La relación entre Shakira y Gerard Piqué, que duró más de una década, ha quedado en el pasado, pero su antigua mansión en Esplugues de Llobregat, Barcelona, continúa siendo un vínculo inevitable entre la pareja.
La propiedad, valorada en 14 millones de euros, sigue a la venta, y aunque ambos han tomado caminos separados, siguen siendo copropietarios del inmueble donde vivieron junto a sus hijos Milan y Sasha entre 2012 y 2022.
Pese a los intentos de Piqué de reducir el precio de la mansión, sugiriendo un valor de 7 millones de euros, Shakira se ha negado rotundamente a bajar la cifra. Para ella, la propiedad representa un simple punto de paso tras su mudanza a Miami, pero no está dispuesta a ceder en la negociación.
Todo lo que tocó Clara Chía debe ser reemplazado
Recientemente se dio a conocer una sorprendente medida que Shakira implementó respecto al uso de la mansión.
De acuerdo con el medio español Espejo Público, la cantante dio instrucciones claras al personal de la casa para que cualquier objeto que haya sido utilizado por Piqué o su actual pareja, Clara Chía, sea eliminado y reemplazado inmediatamente.
La orden incluye sábanas, cojines, mantelería y cubiertos, asegurando que cuando la artista colombiana y sus hijos visiten la propiedad no tengan contacto con ningún objeto que previamente haya sido tocado por la pareja.
Un nuevo comienzo en Miami
Mientras tanto, Shakira dejó atrás la vida en Barcelona y se ha establecido en Miami, donde está enfocada en su carrera y en la crianza de sus hijos.
Actualmente se prepara para su próxima gira mundial Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, que comenzará en noviembre en California.
La separación con Piqué fue uno de los capítulos más comentados en la vida de la cantante, pero ahora parece decidida a seguir adelante.