CAMBIA DE PIEL.
EL cantante de Reik expresa los deseos del grupo de experimentar con nuevos sonidos y sensaciones, e incursiona en el género urbano.
A pesar de la incertidumbre, a pesar del qué dirán… “los cambios siempre son buenos”. Al menos así es como lo ve Jesús Navarro, quien junto a Julio Ramírez y Bibi Marín decidieron aventurarse a dar el que podría ser considerado como el paso más arriesgado de Reik en toda su carrera: dejar las guitarras y el romanticismo por un rato para adentrarse en el género urbano. Pero, ¿qué motiva la decisión del trío que durante 15 años había sido un fiel abanderado del pop? Navarro cree que la razón tiene que ver con el firme deseo de evadir el estancamiento y seguir demostrando su capacidad para reinventarse. Sin embargo, a pesar de la firmeza que hay en sus declaraciones, el cantante no teme admitir que la duda los acechó cuando los tres habían decidido que los ritmos urbanos impregnarían al nuevo Reik. “Pero no tomamos decisiones con miedo, ahora estamos para aventarnos y experimentar”, reflexiona como si repentinamente recordara aquel consenso en el que se decidía el destino de la agrupación. “Hay que darse cuenta dónde está parado uno, y si la gente te está dando esta oportunidad, hay que aprovecharla”. A unas semanas del lanzamiento de “Me niego”, sencillo que marca su incursión formal en el género, tras convertirse en la primera creación original del grupo y no una reversión de alguno de sus temas, como ya había ocurrido en el pasado, Jesús habla con EstiloDF para ahondar en las motivaciones que rigen el andar de Reik y revelar las enseñanzas que esta nueva experiencia les ha brindado.
“Me niego” causó revuelo por el cambio tan drástico en su sonido, ¿de verdad había tantos deseos por transformarse?
Sí, sí había mucha inquietud por cambiar. Pasa que llevamos muchos años trabajando, pero seguimos estando relativamente jóvenes, entonces si bien estamos muy agradecidos y encantados del lugar que tenemos, también estaba esa inquietud de hacer cosas nuevas; nunca hemos querido ser de los artistas que encuentran su forma y su sonido y se quedan con eso para siempre, por eso tratamos de experimentar dentro del pop de una manera que para nosotros fuera razonable, escuchando qué está sucediendo en el mundo, tomando la temperatura y tratando de hacerlo a nuestro estilo, incluso cuando en los artistas latinos lo que se espera es que al encontrar su fórmula se queden ahí. De pronto llega esta oleada de artistas urbanos con un concepto nuevo, una manera diferente de hacer música, procesos creativos y formas de distribución distintas, y todo ello nos atrapó. Sin embargo, tuvimos que hacer un ajuste porque sí nos preocupamos, nosotros estamos acostumbrados a hacer las cosas muy a la vieja escuela, los tres empezamos con una disquera transnacional gigante y ahora las cosas ya no se hacen así. Ha sido como aprender nuevas cosas. No crear música diferente, porque considero que para hacer cosas diferentes estamos preparados, sino a entender nuevas formas de hacer llegar nuestra música y a que esto no se sienta como unos viejitos queriendo vender un concepto nuevo. Pero ahí está el trabajo, consecuencia de un esfuerzo enorme de parte de un gran equipo detrás de nosotros. Ahora la última palabra la tiene la gente que, emocionado, puedo decir que está conectando y aceptando bien el cambio, porque no siempre es el caso.
«Lo que estamos haciendo con ‘Me niego’ cae dentro del género porque tiene un beat más prendido de lo que hemos hecho antes, pero no es urbano en el sentido tradicional»
Pero más allá de que sea un esfuerzo por estar a la vanguardia y dejar en claro sus capacidades, es vital que exista una conexión con el género, ¿a ustedes les pasa?
Es muy entendible que a veces se piense que esto se hace más por otra cosa, porque el género urbano como tal ha monopolizado las listas, pero al igual que el pop, el urbano es súper variado y con muchos subtipos con los cuales puedes conectar. Si a mí me preguntas sobre el reguetón súper old school, del que quizá no conozco tanto, te diré que no me gusta, no conecto con esa música, con esa “intensidad”; sin embargo, sobre lo que está haciendo J Balvin, que es urbano, pero no reguetón, sino trap y algo más melódico, tengo una opinión muy diferente. Lo que estamos haciendo con “Me niego” cae dentro del género porque tiene un beat más prendido de lo que hemos hecho antes, pero no es urbano en el sentido tradicional. Entonces, ¿está bien llamar urbano a lo nuevo que está haciendo Reik? Sí, pero creo que (nombrarlo) urbano como que lo encajona un poco. La mayoría de los mexicanos no nos hemos metido tanto en este género, por eso es un tanto común escuchar comentarios de que todo el reguetón suena a lo mismo, pero así pasa con cualquier género que uno no conozca. Si no escuchas pop, particularmente el mexicano, podrías decir que nosotros (Reik), Sin Bandera, Camila, Jesse y Joy y Río Roma sonamos a lo mismo, pero no es el caso.
