Todos esperamos que el espacio íntimo de una celebridad de la moda como Carolina Herrera, sea como ella elegante, distinguida, que los colores cálidos sean su fuerte… ¡en fin!, pues no esta lejos de lo que es. Como ya lo imaginábamos, el lugar donde vive la elegante diseñadora de modas venezolana, es como lo esperamos, una casa espectacular decorada con gran gusto como a ella le caracteriza.
Conocida por su gran estilo y su sin igual sentido y buen ojo de la elegancia, no solo el estilo esta en las prendas que diseña sino también en su hogar.
Carolina y Reinaldo Herrera fotografiados en el fabuloso salón de gran diseño en la sala principal de su casa. La pareja neoyorquina se casó en 1968 y tiene dos hijas en común, Patricia y Carolina, quienes parece han heredado el gran talento de la famosa diseñadora.
El domicilio de la pareja ubicado, en ese momento, en uno de los barrios residenciales más exclusivos de la gran urbe de NY, en la que por el día las luces ciegan y durante la noche hay demasiada claridad, uno debía atravesar primero Central Park. Un trayecto que era también un repaso por la iconografía de Nueva York, indisolublemente ligada a la marca House of Herrera desde sus comienzos, hace ya más de 35 años.
Con la misma exigencia detallista de quien distingue entre un rojo intenso y un frambuesa, la diseñadora pide al medio que realiza la visita, que ésta no sea una entrevista, “sino una conversación”. No será una entrevista al uso con la artífice de una firma que lucen desde Michelle Obama a Angelina Jolie, sino una conversación a tres bandas con uno de los matrimonios más respetables y más cool del mundo, además de uno de los más sólidos.
La diseñadora, por supuesto, tuvo algo que ver con el sentido de la estética de sus hijas, pues no solo dejó el talento para sí misma, sino para las que podrían preceder su reinado en el mundo de la moda. “Tenemos gustos similares —compartimos cosas”, dice Carolina. “Dos veces al año, Patricia y yo viajamos juntas con nuestras familias, y cuando desempacamos las maletas nos damos cuenta de que tenemos muchas cosas iguales”. Atribuye gran parte de su afinidad por la ropa hermosa y la decoración a su crianza. “Recuerdo que mi mamá tenía fiestas de disfraces, particularmente una en Mustique. Diseñó este sombrero alocado con plumas”. Patricia se acuerda que su madre encargaba que les hicieran trajes de baño con telas que ella escogía personalmente. “Ella ha influido en mi amor por el color y las texturas”.
Ese amor por el color y las texturas es evidente a través del loft que Patricia comparte con su esposo, Gerrity Lansing, y sus tres hijos. “Lo que más me gusta hacer es recorrer el D&D Building [Decoration & Design Building]”, asegura. “A veces simplemente compro rollos de tela y los guardo con la espe- ranza de que algún día los use”. El mobiliario es una ecléctica mezcla de antiguo y moderno, con algunos elementos deco- rativos (una pecera y una colección impresionante de taxider- mia) que datan de los días de soltería de Gerrity.
Su madre preside un imperio internacional de moda, así que no es sorpresa que las hijas de Carolina Herrera, Patricia Herrera Lansing y Carolina Herrera Báez, sean naturalmente chic en el espacio donde viven. Aunque Patricia vive en NoLIta en Nueva York y Carolina en Madrid, ambas hermanas trabajan para la compañía de su madre (Patricia es consultora creativa; Carolina es la directora creativa de fragancias), y tienen una sensibilidad al estilo que trasciende la distancia.
Así lo dejan ver en los detalles de las distintas residencias en las que habitan como en las siguientes imágenes…. ¿te gusta el estilo heredado de las «Herrera»?
Otra característica de éstas viviendas, es la pared forrada con telas, y remates en yute, que se puede ver en dos de las estancias, es una manera muy original, de tapar el gotelé, sin tener que quitarlo, y además, según palabras textuales de la propia Carolina, “And it gives a cozier look because it makes the wall appear padded.”
Algo así, como “Y eso le da un aspecto más acogedor, ya que hace que la pared parezca acolchada”, lo que creo que es totalmente, cierto, la tela arropa la pared, creando un efecto más hogareño y acogedor (valga la redundancia).
