Esta figura se sitúa en el suroeste de la provincia de Sichuan, en China, y se considera el Buda excavado en piedra más grande del mundo, ya que alcanza los 71 metros de altura, de los cuales la cabeza mide 15, las dos orejas siete de largo cada una y el ancho entre los dos hombros es de tres.
La imponente obra de 1300 años se ha convertido en la atracción más turística del país, pues llegan aproximadamente tres millones de visitantes al año para contemplarla desde todos los ángulos.
De hecho, el Gran Buda es casi del doble de alto que la Estatua de la Libertad de Nueva York (46 metros) y también del Cristo Redentor de Río de Janeiro (38 metros). La montaña Emeishan es catalogada por el budismo como uno de los cuatros lugares más sagrados del país, ya que ocupa una posición elevada en el sector religioso.