¿Cómo llegaron a un acuerdo entre ustedes para saber hasta qué punto iban a intentar cosas nuevas?
Empezamos a escribir, vamos experimentando y proponiendo cosas, hablamos de lo que hemos oído y lo que nos gustaría escuchar o intentar, adaptarlo a lo que hacemos nosotros para después pulirlo. Más que decir: “Vamos a hacer una canción con un tempo tal o con una letra tal”, vamos haciendo, y conforme la canción toma forma te das cuenta si será algo especial que logre trascender.
Aunque algunos puedan creer que este sencillo es su primer contacto con el género, ya habían hecho cosas anteriormente, ¿será que ya lo tenían en mente desde hace tiempo?
Es algo que venimos trabajando desde hace un rato. La primera canción que hicimos fue con Nicky Jam, se trataba de la versión urbana de “Ya me enteré”, que originalmente salió en balada y tuvo una increíble aceptación. Esta experiencia provocó que nos adentráramos en el mundo de lo urbano, que conociéramos a los artistas, productores y toda la gente involucrada, que por cierto estaban completamente desconectados de lo que hacemos nosotros y que nos ha traído mucho aprendizaje.
¿Cuál es la historia detrás de “Me niego”?
Fuimos a escribir el track con un grupo encargado de crear muchos temas icónicos del mundo urbano. Grabamos un demo de esta canción y después Ozuna la oyó en el estudio sin que nosotros estuviéramos ahí. Le latió muchísimo y grabó un pedacito. Lo mismo pasó con Wisin, quien después de escuchar cómo iba la canción, quiso dejar su huella. Creo que todo eso le dio una vibra especial, porque todos los que participamos de verdad queríamos formar parte de eso, no fue una cosa de negociación o de estrategia, que aunque no tiene nada de malo, ofrece un resultado distinto.
Si bien todo fluía de buena manera, ¿no había incertidumbre por lo que estaban a punto de lanzar?
Siento que el público nos ha puesto en una posición súper privilegiada al no depender enteramente de nuestro último sencillo o disco, es decir, la gente sabe que somos más que eso y que cuando nos vaya a ver le vamos a echar todas las ganas para ofrecer un buen espectáculo. Con eso en mente ya puedes tomar riesgos o hacer cosas diferentes, y si eso no funciona cuentas con la posibilidad de ponerte a trabajar en lo que sigue. Eso no quiere decir que no exista aquella inquietud de qué irá a pasar, pero no tomamos decisiones con miedo, ahora estamos para aventarnos y experimentar. Si funciona, increíble, y si no, no pasa nada, seguimos trabajando.
«Nunca hemos querido ser de los artistas que encuentran su forma y su sonido y se quedan con eso para siempre, por eso tratamos de experimentar dentro del pop de una manera que para nosotros fuera razonable»
¿A qué le atribuyen esa filosofía de correr riesgos, pero de no tener miedo?
Justo a esa posición en la que estamos. No es que sea una cosa necesariamente de actitud, somos bien miedosos los tres, solamente que hay que darse cuenta dónde está parado uno, y si la gente te está dando esta oportunidad, hay que aprovecharla.
Después de la buena respuesta de parte de sus seguidores, nuevos horizontes se vislumbran al haberse ubicado en los charts mundiales…
Se trata de un fenómeno mundial. Somos afortunados desde nuestro primer disco, pues aunque no sabíamos bien qué estábamos haciendo, Sony apostó por nosotros y nos llevó a ser conocidos en todo el continente. Si bien es algo que ahora se ve en otros grupos como Ha*Ash y Camila, que trabajan en otros países, durante muchos años fuimos los únicos que estábamos en toda la región. No obstante, tenemos la inquietud de ir a Europa, Asia y todos esos territorios que nos hace falta visitar. Esta canción nos mostró que hay un montón de interés en otros países y que cada vez son más lugares los que ya están pidiendo una visita nuestra.
Se siente como si hubiera una emoción muy similar a la que experimentaron hace casi 15 años con ese debut de ensueño…
Sí, al menos yo lo estoy disfrutando mucho más esta vez porque el hitazo que fue nuestro primer disco fue muy lindo, pero no teníamos idea de cómo estaba pasando, no éramos conscientes de lo preciado que era vivir todo eso. Asimilábamos ese nivel de éxito como algo común, pero ahora sabemos que no lo es. Ahora entendemos que llegar a un país nuevo y ser recibido con los brazos abiertos es algo que no tiene precio ni comparación, por eso estamos muy agradecidos. Y mucho más maduros… Sin duda. Es bien rico llegar a lugares donde no nos conocen, pero con 15 años de experiencia. Tenemos muy fresco cuando llegamos a la capital y no sabíamos dar entrevistas, cuando nadie nos dijo cómo se hacían las cosas y éramos tres chamacos pelados de Mexicali que venían aquí a jugar a que eran famosos. Ahora repetir estas experiencias con la madurez de una carrera de década y media es bien rico porque llegas con la seguridad de que aunque te encuentres a gente que no sabe nada de ti, es posible conectar con ellos.
