Estamos frente a la reinterpretación de uno de los SUV más icónicos en la historia: el Land Rover Defender. La armadora inglesa presenta esta nueva generación, tras 70 años de su aparición; a pesar del tiempo, su aspecto espartano, además de robusto, se mantiene para hacer reminiscencia a su pasado. Sin embargo, ahora es más atractivo, cómodo y refinado, como pocos de su tipo.
Basta con abrir la puerta y entrar al habitáculo para atestiguar los acabados, ensambles, ergonomía, espacio y materiales. Tan sólo al observarlos, olerlos y tocarlos podemos apreciar que fueron seleccionados para mimar a sus ocupantes y durar más que el promedio.
Sin embargo, los asientos eléctricos con función de masaje (forrados en piel granulada), los insertos de madera (de poro abierto), el alto grado de insonorización, el sistema de audio (Meridian) con 14 bocinas, y la pantalla de info- entretenimiento de 11.4 pulgadas son del nivel de equipamiento propio del Jaguar Land Rover. Detrás del volante, la sensación de solidez proveniente del chasis es impresionante. No hay obstáculo, vado o piedra que desestabilice el transitar del Defender, o que haya generado algún ruido interno en el tablero durante nuestra prueba.
Opino que la calidad de marcha es la de un sedán de lujo gracias a la suspensión de aire, la cual tiene diversos modos de manejo que no sólo manipulan la altura, sino la firmeza y el rebote de la misma.
El también nuevo tren motor integra un V6 con super turbo-cargador de 3.0 litros (395 caballos y 405 libras-pie), una caja automática de ocho marchas y una batería de 48 voltios, que convierten a este Land Rover en un mild-hybrid. La fuerza mecánica baja al suelo mediante un sistema de tracción integral que gracias a su adherencia permite al Defender librar casi cualquier terreno.
Al alejarte después de estacionarlo es imposible no girar la cabeza para mirarlo y apreciar la tan bien lograda sinergia entre el pasado y el futuro. Esta combinación de diseño, que podría parecer contradictoria, de verdad ha fusionado correctamente todos sus colores, formas, líneas y proporciones.
Pero lo más importante: este Defender no sólo luce bien, además es capaz de salir del
concesionario y recorrer desde Alaska hasta la Patagonia sin ningún problema.
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