Este viernes llega a las salas de cine ‘Gretel y Hansel’, una nueva adaptación del clásico cuento de los hermanos Grimm, esta vez bajo la visión y dirección de Oz Perkins. Una cinta con pocas dosis de terror pero bien estructurado y simbolismos que fácilmente se clavan en la memoria del espectador, convirtiéndola en la versión más oscura que hemos visto en pantalla grande.
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En un tiempo de hambruna y decadencia, dos niños salen de su casa en medio de un arranque de locura y desesperación de su mamá que los ha lanzado al mundo a su suerte. En el camino un cazador los ayuda a escapar de una terrible criatura (quizá un humano) que, aunque nunca se explica qué es, sirve para pone en contexto el tema de la magia oscura como algo posible y “normal” en el universo de la película.
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El cazador les sugiere ir con los leñadores, pero en el camino, Gretel y Hansel encuentran una casa con una anciana que los invita a comer. A cambio de su hospitalidad, los niños sugieren trabajar para ella, pero con el paso de los días descubren que algo raro sucede en la casa, y la dueña es más escalofriante de lo que parece, pues posee una magia oscura de la que Gretel no es ajena y que pronto debe decidir cómo actuar ante ella.
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El orden de los nombres en el título de la película no es ningún accidente ni estrategia de mercadotecnia. Nos dice, desde el principio, quién será nuestra protagonista. Pues en este relato desde la primera secuencia escuchamos a Gretel (Sophia Lillis), y bajo su propia visión y poder descubrimos la historia.
Pensar que el poder otorgado a la protagonista sirve como gancho a una tendencia, es erróneo en esta cinta. Pues Perkins a través de su trayectoria (‘The blackcoat’s daugther’ y ‘I am the pretty thing that lives in the house’) nos ha demostrado su intención de empoderar a personajes femeninos a través de su visión.
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Sophia Lillis cumple una tarea fantástica al interpretar a una Gretel que se está descubriendo así misma, que enfrenta sus miedos, toma decisiones y descubre un inmenso poder que tiene a su disposición. Por su parte, Sammy Leakey debuta en pantalla con un carisma empático que, estamos seguros, volveremos a ver en más cintas.
Como la bruja, Alice Krige ofrece una destacable interpretación con momentos contenidos al filo del suspenso, miradas intensas o gestos particulares, que en su conjunto son capaces de sembrar auténtico miedo en el espectador.
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El mexicano detrás de la nueva cinta ‘Gretel y Hansel’
Aunque la historia le da un giro al cuento de hadas, se queda floja en la última parte de la película, dejando al espectador con un mal sabor de boca a primera instancia. Quizá su afán por abarcar muchos temas a lo largo de la primera parte, agota la posibilidad de explotar en el clímax, dejando varias incógnitas al aire o cierres inconclusos.
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Por lo anterior, ‘Gretel y Hansel’ más que por su historia, lo que en verdad la hace destacar son sus cualidades visuales. La fotografía, oscura y tenebrosa, sin dejar de lado el toque fantástico, está a cargo del mexicano Galo Olivares (Roma), que en este trabajo logra explotar su versatilidad para contar historias a través de la cámara.
El diseño de producción a cargo de Jeremy Reed, se encuentra a favor de Olivares, pues juntos logran transmitir la miseria, inocencia, valentía y misterio de cada uno de los personajes. Creando un mundo voraz y en decadencia en el que dos niños intentan sobrevivir.
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No es una película con escenas que te hacen brincar de tu asiento, tampoco deja un miedo que perdure más allá de la sala se cine, sin embargo; su narrativa visual y montaje generan tensión y pequeñas dosis de miedo construido y no instintivo. No es de las películas más terroríficas que hemos visto, pero sí la interpretación más oscura de este cuento de los hermanos Grimm hasta el momento.
