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Estilo DF Weekend Miguel Bosé

por: Fernando Rivero Méndez

L a propuesta de hacer un MTV Unplugged llegó a Miguel Bosé luego de haber lanzado su producción discográfica número 11, Bajo el signo de Caín, en 1993. Sin embargo, por lo que él denomina “cuestiones de agenda” no concretó el proyecto. Le fue propuesto de nueva cuenta unos años más tarde, pero otra vez corrió con la misma suerte. Fue hasta este año, a punto de concluir, que el intérprete encontró las condiciones para grabar su desenchufado en el que también participaron amigos suyos, quienes atendieron su llamado. El ibérico platica con EstiloDF acerca de la selección de los temas para Bosé: MTV Unplugged, con el cual da una textura diferente a sus éxitos y en el que además deja patente la importancia que México tiene en su carrera, pues gran parte de las voces que lo acompañan son mexicanas. Bosé también habla de lo que será la larga gira Estaré 2017 que iniciará en las primeras semanas del año entrante y de por qué decidió poner este mismo nombre a uno de los temas inéditos de éste, su más reciente material discográfico.

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¿Cuánto tiempo de preparación hay detrás de un álbum como éste?

 

Poco, porque el MTV se decide un año y medio antes y empieza la producción con los números y los presupuestos. Cuando ya todo está cuadrado se firma el contrato, y hasta entonces se pueden empezar a cerrar cosas; en este caso el trabajo intenso fue un mes y medio antes, y sí, fue muy poco tiempo.

 

En el disco haces presentaciones muy específicas para cada uno de tus invitados…

 

Es que son amigos con los que tengo lazos muy fuertes. A Benny y a Sasha los conozco desde que tenían 11 años, por mencionar un caso; ese es el propósito de un MTV, que nos remita a lo íntimo porque esa es la percepción de la gente sobre este concepto, que estás en tu casa cantando con amigos, y a mí también me gustaba la idea de rodearme de mi gente más cercana, de la familia que tengo dentro del mundo de la música, que es mucha.

 

 

Una de las presencias que más sorprendió fue la de Marco Antonio Solís, ¿por qué decidiste incluirlo entre tus invitados?

 

Era el factor sorpresa. Lo que quería con Marco era la presencia de un emperador mexicano, uno de los grandes que hay, y fue el primero en entusiasmarse con el proyecto; me dijo que quería estar, y yo dije adelante, porque este señor es grande desde Alaska hasta la Patagonia, lo conocen todos, su música es de raíz, y eso me ha gustado de él desde siempre.

 

 

Sin embargo, no están todos…

Sólo los que pudieron estar, los que no pudieron fue por causas de su agenda.

 

 

¿Crees en los ángeles?

 

Si me lo preguntas por la manera en la que anuncié la presencia de Ximena Sariñana, en el disco te contesto. Esa historia de que le dijeron los ángeles que nos cuidáramos mucho mutuamente porque ésta no es la primera vida en la que nuestras almas se encuentran, sólo te puedo decir que eso me lo contó Ximena y a ella le llegó a través de una persona.

 

 

 

Pero tú, ¿crees en los ángeles?

 

Claro que creo en los ángeles, la existencia de Dios te la puedes cuestionar, pero no la existencia del ángel de la guarda; a mí me consta que cada uno tenemos uno enorme, eso es incuestionable, pero de Dios, no se sabe. Con el lanzamiento del disco viene también una ambiciosa gira… Desde mediados de febrero, creo que va a ser muy larga y a mí me encanta.

 

 

Con tanto trabajo, ¿a qué hora tienes esa intimidad de la que eres es tan celoso guardián?

 

 

La tengo, y aunque no me lo creas todos los días conservo un espacio para mí y es sagrado, porque si no lo tuviera no tendría forma de regenerarme, no descansaría, sería como llevar un coche por la carretera sin parar hasta hacer que reviente la máquina, por eso yo necesito parar todos los días y hacer un reposo.

 

 

“Estaré” es uno de los temas inéditos de este disco, ¿a quién se lo dedicas?

 

Es un legado que viene de una frase de mi hijo Tadeo. Cuando le dije que papá se iba y no iba a estar durante algún tiempo en casa porque iba a trabajar, me dijo: “No, no, papá siempre está (señalando con el dedo índice la cabeza y el pecho)”, y con eso me dije que debía robarle la idea e hice esta canción. Yo les he dicho a mis hijos que estando o no, me tengan en su corazón siempre.

 

 

Igualmente dejas ver tu postura política en el disco…

 

Con “Nada particular”, una canción que escribí en 1992, de momento con mucho lirismo y desahucio de alma, y ahora la canto en una versión que desde que arranca lo hace con mucha rabia, y no pasa de moda porque el tema de los exiliados ni desaparece, ni se soluciona, al contrario, cada día va peor.

 

 

Tener y atender a cuatro hijos, lanzar un disco, iniciar una gira internacional, requieren mucha energía, ¿de dónde sacas tanta vitalidad?

 

Me lo dicen mucho, no sé qué ven porque yo me veo las 24 horas del día, pero si la gente me ve con ánimo, a mí me da un subidón más fuerte. Ahora tengo un momento muy grande de estima propia porque soy un creativo, y cuando tienes un auge de creatividad te vas para arriba, te crees el rey del mundo.

 

 

Otra de las actividades que te ocupan es tu participación activa en la Fundación Patrimonio Indígena MX…

 

Conozco muy bien el país, he viajado mucho por México, y desde el primer momento me di cuenta de la necesidad que tienen las etnias mexicanas, y ésta no podía pasar inadvertida ante mí, tengo una deuda grande con este país. Con el tiempo conocí más sobre estos grupos étnicos, y Alejandro Soberón tenía una propuesta de parte de Fundación Coca-Cola, que si queríamos unirnos a ese proyecto para hacerlo más grande porque buscaban a un personaje que tuviera credibilidad, respeto y solidez para que entraran las aportaciones y los patrocinios necesarios, y esa persona tenía que ser yo.

 

 

¿Qué sentimiento te genera ver que los indígenas mexicanos tienen mejor calidad de vida gracias a la ayuda que les da esta fundación?

 

Hasta ahora se han abierto 12 albergues y vamos a seguir con más, ahora con la Asociación de Empresarios Chihuahuenses, que es ejemplar por cómo funciona en la Sierra Tarahumara. Hasta el día de hoy estamos abordando totonacas en Veracruz, Yucatán, Chiapas, Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Durango y otros estados; se trata de la integración de 16 millones de indígenas a la productividad del país, y eso a cualquiera lo hace sentir bien.

 

 

Viene fin de año, ¿cómo la pasas? En familia, como buen ciudadano. ¿En casa?

 

Con mi madre, mis hijos, mi gente más cercana, mis hermanos y haciendo ravioles porque somos italianos, mitad italiana y mitad española, y a mí me toca hacer la pasta a mano. Odio ese momento, hago 600 ravioles a mano, son muy laboriosos, y lo peor es que se comen en un momento, de un bocado; lo tengo que confesar: me da una rabia terrible, detesto hacer ravioles, pero es una tradición familiar, y yo hago mi parte

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