Entre la vegetación selvática se encuentra escondida una de las maravillas naturales de la Huasteca Potosina: Tamul, palabra tenek que quiere decir «lugar de cántaros». Es un escenario paradisíaco en el que la aventura está a la orden del día ya que podrás saltar desde 13 metros de altura o si lo prefieres remar en canoa.
Gracias a su armoniosa caída de agua color verde con piedras rocosas y cielos impresionantes, turistas de México y distintas partes del mundo visitan este mágico lugar para vivir unas vacaciones cargadas de adrenalina. Si te interesa el rappel también lo puedes hacer, sin embargo, te recomendamos ir de noviembre a marzo, ya que cuando las lluvias son fuertes (de julio a octubre) el acceso a ciertos lugares puede estar restringido.
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Por otro lado, también puedes apreciar la caída del agua desde lo alto, en el ejido El Naranjito donde nace Tamul. Para llegar a él debes recorrer un sendero de terracería durante media hora. En el trayecto, la corriente va formando pozas cristalinas, mientras a un costado de la cascada hay unas escalinatas rústicas que bajan hasta la ribera del Santa María dónde podrás admirar su majestuosidad.
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