Respeto, honestidad y responsabilidad son los ejes de su desempeño personal y profesional
Una mujer con autoridad, honesta, que se hace respetar nada más de verla, es Fernanda Familiar, quien celebra 30 años de oficio periodístico.
Durante este tiempo no sólo ha destacado por ser una mujer comprometida con México, sino por tener un carácter fuerte que la ha llevado a ser “la voz que muchos quieren ser”, y al éxito cimentado en una de revista de prestigio como Fernanda.
Desinhibida ante el lente de nuestro fotógrafo Óscar Ponce, Fer se mueve con facilidad y muestra seguridad en cada pose, aunque, eso sí, no es una mujer que persiga la fama.
Feliz, nos revela que está en uno de los mejores momentos de su vida pues, como todos, atravesó baches que parecían muy hondos.
Como periodista, no puede callar su inconformidad con la actual crisis que vive México y considera que nuestro país necesita más líderes de opinión que no tengan temor de manifestarse. En ese tenor, ella precisa que lo que menos tiene es miedo.
Conoce más a fondo su enigmática personalidad y todo lo que tiene que decir a los gobernantes y ciudadanos.
Te has convertido en una empresaria con mucho éxito, ¿qué sueño te falta cumplir?
Creo que todo está cumplido. Los retos son cotidianos, y uno diario es mantenerte. Llevo tres best sellers escritos, seguir adelante con una revista, con una página que tiene muchas visitas mensuales, la vara es muy alta, entonces mantenerte es el reto. Me gustaría regresar a televisión, creo que lo puedo lograr, pero nada a costa de no disfrutar a mis hijos. Pienso que antes de ser una excelente periodista, soy excelente mamá. El éxito se da con el equilibrio de toda tu persona, todos tenemos una parte intelectual, emocional, instintiva, motora, sexual; tenemos una parte social, de salud, de familia, y el éxito es tratar de caminar en armonía con todas ellas juntas.
En estos 30 años de profesión, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje?
Que en la vida son importantes tres cosas: el respeto, la responsabilidad y la honestidad, y para mí ninguna de ellas es negociable. Nada que rompa con mi honestidad es negociable, porque lo terminas pagando con quien más quieres. Nada que implique una falta de respeto a alguien; hay gente a la que respetas o le tienes miedo, a mí no me gusta que me tengan miedo, me gusta que me respeten, es más humano. Trabajo mucho en el tema de la responsabilidad, nunca puedo llegar tarde al programa, me levanto por más cansada que esté, tengo un chip en el cuerpo que me hace despertar. Vivimos en un país en el que a cada momento constato que somos más los buenos. Si viéramos toda la gente talentosa que hay en nuestro país, en lugar de ver a puro ratero y corrupto, todo sería más fácil.
Últimamente te has manifestado muchísimo contra el Presidente, ¿no te da miedo?
Tenemos más miedo de que las cosas sigan como están, que nos quedemos sin trabajo, que nuestro país no tenga el crecimiento que necesita, que nuestros niños no vayan a la escuela por culpa de unos vándalos que forman un sindicato. No le tengo miedo al Presidente, él debería tenernos miedo a nosotros.
Te lo pregunto porque sabemos que el periodismo en México es una de las profesiones más peligrosas…
Debemos tener cuidado, hay quienes se manifiestan contra unos, pero reciben dinero de otros: hay quienes atacan a unos, pero forman parte de los malos. Te hablé de responsabilidad, respeto y honestidad. No tengo por qué sentirme perseguida, creo que importa dónde se coloca el periodista. En el libro No la vi venir escribí un capítulo sobre seguridad y le puse: “No le pises la cola al león, si se la pisas, se enoja y ruge”. Si tú no te metes en cosas que comprometan tu estabilidad y la de tu familia, y simplemente eres la voz que muchos quieren ser, no tiene por qué irte mal; en el fondo no ofendes a nadie, sólo hablas con honestidad, y eso hace falta en nuestro país. Aquí no hay héroes, esto es una profesión. Es terrible ver cuántos periodistas han muerto y me gustaría saber en qué andan metidos, y si fue un golpe de suerte, qué tragedia, pero también le pasa al contador, al policía, al fotógrafo…
¿Nunca te han amenazado?
Sí, he sido amenazada, pero eso me lo reservo para la seguridad interna, que me rodea. Lo demás fluye: voy al trabajo, estoy en una empresa que me permite expresarme, eso vale oro. Se volvió viral mi comentario contra el Presidente y no hubo uno solo que dijera que me pasé, que fui grosera. Yo no insulto al señor Presidente, crecí con respeto a la investidura presidencial, a las instituciones y a la gente por su edad. Simplemente señalé lo que, creo, muchos ciudadanos vemos.
¿Qué posición tomas ante la crisis que vive México?
Nunca había visto un país tan golpeado como el mío. No sé si en las entrañas esté así, pero la percepción es esa. Cómo es posible que el Presidente aclare el calcetagate y no haga lo mismo con Ayotzinapa, la Casa Blanca y otros temas, ¿por qué aclara lo de los calcetines? No lo insulto, pero percibo que eso no es importante para los mexicanos y no hay nadie que le diga: “Así no, señor Presidente”. Hay un foco bien rojo y uno se pregunta ¿dónde estamos parados en términos de seguridad, de educación?
Desde tu punto de vista, ¿qué hace falta en México para que sea mejor?
