SU PASIÓN POR VIAJAR DIO LA OPORTUNIDAD A ISRAEL TÉLLEZ DE CONOCER, INCLUSO, A LA MUJER QUE AHORA ES SU ESPOSA, ORIGINARIA DE SARAJEVO
Los viajes que ha realizado el periodista egresado de la UNAM los ha hecho como mochilero, mediante aventones, como turista, en plan de negocios, por cuestión de estudios y hasta como parte de recorridos organizados.
Por Pepe Real
Su inquietud por aventurarse en tierras lejanas inició a los 15 años. El primer viaje fue a Cuba, “pero a la auténtica Cuba castrista, no a la que existe hoy en día y que visitan los wannabes que se sienten reaccionarios”, aclara Téllez, quien también se decanta por la música -sobre todo metal y rock- y la locución.
La pasión por conocer otras latitudes también llevó a Israel a cursar un máster en Periodismo en Agencias de Información por la Universidad Rey Juan Carlos, en España. En ese entonces conoció en Madrid a quien ahora es su esposa, Jelena Rajic, originaria de Sarajevo, con quien en un principio se comunicaba en inglés, pero ahora también habla español gracias a un curso y a las enseñanzas de Israel.
“Hoy en día hasta se echa sus mexicanadas: ‘ah, no mames’, ‘ay, cabrón’, ‘pinche pendejo’”, revela Téllez.
¿En qué plan y cuántos países has visitado?
He viajado prácticamente en casi todas las modalidades: desde mochilero, aventones, turista, negocios, hasta en recorridos organizados. Esto último no me gusta mucho, pues a veces uno trae un ritmo distinto al del resto grupo y te limitas un poco, pero tienes la ventaja de movilizarte más fácilmente en algunos destinos en los que se dificulta el transporte o la accesibilidad. Si la memoria no me falla, he estado en más de 20 países de tres continentes. Asia y Oceanía son dos asignaturas pendientes.
¿Alguna vez te sentiste amenazado durante tu estancia en el extranjero?
La única vez que tuve una mala experiencia fue la primera ocasión en que fui a Praga. En el centro de la ciudad, caminando en la madrugada, se acercó una muchacha de unos 25 años. Pensó que yo estaba muy borracho, pero de hecho sólo había tomado cinco cervezas y no me sentía ni mareado. La chica trató de abrazarme y coquetearme, pero lo que quería era mi cartera; cuando la jaló, la tomé del brazo y le dije que o me la devolvía o llamaba a la policía. La chica sintió la presión en la muñeca y al darse cuenta que no estaba borracho, me la devolvió y se alejó.
¿Cuál es el recuerdo más grato que tienes de tus viajes?
Sin duda uno de los viajes que más disfruté fue el que hice a Escocia. Soy fan del universo de Highlander, así que imagínate lo que significó para mí. Es una de las cosas más impresionantes que he visto en mi vida: las ciudades, los lagos -Loch Ness incluido-, la Isla de Sky y su naturaleza, que es imposible describir con un adjetivo, impresionante se queda corto. Es algo que nunca olvidaré. Aunque el clima es nublado y lluvioso, ni lo sientes porque es parte de la experiencia. Al estar en las tierras altas de Escocia entiendes por qué surgieron tantas leyendas de hadas, duendes, banshees y todo ese mundo fantástico que caracteriza a los escoceses y la cultura celta en general.
¿Y cuál es la experiencia más amarga?
Afortunadamente no tengo recuerdos amargos o tristes. Quizá sólo la sensación que me queda cuando me tengo que ir. Es un sentimiento extraño, de nostalgia. Siento que dejo una parte de mí en ese lugar y siempre me pregunto cuándo volveré al sitio o si nunca regresaré. Lo siento, soy un romántico, jajaja.
¿Qué enseñanzas te ha dado viajar?
Muchísimas, creo que es un aprendizaje interno muy necesario, sobre todo cuando lo haces solo y en sitios que desconoces en todos los sentidos: geografía, cultura, comida, idioma y hasta escritura. Eso te abre mucho el panorama y el concepto que tienes de la vida y de cómo la vives. Lo importante, al final, no es el destino, sino el viaje en sí.
¿A qué edad y a qué país fue tu primera escapada?
A los 15 años, a Cuba. Pero a la auténtica Cuba castrista, no a la que existe hoy en día y que visitan los wannabes que se sienten reaccionarios. Hablo de los revolucionarios del iPhone, esos que levantan la mano izquierda, pero comen con la derecha. Me moría de miedo de subirme al avión, pero al final lo hice y me gustó tanto que volví tres veces.
¿Fuiste víctima de algún engaño?
No, nunca. Incluso en lugares con mala fama, como Marruecos. Siempre debes ir alerta. Intentos de timos, de sacar ventaja, de querer cobrarte algo más caro, siempre los hubo y siempre los detecté. Yo creo que me ayuda mucho lo malencarado que soy, jajaja.
¿Cuál es la comida que más te ha gustado en el extranjero?
¡Uy, esa sí que es una pregunta muy difícil! Me gusta toda. Verás, yo crecí en un mercado público, literalmente. Y aprendí que a través de los mercados y la comida es como realmente conoces una cultura. Por eso, el mercado local es de los primeros sitios que visito, pues ahí ves realmente la vida diaria de una ciudad y sus costumbres.
¿Puedes compartirnos alguna anécdota?
Hubo una muy curiosa en Berlín. Fiel a mi costumbre de no planificar e irme de aventura, llegué a la ciudad sin reserva de hostal. En el primero al que me dirigí me atendió una muchacha con un fuerte acento al hablar inglés. Le pregunté si tenía camas disponibles; me dijo que sí y me preguntó por mi nacionalidad. Le contesté: “Soy mexicano”. Tras una pausa, la mujer completamente enfadada me dijo que era un mentiroso, que qué pretendía. Extrañado le pregunté por qué decía eso o cuál era el problema, y ella me respondió que había mentido al decir que era mexicano, que mi pasaporte decía “Israel”. Todo encabronado, exclamé: “Aquí, en la parte frontal del pasaporte, dice de qué país soy. Israel es mi nombre”. Ella me contestó: “No entiendo cómo puede llamarse alguien Israel, es como si a mi hija le pusiera Alemania”. Le contesté: “¿Tienes algún problema con Israel y el judaísmo?”. Cuando dije eso se puso pálida, pues en Alemania es delito grave hacer apología del nazismo. Le dije que ya no me interesaba quedarme en su hostal, le pedí mi pasaporte y salí. Media hora después encontré un sitio en donde todo mundo era muy amable.
Israel Téllez conduce el programa de radio El Ojo de la Bruja, que se transmite los martes de 22:30 a 00:00 por el 94.1 de FM UAM Radio.
Y tú, ¿qué esperas para cumplir tus sueños?