H an pasado casi 30 años desde que los 80 terminaron; sin embargo, cuando Jorge D’Alessio (JD) y Tana Planter (TP) hablan de aquella icónica época, una emoción particularmente fresca se manifiesta a través de ellos. “Es la década más increíble de todas”, dicen casi al unísono en medio de risas e intentando trabajosamente modular los decibeles de su voz, a sabiendas de la euforia que les provoca hablar de esos años vividos entre discos de Depeche Mode y Flans, jugando Atari y yendo al cine para ver Volver al futuro y la Historia sin fin. Basta con escucharlos para entender que desde muy jóvenes, ambos son plenamente conscientes de que la influencia de aquellos días permanecería eternamente indeleble. No obstante, con esa misma certeza también es posible notar que ninguno dimensionaba hasta qué grado iban a ser marcados por la que muchos, incluidos ellos, llaman la década de oro de la música. Y es que cuando hace 11 años le dieron vida a Matute, proyecto que no tenía otro propósito más que reunir a un grupo de amigos deseosos por revivir los éxitos musicales de su juventud y buscar (de alguna manera) rendir un tributo a toda su generación, nadie se imaginaba el impacto que tendría en su vida y en la de todos aquellos que los han seguido desde su origen. “Jamás nos imaginamos que todo esto iba a crecer tanto”, admite Tana, quien luego de rememorar sus primeras presentaciones con apenas una decena de invitados, subirá mañana al escenario de la Arena Ciudad de México junto a Jorge, Ignacio Izeta, Pepe Sánchez, Irving Regalado y Paco El Oso Morales, en el que se antoja como el acontecimiento más importante de su ascendente carrera. En entrevista con EstiloDF, los vocalistas de Matute hablan sobre los detalles de esta noche, la apasionante devoción que sienten por los 80 y cuál consideran que ha sido la clave de su éxito.
Están a punto de subir al escenario del que se augura como el concierto más grande e importante de Matute a la fecha, ¿cómo se sienten al respecto?
JD: Imagínate, nos invade la emoción y no tenemos palabras para dar crédito de todo lo que estamos pasando. Somos conscientes de la encomienda y por eso es que hemos preparado un show acorde a la ocasión. Mientras trabajamos en cada detalle, no pensamos en otra cosa más que en lo agradecidos que estamos con Dios y con nuestra familia ochentera, el público de Matute que es fiel y nos ha llevado a lugares inimaginables como lo va a hacer este sábado.
¿Eso quiere decir que podremos esperar cosas grandes?
TP: Claro que sí. Hasta ahora se trata del concierto más importante que hemos dado, además vamos a festejar 11 años de carrera y, por si fuera poco, vamos a lanzar nuestro primer DVD en vivo; es por eso que tenemos invitados muy especiales como JNS, Edith Márquez, La Unión y Kenny y los Eléctricos, entre otros.
Desde que se formó Matute, la encomienda de la banda es rendir tributo a los iconos de los 80, ahora que ellos deciden sumarse a sus presentaciones ¿qué significa para ustedes?
JD: Para nosotros es una palomita en el corazón, porque cuando los protagonistas originales de todas estas canciones te avalan y te dicen que se quieren subir al escenario con nosotros porque realmente les gusta lo que hacemos, te deja sin palabras. Nos sentimos bendecidos de que esto nos suceda. Muchas veces nos había pasado que, hablando entre nosotros, nos imaginábamos lo que significaría poder colaborar con cada uno de los artistas que tanto admiramos; entonces cuando por fin nos animamos a pedirles que toquen con nosotros y nos dan el sí, se siente muy cabrón, jajaja.
¿Y ese aval no incrementa la presión?
TP: Sin duda, por eso es que se trata del show más retador que hemos tenido en los 11 años que tenemos juntos. Se junta todo: un lugar muy imponente y grande, que va a ser grabado y que tenemos a estas figuras. Este concierto es un compilado de emociones para nosotros, hay mucho agradecimiento con la gente que nos ha permitido cumplir muchos sueños: dos Auditorios Nacionales y ahora la Arena Ciudad de México, nunca nos imaginamos nada de esto. Será una noche de gozo, de agradecimiento y mucha emoción; ahora esperamos que sea una noche inolvidable para la gente, como ya lo es para nosotros.
