Seguro has leído que este 23 de abril ocurrirá la llamada “Luna Rosa”; sin embargo, tienes que tener claro que no es que nuestro único satélite natural se teñirá de ese color, ya que no se trata de un evento astronómico, sino de una creencias cultural.
El término «Luna Rosa» lo comenzaron a utilizar los nativos americanos del norte en honor a las «Phlox Salvajes», que eran las primeras flores que traía consigo la primavera.
De acuerdo con la maestra Brenda Arias, del Instituto de Astronomía de la UNAM, la “Luna Rosa” es la primera Luna llena después del equinoccio de primavera. Además, para muchas culturas también era importante que la Semana Santa hubiera culminado. Por ello, la de este 23 de abril se llama así.
Si el clima lo permite, la noche del 23 de abril será visible una hermosa Luna llena, digna de cualquier cena o reunión entre amigos para voltear a mirar el cielo por un instante y perderse en su belleza.
Recuerda que la mejor manera de contemplar el cielo es en un lugar despejado, poco iluminado y libre de contaminación. Para ver la Luna, afortunadamente, no necesitas de alguna protección especial.
Que no te engañen
«Es bien importante mencionar que en la Luna no hay color, esas percepciones cuando se ve en tonalidades rosadas, o un poco más amarilla o rojiza, es debido a las condiciones atmosféricas de nuestro planeta, no tiene nada que ver con la Luna, sino con lo que está pasando en nuestro planeta.
“Si vivimos cerca de un volcán que está haciendo erupción constantemente, todas esas cenizas que se avientan a la atmósfera nos hacen percibir el color de la Luna más rojizo y también sucede cuando hay un eclipse», explica.
Finalmente, la astrónoma de la UNAM enfatiza en que la mayoría de los nombres, como Luna Rosa, Luna Azul, Súper Luna o Luna de Sangre, no son denominaciones astronómicas, sino que provienen de las tradiciones o creencias culturales de cada región.