Durante la última década las SUV con silueta coupé han impulsado una tendencia en la industria automotriz. Infiniti lo sabe y ha lanzado QX55.
El QX55 fue protagonista de una serie de teasers a lo largo de los dos últimos años con el fin de dejar ver poco a poco el futuro en cuanto a lenguaje de diseño y la visión que la filial de lujo de Nissan tomará. La espera sin duda ha valido la pena, pues ofrece un balance entre deportividad, practicidad y elegancia.
Su diseño es el foco central: hace alusión al coupé deportivo Q400 Red Sport de la marca. La parrilla frontal, las salpicaduras ensanchadas y la parte trasera parecieran haber sido esculpidas a 200 km/h.
El encargado de propulsar al QX55, a través de su tracción integral en las cuatro ruedas, es un motor cuatro cilindros turbo de dos litros con la capacidad única en el mundo de variar su compresión, lo cuál le permite tener un comportamiento dinámico y generar hasta 268 caballos al momento de presionar el acelerador a fondo o elegir el modo de manejo deportivo. La dirección es muy cómoda, al igual que la suspensión.
El habitáculo está conformado por materiales de alta calidad, un ensamble sobresaliente y un equipamiento por encima de la media del segmento.
Incorpora tres pantallas digitales tanto al centro del cuadro de instrumentos como para controlar el sistema de info-entretenimiento, y otra para las configuraciones de manejo, asistencias pasivas y geolocalización.
Infiniti ha acertado con su incursión en un nicho muy específico, con lo cual logrará posicionar su rejuvenecida identidad y convencer a mercados como el mexicano, en donde el posicionamiento de las marcas premium está muy arraigado.
Gasolina
L4 turbo, 2.0 litros
268 caballos
Desde $1,289,900
