, hasta convertirse en un referente clave, pues es uno de los pocos buenos que dan equilibrio y esperanza a la serie. A ver qué pasa, esperemos no se corrompa en el camino.
Como actor ¿qué importancia tiene estar en proyectos realistas?
Todos buscan algo así como actores, es muy importante para nosotros porque la gente misma está cambiando la manera de ver la televisión, incluso la de ver el cine, todos exigen historias más comprometidas y reales. La manera de actuar de 10 años para acá ha cambiado y se nos exige seguirnos preparando y tomar cursos para mejorar técnicas que nos lleven más hacia el realismo, ya no puede ser todo con realismo mágico inocente. Si te podemos entretener y a la vez mostrar que en la vida a quien obra mal, mal termina, pues qué mejor. El señor de los cielos ha tocado energías bajas y tan malas que se ha ido quedando solo, sin familia; le han matado a todo mundo, y así esté nadando en dinero, al espectador se le intenta decir algo como: “Tú sabes que el dinero mal obtenido es una cárcel de oro y un día te arrepentirás, y más que todo se paga”.
¿Interpretarías la vida de un narcotraficante?
Si me tocara interpretar a un villano tipo El señor de los cielos o El Chapo, no diría que no. El actor debe abordar esos personajes y hacerlo con respeto y verdad absoluta, no para los narcos, no es para ellos el respeto, sino para el personaje que vas a interpretar dentro del marco de la ficción, pues hay que entenderles y defenderles; al final buscamos papeles que cuando los vean digan: “Qué complejos y malos son”.
Como actor, ¿tienes alguna responsabilidad de quitar de los niños la idea de querer convertirse en narcotraficantes?
El mismo Chapo lo hizo en su momento: se convirtió en uno de los más peligrosos al crecer con esa idea. Pero no es responsabilidad de nosotros, es una cuestión de educación que parte desde años atrás. La responsabilidad es de quienes tienen la posibilidad de dar oportunidades u opciones a la niñez de nuestro país y del mundo; son los gobiernos de cada país los que deben estar atentos con ese tema. Si tú como mexicano desde niño crees que no tienes opción, como lo dijo El Chapo, entonces se creará un delincuente. Pero si les das las mismas opciones u oportunidades para crecer, tener una esperanza, el contexto cambia. No hay nada más terrible que un niño no tenga esperanza de nada. Aquí mismo en la ciudad, cuánto niño no llega y pide dinero a la una de la mañana, entonces uno dice: “¿Quién le está haciendo vender esto?”. Pues siempre hay un adulto detrás, y estamos mal porque al mismo niño se le enseña a mendigar; desafortunadamente siempre alguien muy listo llega y se aprovecha de la voluntad del niño, es lo que hablamos un poco en Dios Inc., de lo que pasa cuando alguien se aprovecha de la fe de alguien en un momento de vulnerabilidad.
¿Se pretende mostrar que ser narcotraficante no es sinónimo de héroe?
Exactamente, somos seres humanos, y muy sensibles y perceptivos por naturaleza. Todos queremos oportunidades para destacar y tener algo, porque nos asiste el derecho a soñar y a luchar por esos anhelos. Las circunstancias pueden cambiar de acuerdo con quien te juntes. Quién es más feliz, una persona que puede dormir a gusto y despertarse con una sonrisa, con una esperanza de vida y una profesión que la hace feliz, o alguien que se siente perseguido por la justicia. Al mismo Chapo lo notaron cansado y él aceptó estar cansado de huir. El no dormir y no tener paz pueden provocar el cáncer. Yo invito al público a reflexionar y a que entienda que esos personajes no son para admirarlos, sino para tomarlos como un ejemplo de que no es por ahí el rollo y la línea a seguir, y hacerles ver que si quieren ser felices deben luchar por sus sueños y tener paz.
¿Extrañas el teatro?
Siempre, aunque haga teatro termina la temporada y ya lo extraño. El contacto con el público es muy gratificante, yo digo que me desapendeja un poco porque disfruto el proceso al estar ahí y vivir la interacción, la energía y la retroalimentación al instante.
¿Te reinventarás teatralmente?
El 7 de febrero estreno un concepto que llamamos Maldito amor, un teatro muy incluyente en el que se cuentan historias de amor. Por mi parte será un monólogo de 25 minutos que daré cinco veces por noche, todos los domingos. En abril estaré en Cenizas en el mar, con un elenco por confirmarse y en donde, como espectador, viajarás por los aspectos de la casa, el comedor, la sala, la cocina, y ahí incluiremos al público, que de repente se unirá a la historia. Será arriesgado porque al tocarlo le romperemos todo el esquema, sin embargo, la idea es buscar nuevas formas de expresión. Existe el teatro convencional, pero hay que diversificarlo e invitarlo a las nuevas formas de contar historias. La primera mitad del año ya está llena de trabajo, y lo que me queda es decretar para que funcione un proyecto que me gustaría levantar próximamente, pero a ver qué pasa.
CUESTIÓN DE ESTILO
Estilo: “Clásico. El zapato, la camisa y los sacos me encantan. Soy muy práctico, y muchas veces uso tenis, jeans y chamarras de piel”.
Lugar para estar: “Me gusta aislarme, busco los silencios, podría decirte el mar. No me encanta el agua, pero escucharla y estar en una cabaña es un éxtasis de descanso”.
Niñez: “Me gustaba dibujar, estudié para caricaturista tres años; en algún momento soñé trabajar para Dreamworks o algo así, y hacer historietas”.
Frase: “El dolor es el resultado de los deseos insatisfechos”.
Películas: Melancolía y Bailando en la oscuridad, de Lars von Trier.
FRASES
“Me encanta mi papel (en El señor de los cielos), creció poco a poco sin querer hasta convertirse en un referente clave, pues es uno de los pocos buenos que da equilibrio y esperanza a la serie. A ver qué pasa, esperemos no se corrompa en el camino”.
“Me encanta mi papel (en El señor de los cielos), creció poco a poco sin querer, hasta convertirse en un referente clave, pues es uno de los pocos buenos que dan equilibrio y esperanza a la serie. A ver qué pasa, esperemos no se corrompa en el camino”
“La responsabilidad (de que los niños idolatren a los narcos) es de quienes tienen la posibilidad de dar oportunidades u opciones a la niñez de nuestro país y del mundo; son los gobiernos de cada país los que deben estar atentos con ese tema”
“El contacto con el público (en teatro) es muy gratificante, yo digo que me desapendeja un poco porque disfruto el proceso al estar ahí y vivir la interacción, la energía y la retroalimentación al instante”