Pleno y sin prisa.
La pasión que Mauricio Ochmann profesa por el género dramático lo ha orillado a dejarse seducir, en incontables ocasiones, por proyectos de gran peso interpretativo durante casi dos décadas de trayectoria, permitiéndole figurar en el medio artístico como un actor infalible cuando se trata de encomiendas de esa índole. Sin embargo, a pesar de hacer del drama uno de sus sellos distintivos detrás de la cámara o arriba del escenario, Ochmann admite con deliberada franqueza sentirse especialmente atraído por la comedia, un género con el que comulga básicamente por considerarse una persona con un peculiar sentido del humor. Por ello, cuando el cineasta chileno Nicolás López lo buscó para protagonizar Hazlo como hombre, película con altas dosis de humor en la que interpreta a un hombre machista con bastantes prejuicios sobre la homosexualidad, no lo pensó dos veces. Y es que Mauricio vio la oportunidad ideal para dejar al descubierto su versatilidad y, de paso, reencontrarse con el género que lo vio nacer profesionalmente a finales de los 90 cuando aparecía en sketches para la televisión. Entusiasmado por el estreno de la cinta, que hoy llega a las salas nacionales, el intérprete habla en exclusiva con EstiloDF sobre los retos que le implicó darle vida a Raúl, la emoción que le produce compartir créditos nuevamente con su esposa Aislinn Derbez y el buen momento que vive en el plano profesional a pesar de decirle adiós a otro de sus personajes más entrañables.
¿Cómo llegó este proyecto a tu vida?
Todo comenzó porque Nicolás López, director de la película, y mi mujer se conocieron desde que ella hizo el remake de Qué pena tu vida. Por Ais fue que conocí a Nicolás, quien empezaba a darle forma a un proyecto que por aquel entonces se llamaba Amigo gay. Una vez que lo tuvo, nos lo mandó y a mí de inmediato me encantó.
¿Qué te orilló a formar parte de él?
Desde que leí el guión me pareció que se trataba de una historia muy contemporánea y del tipo de comedias que, siento, le hacen falta al cine mexicano. Quedé prendado de la manera tan directa y realista de abordar los temas, sin disfrazar nada, y de que contaba con un lenguaje igual al que usamos: sin tapujos, sin cosas irreales, similar a como hablan los amigos verdaderos. Cuando me la dieron y la leí, quise sumarme a esto. Además, siento que es muy fácil relacionarse con los personajes y la historia por la forma tan buena en que está escrita. Raúl, mi personaje, me encantó porque se trata de pretexto perfecto, el cual muy pocas veces se nos presenta en pantalla, para burlarnos de esta parte conservadora y machista de la sociedad. Me pareció un trabajo y un reto muy bonitos.
«No se trata de típica comedia superficial en la que te ríes porque los personajes se hacen los chistosos o por la broma simple, esta película tiene corazón, habla de la familia y los amigos, de entrarle a los miedos, a las inseguridades, a los cambios, a quitarnos esos límites impuestos por sociedad, y muchas cosas que la vuelven entrañable».
Acostumbrado a papeles con mayor carga dramática, ¿implicó un reto acercarte a la comedia?
Tenía muchas ganas de hacer comedia, un género que quería explorar desde hace tiempo. De repente he tratado de que mis personajes que aparecen en otros proyectos posean cierto sentido del humor, como El Chema, quien a pesar de ser un narco matón y sanguinario, tiene cierto toque de humor negro, pero una comedia como ésta lo he hecho muy pocas veces. Claro que hubo reto, sobre todo porque mi encomienda era hacer algo totalmente distinto a lo que había hecho antes, como cuando empecé con Héctor Suárez haciendo sketches (La otra cosa), pero con un tono mucho más distinto. Aquí se trataba de una historia más realista que te orillaba a mantener cierto equilibrio para no pasarme o quedarme abajo respecto a lo que se necesitaba.
