“Regina: 2 de octubre no se olvida”, la novela escrita por Antonio Velasco Piña en 1987, podría ser la película mexicana más cara jamás filmada. Su productor y director, José Gerardo, considera, para llevarla a cabo, un presupuesto de más de 100 millones de pesos.
La protagonista será la joven actriz Camila María López Cadena.
Regina es una historia que mezcla la magia y la novela histórica. Aborda la matanza estudiantil perpetrada por el gobierno en 1968 como símbolo de sacrificio para que se abra un portal que conduce a un despertar universal.
Para adaptarla a la pantalla grande, José Gerardo tuvo que esperar durante varios años. Sobre todo porque el director mexicano Alfonso Arau poseía los derechos y tenía la intención de filmarla, cosa que al final no sucedió.
“Debo confesar que al principio no quería leerlo, se me hacía un libro que me iba a dar flojera, pero me lo recomendó mi maestro espiritual, y desde que lo abrí me empecé a imaginar cada escena”, cuenta José Gerardo.
Regina: Un musical para una nación que despierta fue el nombre de la adaptación teatral que la misma novela tuvo en 2003. Protagonizada por Lucero, se representó en el Teatro San Rafael.
Revolución en cine
José Gerardo tuvo la oportunidad de verla en YouTube. Reconoce que no es de su agrado, primero que nada por su protagonista, que desde su punto de vista no supo llevar a buen puerto el personaje.
“La mía tiene que ser una película espectacular, en la que se fundan la realidad y la magia. Tengo la intención de llevar a cabo una revolución cinematográfica. Creo que se pueden hacer películas mexicanas que sacudan al espectador, pero que al mismo tiempo cuenten una buena historia”.
Por el momento tendrá que esperar a que se den las condiciones necesarias para empezar el rodaje. Mientras, ya tiene en mente algunos nombres de actrices y actores para el elenco, pero prefiere no revelarlos hasta llegado el momento.
Finalmente, expresa que la carga política que pudiera tener la novela no se verá retratada expresamente en su versión de Regina.
“Será una película atemporal. Es como si estuvieras viendo los Juegos del Hambre, y si aparece un presidente, no se trata del presidente en turno. Es sólo un villano que aparece en la historia y que no alude a nadie”.