El fin de semana en el Hotel Live Aqua San Miguel de Allende, durante la celebración del Día de Muertos, fue una experiencia inolvidable que dejó una huella profunda en cada uno de nuestros sentidos. Desde el momento en que cruzamos la puerta del hotel, el ambiente nos envolvió con su encanto colonial, ofreciendo un refugio perfecto para escapar del ritmo cotidiano. San Miguel de Allende, un destino conocido por su riqueza histórica y cultural, encontró en Live Aqua un lugar donde la tradición y la modernidad se funden armoniosamente, convirtiendo cada rincón en una experiencia única.
Recorrer los pasillos y espacios del hotel fue como un viaje a través del tiempo, donde cada detalle evocaba la esencia colonial, sin dejar de lado la sofisticación contemporánea que caracteriza al lugar. Relajarse junto a la alberca mientras se disfruta de un cóctel refrescante bajo el cálido sol fue sólo el comienzo.
Para quienes buscan un respiro de la rutina, Live Aqua se presenta no sólo como un lugar para descansar, sino también como una oportunidad para conocer y disfrutar de la vibrante vida nocturna de San Miguel de Allende, con opciones para todos los gustos y estilos.
Por otro lado, el hotel es un oasis de bienestar para quienes buscan un retiro más introspectivo. Sus instalaciones están diseñadas para fomentar la relajación, la sanación y la reconexión con uno mismo. Desde un spa de lujo que ofrece tratamientos personalizados hasta un gimnasio de última generación, Live Aqua se asegura de que cada visitante encuentre lo que necesita para recargar energías. Uno de los aspectos más especiales es su temazcal, una experiencia de renacimiento guiada por un chamán que lleva a los participantes a través de un ritual ancestral para purificar cuerpo y alma.
La gastronomía fue un elemento central en esta experiencia. El hotel alberga el prestigioso restaurante “Zibu”, dirigido por el chef Eduardo Palazuelos, quien ha creado un menú que fusiona magistralmente las técnicas culinarias mexicanas y asiáticas. Los sabores y texturas de cada platillo nos llevaron a un viaje sensorial, demostrando por qué este restaurante es un destino en sí mismo. Desde el primer bocado, quedó claro que cada creación es el resultado de un compromiso con la calidad, la innovación y el respeto por las tradiciones.
El punto culminante de nuestra estancia fue la cena especial titulada “Entre el mundo y el Mictlán”, un evento que rindió homenaje a la esencia del Día de Muertos a través de la cocina. La cena, compuesta por cuatro tiempos, reunió a los talentosos chefs Eduardo Palazuelos, Gerardo Rivera, Alexis Ayala y Ernesto Narváez. Cada platillo fue una obra maestra que reflejaba no sólo la creatividad de sus autores, sino también el respeto y la admiración hacia una de las tradiciones más queridas de México. Tuvimos la oportunidad de conversar con los chefs, quienes compartieron con nosotros sus procesos creativos, la inspiración detrás de cada platillo y el simbolismo que buscaban transmitir a través de sus creaciones. Sus palabras, cargadas de pasión y respeto por la cultura mexicana, le dieron aún más profundidad a la experiencia.
Este fin de semana en el Hotel Live Aqua San Miguel de Allende fue mucho más que un viaje. Fue una inmersión en la cultura, en la memoria y en la celebración de la vida. Aquí, el lujo y la tradición se unieron para ofrecer momentos inolvidables que tocaron el corazón y despertaron el alma. Recomendamos esta experiencia a quienes buscan algo más que una simple escapada, a aquellos que desean vivir México desde sus raíces más profundas y con un toque de sofisticación y creatividad que sólo Live Aqua puede ofrecer.