El actor Gerard Butler, conocido por su papel del rey Leónidas en la cinta 300, de Zack Snyder, es uno de los más queridos del medio artístico internacional, por lo que sus declaraciones sobre su sexualidad siguen haciendo eco.
En una entrevista, el actor comentó que él hablaba de su sexualidad sin pudor, porque no tenía problema al hacerlo; sin embargo, también aclaró que en la mayoría de los casos siempre hay quien lo tergiversa todo.
“La gente parece intimidarse con este asunto y no lo entiendo. Cada vez que hablo de ello, es malinterpretado y exagerado. Gerard Butler es gay. He estado con mujeres y también con hombres, pero no soy homosexual. Ni siquiera yo mismo sé lo que soy…», afirmó.
Sus declaraciones fueron aplaudidas por unos y criticadas por otros, ya que socialmente existe una tendencia muy fuerte a clasificar a las personas, las ambigüedades no son bien recibidas y son los famosos los que pagan fuertemente la factura.
El aplauso vino porque muchos de sus fans lo calificaron como un ser valiente y verdaderamente auténtico al que no le importó echar abajo su imagen de hombre super musculoso y varonil, todo un ejemplo para los hombres cis heterosexuales.
Las críticas, por su parte, vinieron de un sector muy conservador que lo calificó como irresponsable al confundir a las nuevas generaciones con sus declaraciones y abusar de su fama. También le pidieron que si no sabía qué era, se abstuviera de opinar en público.
Una secuela pendiente
Las declaraciones de Gerard Butler volvieron a resonar cuando el director Zack Snyder anunció que le gustaría lanzar una secuela gay de la película 300 sobre la historia de amor entre Hefestión y Alejandro Magno, titulada Blood and Ashes.
Snyder contó que durante la pandemia trabajó en el guion; sin embargo, a Warner no le gustó la idea y por eso el proyecto continúa estancado.