Seguramente algunas vez escuchaste hablar del Géiser Fly. Se trata de un voluminoso montículo de rocas multicolor, del que emana vapor.
Se ubica al interior del rancho Fly, una propiedad privada del desierto Black Rock en Nevada (Estados Unidos) y por increíble que parezca, no se trata de una maravilla natural, sino de una creación del hombre por error.
Resulta que un grupo de granjeros inició su construcción en 1916, con el fin de buscar depósitos de agua bajo las tierras secas para nutrir sus cultivos. Fue entonces cuando tras perforar, efectivamente encontraron agua, pero termal, demasiado caliente para regar. Años después, en 1964, una empresa de energía geotérmica vio en el agua caliente materia prima y perforó unos metros más, pero también fracasó, debido a que el agua no estaba tan caliente que esperaban. Desde entonces, el agua ardiente brota sin descanso de las entrañas del desierto, dando paso a una verdadera maravilla, cuyas fotografías han dado la vuelta al mundo.
Con el paso de los años, este géiser ha pasado de ser simples agujeros en el suelo a adquirir su característica forma de montículos que le merece el apodo de «Los Tres Budas». Las protuberancias, que crecen varios centímetros cada año, están hechas del carbonato de calcio disuelto que se solidifica a medida que el agua se evapora. En cuanto al color de la roca, varía según la abundancia de minerales que se depositan arrastrados con el carbonato cálcico, así como a las algas termófilas que dan más color aún a la estructura.
Lo que es un hecho, es que fue un error que nos regaló una de las maravillas más hermosas del planeta.
¿Qué te parece? ¿Te gustaría conocerlo?
