Hace mucho tiempo que un coche no me sorprendía tanto. No solamente lo digo por el producto per se, sino también por la expectativa de su lanzamiento en México.
Mi prueba de manejo inició en la ciudad, donde desde mi punto de vista destaca su comodidad de marcha. Luego de lo anterior, la autopista México-Cuernavaca me hizo notar que el motor de 2 litros, con 200 caballos, tiene una entrega de potencia no solo contundente, sino progresiva.
Al final, un poco antes de Cuernavaca, llegué a uno de mis Pueblos Mágicos favoritos: Tepoztlán. Ahí sus caminos y calles de terracería me ayudaron a valorar lo bien ajustada que está la suspensión para terrenos empedrados.
Aunque honestamente esto último no me sorprende, me da mucho gusto ver que la genética Jeep se hace sentir también en una marcha robusta de empedrados y terracerías como las de Tepoz.
Aparte del dinamismo, su interior me parece un gran lugar para estar. Los acabados, ensambles y materiales están al nivel de un coche premium. Además, los asientos son particularmente cómodos.
El sistema de info-entretenimiento está generosamente equipado con todo lo necesario; novedades como bluetooth 5 y puertos USB-C están dentro del menú. Eso sí, considerando su tamaño, quizás esperaba que ofreciera un poco más de espacio en la cajuela. Nada grave.
Desde mi punto de vista, la Compass ofrece un diseño exterior bastante atractivo (sí, lo sé, es una opinión tan personal como subjetiva), el cual, al parecerse tanto a sus otras hermanas de la familia Jeep, le da una presencia superior respecto a su segmento.
Por lo anterior y sin lugar a dudas, qué grata sorpresa. ¡Bien ahí, Jeep!
Gasolina
L4 turbo
200 caballos
Desde $659,900