«Eso no quiere decir que no exista aquella inquietud de qué irá a pasar, pero no tomamos decisiones con miedo, ahora estamos para aventarnos y experimentar. Si funciona, increíble, y si no, no pasa nada, seguimos trabajando»
Las redes sociales nos permitieron saber que hubo una buena respuesta de parte de sus seguidores, pero ¿qué opinas de sus detractores?
Hay música para todos. Si ahora no gusta lo que estamos haciendo, no pasa nada si no nos escuchan por un rato. Tampoco quiere decir que no vayamos a volver a sacar una balada. No me gusta la idea de colgarme etiquetas, simplemente seguimos siendo Reik.
¿Habrá pronto un nuevo disco?
Sí, por lo pronto vamos a sacar sencillo por sencillo y luego veremos si ese material conforma un disco o si vamos a sacar material extra. Ahora que estamos trabajando de esa forma, canción por canción, tenemos esa inquietud por hacer cosas más interesantes.
¿Seguirán en la línea del último sencillo?
Vienen muchas colaboraciones, todas bastante digeribles, pues no se trata de reguetón; hay baladas en las que también habrá un montón de colaboraciones, lo cual nos tiene muy emocionados.
¿Qué hay de los shows en vivo, cómo será ver a este nuevo Reik sobre el escenario?
Justo en eso estamos, desarrollando el orden del show y cómo le haremos para que no se sienta como que “algo brinca” y que tenga sentido. Además, afortunadamente en este punto de la carrera y con el acceso que tenemos a los diferentes recursos creativos, se pueden hacer cosas increíbles, así que esperen cosas muy buenas de nosotros.
Ahora que tienes la oportunidad de cantar un nuevo estilo, ¿cómo te sientes con el cambio?
Muy diferente. Las cosas que valen en un género no valen en otro, y viceversa; entonces es aprender a interpretar de diferente manera, a fijarte en cosas distintas al momento de cantar. Nosotros trabajamos con Kiko Cibrián, quien como el gran productor y súper músico que es, puede ser muy estricto, pues quiere la nota exacta, la inflexión, el aire y todo muy específico, por lo que muchas veces se repite la toma 600 veces hasta que quede exactamente lo que estamos buscando. De pronto en el urbano nada de esto existe, se trata de “pegarle” a la nota, y si no lo logras, “no pasa nada, aquí lo arreglamos con la computadora”; todo es rápido, aquí no te tardas más de 20 minutos en grabar algo. A pesar de todo esto, no puedes quitarle mérito porque creo que lo que vale en el reguetón es el color de la voz, la interpretación, sí, pero de otra manera.
¿Te sienta raro ese giro tan radical?
Sí me viene mucho menos natural, Eso no quiere decir que no exista aquella inquietud de qué irá a pasar, pero no tomamos decisiones con miedo, ahora estamos para aventarnos y experimentar. Si funciona, increíble, y si no, no pasa nada, seguimos trabajando pero se aprende, lo cual también agradezco porque ya después de un rato, cuando tienes bien amarrada tu técnica y bien entendida tu identidad, te aburres, la neta. Entonces hacer cosas que son un reto como cantante, aunque pensarías que no porque son las canciones más fáciles de cantar, tiene su chiste.
Y a Julio y Bibi, ¿les sucede lo mismo?
Sí, mucho, porque también tienen que aprender a tocar de manera diferente y a componer de otra forma para no caer en lo cursi. Ahora están entrando a una dinámica muy distinta.
¿Cuál consideras que ha sido la clave para que esto haya funcionado tan bien?
Creo que es porque no acudimos con un reguetonero a que nos diga qué cantar, estamos yendo con los autores y los productores para hacer las canciones desde cero, intentando cosas y siendo objetivos con lo que funciona y no. Es un trabajo de muchos meses y mucha tenacidad (…), le estamos entrando con la misma humildad y las mismas ganas para que el resultado se sienta real, no como que nos hicieron un track y a mí me pusieron a cantar encima.
¿Les resulta difícil ser objetivos?
A nosotros no. Somos tres músicos sumamente autocríticos y a veces muy duros, cada quien con sí mismo. A mí me pasa mucho que luego no me gusta cómo suena mi voz en tal canción, y que Julio o Bibi me digan: “No está mal, tranquilo”. O también Julio, quien escribe casi todas las canciones y luego piensa: “Esto está terrible”, y es ahí donde le digo que a mí sí me gusta y le sugiero intentarlo. Creo que lo único que nos deja todo eso es que los procesos se alarguen, jajaja.