Ahora que pueden presumir de llegar a recintos enormes, ¿cómo lucen aquellos primeros días juntos?
JD: Recuerdo perfecto la primera vez que tocamos en un bar en el sur de la Ciudad de México, donde apenas había nueve personas en el público, y seis de ellos eran amigos nuestros, jajaja. Pero más allá de ese humilde comienzo, lo que recuerdo es que la emoción de esos primeros días permanece intacta. Desde hace 11 años seguimos compartiendo un sentimiento similar, ese que nos dice: “Vamos a subir al escenario a tocar porque es lo que amamos hacer”; nos disfrutamos como músicos, disfrutamos esta música y vamos a celebrar quiénes somos como generación.
Ahora que hablamos de sus comienzos, ¿Matute posee un origen similar al de la mayoría de las bandas que abundan en los bares de ésta y otras ciudades?
JD: Por supuesto, Matute siempre fue un pretexto para tocar lo que queríamos porque queríamos; jamás vimos esto como un negocio. Hoy en día sabemos, y lo decimos con plena humildad, de otros proyectos musicales que buscan incursionar en este mercado por otros motivos, pero lo que ha sucedido con Matute fue decidido por la gente, no por nosotros. Aquella primera vez sólo teníamos en mente poder juntarnos un día a la semana para tocar la música que nos gustaba. Cada uno tocaba con diferentes artistas y estaba inmerso en sus propios proyectos, así que vimos esto como una oportunidad parar vernos. Sin embargo, cuando conectas con la gente y ésta aprecia lo que haces, porque siente que estamos contando la historia de su generación a partir de la música, se logran cosas como lo que nos pasó a nosotros. Todo esto se dio de manera natural, y todos ellos a quienes nos referimos como nuestra familia ochentera (porque sólo tu familia es aquella que te presume, te comparte, te apoya) fueron los verdaderos artífices de esto. Lo que más me satisface es saber que hay gente que va a nuestros conciertos, no para escuchar un hit, sino para celebrar quiénes son como generación y porque nos consideran el vehículo ideal para ese propósito.
¿A partir de qué momento se dieron cuenta del potencial de Matute?
TP: Después de un tiempo de tocar en aquel primer lugar, y conforme comenzamos a percatarnos que cada vez había más y más gente, decidimos crear toda una experiencia ochentera: La guerra de los 80, en la que interactuábamos con los asistentes y hasta teníamos personajes en vivo y bailarines. Pronto fuimos testigos de llenos y una gran demanda en cada una de nuestras presentaciones, creo que fue en ese momento cuando nos dimos cuenta que todo esto estaba tomando fuerza.
¿Qué piensan sobre aquellos que llanamente los tildan de ser una banda de covers?
TP: No nos molesta que nos etiqueten de esa forma, hacemos covers, pero nos gustaría invitar a toda esa gente a que vaya a una de nuestras presentaciones para que se den cuenta que realmente lo que nosotros ofrecemos es toda una experiencia y un homenaje a la década que consideramos es la más rica musicalmente hablando. Además, no nos clavamos en esos comentarios, respetamos mucho la opinión de cada quien; más bien creemos que es el trabajo el que habla por sí solo.
JD: A mí me gusta decirle a toda esa gente: “Danos chance de ser tu entretenimiento una sola noche y ya veremos si cambiamos tu percepción”. Por otro lado, siempre he creído que en México golpean mucho al cover, algo que se me hace curioso porque quizá no muchos sepan que los más grandes éxitos de Luis Miguel son covers, como también lo son las canciones más populares de los 80. Teniendo lo anterior en cuenta, es que entonces la responsabilidad de cómo se expone una canción en vivo es enteramente del artista en turno, en este caso Matute siempre se ha enfocado en eso, en hacer las cosas de manera única, por eso es que nuestra meta es crear experiencias, la música es meramente pretexto.
¿Por qué creen que exista un apego especial por los 80, incluso por personas que ni siquiera tuvieron la oportunidad de vivir en esa década?
JD: Nosotros creemos fielmente que la riqueza musical de los 80 es maravillosa,