En esta ocasión Aislinn y tú interpretan a dos hermanos, ¿es cierto que la idea de no repetir como pareja fue de ambos?
Así es, jajaja. Veníamos de hacer A la mala y queríamos hacer algo juntos, pero diferente. Entonces nos encontramos con esta comedia no romántica que manejaba un tono distinto y que no giraba en torno a una pareja, sino a un grupo de amigos, al romance que existe entre ellos y lo importante que es conservar la amistad a pesar de las diferencias. Entonces, cuando el proyecto llegó a nosotros decidimos que estaba padre volver a trabajar juntos, pero también no repetir como pareja, algo que queremos dejar para más adelante, porque nos encanta trabajar juntos y tenemos planes con nuestra productora (A Toda Madre Entertainment). Se nos hizo muy divertido interpretar en esta ocasión a unos hermanos, algo que nos permitiría seguir trabajando juntos, pero explorando algo diferente para no desgastar esa imagen en conjunto.
Esta película se burla del cliché, pero no del personaje gay, sino del homofóbico, ¿fue complicado lograr esto?
Nicolás me planteó que mi encomienda consistía en hacer un personaje lo suficientemente machista, homofóbico, detestable, pero adorable al mismo tiempo. Entonces fue trabajar mucho en crear un personaje que pudiera caer pésimo, dándole todo el tiempo a estos chistes machistas y burdos, y bulleando al amigo que está saliendo del clóset, pero al mismo tiempo teniendo muy claro el objetivo de hacerlo querido. Estoy satisfecho con lo que logramos, pues creo que se alcanzó la meta. Y es que Raúl sí logra caerte gordo, pero al final descubres que es un tipo que también te provoca ternura, te cae bien y te hace sentir cierta empatía. Lograr ese cometido fue lo más complicado.
Tengo entendido que la cinta se grabó en tiempo récord, ¿qué tan complejo fue trabajar de esta manera con objetivos tan bien delimitados?
Así es, la hicimos en 18 días, lo que la convirtió en una película en tiempo récord. Pero ayudó bastante que el guión estaba muy bien delineado, dándome la facilidad de recargarme mucho en él. Traté de matizarlo lo más que podía y llevarlo al extremo lo más que me fue posible. Por ejemplo, en algunas escenas en las que mi personaje se enojaba, se sacaba de onda o se ponía a llorar; Nicolás me pedía que llevara al extremo esas emociones, que me sobreexigiera. De principio no me caía el veinte, pero una vez que veíamos el resultado me parecía impresionante lo logrado, pues lo sentía muy real. Nicolás hizo que las cosas fueran muy fáciles, además nos dejaba proponer todo lo que se nos ocurriera.
«Tanto personal como profesionalmente me siento en paz, estoy tranquilo y sin prisa»
¿Qué fue lo que más disfrutaste de este proyecto?
Tendría que decir que fue el día a día con el resto de mis compañeros y el staff, un crew bastante reducido, pero con el que viví unos días de trabajo muy emocionantes. Era como llegar a jugar. También me divertí mucho viendo las escenas de Ais, en las que le tocaba volverse histérica, y provocaba que nos atacáramos de la risa. Aunque eso sucedió también con las escenas de mis demás compañeros, especialmente de Alfonso Dosal y Humberto Busto.
¿Aprendiste algo de tus compañeros con mayor experiencia en la comedia?
Creo que sí. Por ejemplo, Humberto tiene un timing de comedia impresionante y sabe manejar diferentes tonos, dos cosas que te dejan mucho. Con Ais también aprendí, pues sabe manejar esa comedia con veracidad y moverse entre diferentes tonos, algo que es súper difícil, sobre todo por la intensidad y el realismo con los que lo hace. Podría decir que aprendí que no importa que la situación requiera de mucha intensidad, siempre se puede hacerlo con suficiente credibilidad.
Desde tu perspectiva, ¿qué elementos pueden hacer entrañable a esta película?
