Es el fin del verano en el sur del continente y el calor aún se siente en Punta del Este, para disfrutar de la belleza natural de las playas uruguayas, el lugar ideal es el pueblo de José Ignacio, una pequeña localidad en la que no hay mansiones, sólo casas modestas.
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En este lugar, el empresario hotelero Alex Vik, decidió establecer un resort único y vanguardista, en el ofrece el mejor servicio y en el que los huéspedes disfruten de la tranquilidad de esta localidad.
Lo que comenzó como un sueño se ha convertido en todo un éxito en el mundo y este sitio ha comenzado a atraer las miradas internacionales ya que sus seis casas de paredes de vidrio y techos de paja han logrado destacar por su diseño y servicio.
Algo que el dueño ha mantenido con mucho cuidado son los detalles, ya que pretende que cada espacio tenga un sello único, como los baños de las habitaciones, que son diferentes uno de los otros, pero una de las atracciones principales es su piscina infinita hecha de granito negro, en donde podrás disfrutar de un espectáculo único en las noches, cuando refleja el brillo de las estrellas.
Además ofrece un gimnasio, un sauna, una zona de terraza amplia con vistas abiertas al mar, y un diseño elegante y contemporáneo en cada una de las suites y apartamentos que alberga, los cuales están decorados con obras de arte moderno y cuentan con aire acondicionado, TV y minibar.
En el mostrador de información turística del establecimiento se pueden reservar excursiones en kayak y obtener información para explorar la zona. Además, hay alquiler de coches y bicicletas.
El Playa Vik José Ignacio se encuentra a 15 km de La Barra y a 60 km del aeropuerto internacional de Punta del Este y cuenta con un servicio de enlace con el aeropuerto.