Responsabilizarnos más como ciudadanos, tenemos derechos, pero también responsabilidades; no queremos que nos cambien la ley, que nos la apliquen; no deseamos llegar a tiempo, ni ser responsables. No queremos respetar, me sorprende que la gente se queje de un reglamente de tránsito, hay que cumplirlo, cuando lo cumplas te vas a dar cuenta que nadie te va a pedir mordida. Nosotros también educamos a esos políticos, a esas instancias, y como ciudadanos somos unos pasados de lanza. Queremos ganar de todas, todas; somos irreverentes por momentos, pero debemos ser mejores ciudadanos, tener mayor exigencia y entre nosotros buscar líderes.
Como periodista, ¿qué te falta cumplir dentro de tus metas profesionales?
Ahorita sí me gustaría entrevistar al presidente Enrique Peña Nieto, tengo varias preguntas que hacerle. Respecto a cómo preparo mis entrevistas, siempre me informo un mes antes sobre quién voy a entrevistar; el nivel de organización que hay en mí es brutal, por eso se puede hacer tanto.
¿Qué le preguntarías a Enrique Peña Nieto?
Con qué pensamiento se fue a dormir ayer en la noche, nada más para empezar.
¿Tienes alguna entrevista que haya sido memorable?
Todas, no hay una más que otra, todas te dejan algo, aunque algunas son como un chicle que se queda en tu zapato y es difícil de quitar; otras son un dulce, unas son rasposas, otras huelen a caño, otras te dan paz. Es una bendición entrevistar.
¿Quién fue tu primer entrevistado?
Alberto Ángel El Cuervo. En ese entonces yo no sabía ni quién era y me impresionó su imagen. Es un prototipo del mexicano norteño, adorable; fue hace muchos años, ahora me doy cuenta cuánto tiempo ha pasado.
¿Te sientes una mujer libre?
Sí, muy liberada. Hace muchos años fueron tiempos difíciles de acomodo emocional, ahora estoy muy bien. Un divorcio siempre es una ruptura brutal porque se rompe la hermosa idea de tener una familia y duele mucho. Estoy en paz en el sentido de que me reencontré a mí misma, supe sacar adelante a mis hijos, eso es de mucho aplauso. Hoy sé quién merece mi respeto y un espacio. Siempre deben preguntarse a quién respetan y verán que son pocas personas. En mi caso son mis hijos, son personas valientes, generosas, sensibles, listas y empáticas.
Se nota que te preocupas por tu estilo, ¿cómo podrías describirlo?
Conservadora. En cuestión de colores me gustan mucho los rojos, negros, morados, mucho blanco. Pienso que el estilo te lo da la personalidad, no lo que traes puesto. Me considero bastante conservadora y sencilla. Como directora de una revista no estoy al grito de la moda, eso es para otras personas, pero todo esto se trata de cómo te pongas la ropa.
¿Qué no puede faltar en tu clóset?
Zapatos. Hubo un tiempo en el que no invertía en estas piezas, pero me di cuenta que los zapatos buenos deben ser cómodos, durarte mucho tiempo, y es a lo que más le invierto ahora. Me gustan mucho los chalecos y los suéteres holgados. Las joyas las disfruto, pero me preocupa mucho traer algo muy caro porque tengo que pagar colegiaturas, hay una conciencia en mí por la cual no podría comprarme una bolsa excesivamente cara. Tengo un tope de 10 o 15 mil pesos y eso ya es un súper lujo, y a meses sin intereses. De la moda, lo que te acomoda; me preocupa más el asunto de cómo estoy por dentro y qué ves tú de mí. Me choca enseñar marcas, yo les debería pedir a las marcas que me paguen para enseñarlas.
¿Tienes algunas prendas predilectas?
Sí, hay ropa que me gusta y siento que me queda mejor que otra como Max Mara, Armani o Hugo Boss, pero al final también lo que no tiene marca. Regresé de Madrid y vi unos vestidos preciosos, cortos, coquetos y costaban 30 euros. No me fijo si es muy caro, aquí se da mucho que la gente se fija en la marca, y mi punto de vista es que no puedes traer una bolsa de 80 mil pesos cuando tienes responsabilidad de darles un ejemplo a tus hijos y de lo que implica el valor de las cosas; preferiría invertir en otra cosa. Vivimos en un lugar muy fashion, me encanta pasar a las tiendas, pero siempre soy sencilla.
Luces como una persona muy propia y segura, ¿cómo es Fernanda Familiar?
Me encanta jugar golf, dominó, ir al cine con mis hijos; amo los domingos familiares en los que nos quedamos a platicar horas, reír, jugar y llorar. Me gusta mucho ir a trabajar. Y fuera del medio de comunicación soy muy parecida afuera y adentro, vas a encontrar en mí a alguien congruente, me gusta estar alcanzable, cercana, ir al súper, levantarme de buenas y dormirme de buenas. A veces caemos en demasiada queja y peros en las cosas y en la vida, y no nos damos cuenta del milagro que somos de poder caminar, correr, ver y hablar. Esas son de mis actividades favoritas, me gusta la vida, disfrutarla. Soy una mujer comprometida con México.
CUESTIÓN DE ESTILO
Película favorita: Un gallo con muchos huevos, ya que “demuestra el talento mexicano”.
Artista predilecto: Phil Collins.
Comida preferida: Tacos o tortas de bacalao de El Cardenal.
Gusto culposo: Un pan con cajeta.
FRASES
“… en la vida son importantes tres cosas: el respeto, la responsabilidad y la honestidad, y para mí ninguna de ellas es negociable”
“Ahorita sí me gustaría entrevistar al presidente Enrique Peña Nieto, tengo varias preguntas que hacerle”
“… hay una conciencia en mí por la cual no podría comprarme una bolsa excesivamente cara. Tengo un tope de 10 o 15 mil pesos y eso ya es un súper lujo, y a meses sin intereses”