Me parece que posee este elemento de realismo y a su vez no se trata de la típica comedia superficial en la que te ríes porque los personajes se hacen los chistosos o por la broma simple, esta película tiene corazón, habla de la familia y los amigos, de entrarle a los miedos, a las inseguridades, a los cambios, a quitarnos esos límites impuestos por la sociedad, y muchas cosas que la vuelven entrañable. Al final, para mí se resume en la importancia de la familia y lo que estamos viviendo hoy en día: el amor por la diversidad en todos los aspectos, de género, de creencias, de pensamientos e ideologías.
¿Consideras que su temática pueda llegar a causar cierto escozor en algunos espectadores?
Puede ser, pero la idea es que se puedan reír de eso. Finalmente mi personaje es una de esas personas que se sienten incómodas con el tema, y tiene esa sensación constante de querer huir de todo, pero finalmente se queda por amor a sus seres, pero sobre todo amor a su propia vida. Yo creo que habrá sentimientos encontrados, pero qué padre sería ver que la gente que vea le película se dé cuenta de ciertas cosas y cambiara ciertos aspectos de sí mismo.
Además de esta película, el buen momento profesional que vives se lo debes a El Chema, serie que recientemente concluiste con resultados positivos, ¿cuál es el balance tras finalizar este proyecto?
Me aventé varios años representando a El Chema y, como actor, lo más rescatable de esta experiencia fue ver que un personaje, que cuando empezó no se sabía muy bien para dónde iba ni cuánto iba a durar, haya logrado crecer tanto, al grado de haber tenido su propia serie para contar su historia. Me deja muy satisfecho lo logrado, sobre todo porque se trató de un personaje que inició como antagónico al final de la primera temporada de El Señor de los Cielos, pero que fue gustando y creciendo hasta que se quedó para la segunda y tercera temporadas, hasta lograr su spin-off .
Se nota el apego que le tienes a este personaje, ¿será entonces que te veremos darle vida una vez más?
Por el momento creo que hasta aquí llegó. Si te soy sincero, pienso que ya hay mucho de lo mismo y siento que llegué a un momento en el que me entró cierta responsabilidad social con la clase de contenidos que quiero hacer.
¿Qué detonó esta decisión?
Creo que tuvo que ver con que se me empezaron a acercar muchos niños, algunos muy pequeños, de menos de 10 años, que son fanáticos de la serie o de este tipo de contenidos. Sé que no es que yo haya venido al mundo a educar, porque eso es responsabilidad de los papás, pero sí debe existir una especie de llamado de atención para que cuidemos lo que ven nuestros hijos. Por ejemplo, mi hija tiene 13 años y no ve la serie, ve cosas que van de acuerdo con su edad, y creo que de ahí partió esa responsabilidad sobre las cosas que quiero mostrar. Prefiero hacer otro tipo de contenidos, pues yo ya viví esa etapa.
Entonces, ¿se acabaron para ti este tipo de proyectos que abordan el narcotráfico?
Considero más bien que el tema lo podemos tocar, pero creo que ya desde otro punto de vista. Siento que ya no podemos seguir glorificando a estos personajes. Es como hacerlos ver cool y, si lo piensas fríamente, no tienen nada de eso; podemos contarlo desde otro punto de vista.
«Mi encomienda consistía en hacer un personaje lo suficientemente machista, homofóbico, detestable, pero adorable al mismo tiempo»
¿Qué planes tienes en puerta?
Empiezo otra película en los próximos meses y echando a andar otros proyectos con A Toda Madre Entertainment, la productora que tengo con Ais, y espero que muy pronto ya podamos dar noticias.
¿Cómo defines el momento que vives actualmente?
Tanto personal como profesionalmente me siento en paz, estoy tranquilo y sin prisa. Como que se me acabó la prisa de llegar, de ser, de lograr, de alcanzar algo en particular; ahora disfruto el día a día, los procesos, me divierto mucho haciendo lo que hago y me lo saboreo más. Si tuviera que resumirlo, sería como pleno y sin prisa.