Sorprendidos y agradecidos.
Incuestionable es el éxito de Luis Miguel: La Serie, pero ¿qué emoción provoca a sus protagonistas formar parte de la emisión más popular del momento? Gratitud es la palabra que repiten Diego Boneta y Juanpa Zurita en repetidas ocasiones durante nuestros respectivos encuentros, en los que tal parece que el hecho de que sus nombres y rostros inunden las redes sociales y acaparen los titulares de todo el país, poco importa. Y es que la fama pasa a segundo término para el actor y el influencer, quienes desde hace años acariciaron el éxito gracias a sus proyectos en el cine y en la web, respectivamente. Ambos son contundentes en citar el aprendizaje como su mayor logro. No es para menos, mientras que Diego tuvo la encomienda de personificar a uno de los cantantes más icónicos de la música en español, Juanpa se vio desafiado a dejar de lado la comedia para incursionar en la actuación. En entrevista, ambos profundizaron en la experiencia que supuso darles vida a Luis Miguel y a Alex Basteri y formar parte de un proyecto que, además de probarlos en muchos aspectos, les permitió conocer mejor sus anhelos personales y profesionales.
Diego Boneta
Hasta el momento hemos sido testigos de episodios repletos de mucho dramatismo, emoción e intensidad, pero ¿han reservado algo especial para la segunda parte de la temporada?
Lo mejor va a ser el final, totalmente. Puedo decir que, desde que leí los guiones, me encantó la serie pues no mostraba todo en el primer capítulo, sino que va creciendo y con cada episodio se va poniendo más fuerte la cosa, van subiendo las apuestas. Aquí la situación cada vez se pone más tensa, entonces eso hace que por esa tensión, en todo, tanto en el lado familiar, como en el de mi relación con mi papá o en el amoroso, todos son golpes muy fuertes para un ser humano. Luis Miguel va cambiando, va aprendiendo de esto y eso es lo que lo va haciendo a él la persona que es hoy ¿no?, entonces en cada capítulo habrá sorpresas, conocerán nueva información, entonces sí, se va a ir poniendo mejor la cosa.
El éxito de la serie es innegable, ¿será esto lo que te causa más orgullo de este proyecto?
He aprendido a no asociar el orgullo con el éxito que tienen mis proyectos, sino más bien por la experiencia que fue el rodarlos, por todo el aprendizaje que me dejan, independientemente de qué tan bien le vaya. Para muchos actores algunas veces pasa que lo que nos causa más orgullo son cosas que muy poca gente ve. Éste es el proyecto del cual me siento más orgulloso en toda mi carrera, y que le esté yendo tan bien es algo muy especial para mí, pero me enfoco más en el esfuerzo que todos pusimos, porque para hacer una serie como ésta se requiere de mucho trabajo en equipo, pero no sólo de los que aparecemos en pantalla sino también de tantas y tantas personas detrás y de todos los departamentos, pues con que uno de ellos falle, todo puede caerse. Entonces ver que todo haya fluido tan bien durante el rodaje, haber contado con tremendo director, Humberto Hinojosa, el elenco, los guionistas, y ver esta respuesta de la gente, te deja sin palabras.
¿Se cumplieron tus expectativas?
Realmente no tenía expectativas, es más, me negaba a tenerlas pues sabía que este proyecto era algo muy riesgoso y que suponía una responsabilidad enorme, ya sabes, teniendo que interpretar a Luis Miguel y cantar como él, ¡híjole! me iba a volver loco. Como la respuesta del público es algo que realmente no puedes tener bajo control, me enfoqué en dejar cada célula de mi ser en esto y darlo todo sin esperar nada a cambio. Eso fue lo que hice. En cada episodio salgo cantando todas las canciones, esa es mi voz, fue un reto enorme, pero el desafío actoral también fue durísimo, al igual que el físico, no fue nada fácil y estoy realmente feliz de ver la respuesta que está teniendo esto en México, en Latinoamérica y en España, sabiendo que fueron dos años entregados a este proyecto.
Entonces, ¿valió la pena todo el esfuerzo?
Para mí, esto valió la pena desde el segundo que terminé de rodar, por todo lo que aprendí como actor y como persona. Además, también debuté como productor ejecutivo, algo totalmente nuevo para mí, que me dejó grandes lecciones pues estuve metido en la historia, los guiones, los personajes y en prácticamente todos los aspectos de la serie: el lado musical y actoral, lo que hizo que esto se volviera sumamente personal y satisfactorio.
Has mencionado que antes de que se lanzara la serie investigaste mucho para el papel, que te viste confrontado en el aspecto vocal e interpretativo y ahora nos cuentas de este debut como productor, ¿consideras que hubo alguno que fuera más desafiante que los demás?
Creo que todos fueron muy difíciles, pero si a Luis Miguel se le relaciona con algo es con su música y, en este caso que tuve la encomienda de cantar, puse mucho énfasis en que se escuchara lo más similar posible. Él y yo tenemos voces muy diferentes y ésta es la primera vez que me toca cantar como alguien que no soy yo. Es decir, llevo cantando 16 años pero nunca me había tocado aprender a hacerlo como alguien más, además con canciones dificilísimas. Por eso le digo a todos mis amigos: “La próxima vez que vayan a un cantabar o a un karaoke, traten de interpretar una canción de Luis Miguel y se van a dar cuenta de lo difícil que es, jajaja”. Para mí fue más complicado cantar los temas de Luis Miguel que los ochenteros de Rock of Ages, algo que muchos fans no dan crédito, pero por supuesto que son más difíciles que “Don’t Stop Believing”, por mucho. Aquí tenía que escucharme como alguien más, tuve que cambiar mi tono de voz y eso es algo que físicamente tiene muchas limitantes. No sabía qué tanto iba poder con la encomienda, fue totalmente un experimento para mí, para toda la gente detrás del soundtrack y mi maestro de canto.
Por otro lado, de lo que menos referencia hay es de Luis Miguel como persona, ¿ese no fue uno de los grandes retos también?
Claro, porque a mí no me tocó interpretar al Luis Miguel que todos conocemos, sino al que estaba detrás de cámaras, a Micky, a él como ser humano, como novio, como hijo, como amigo, como hermano, en su día a día, algo que nadie sabe y que al final de cuentas era lo más relevante de esta serie. Fue ahí donde tuve que prepararme como loco, juntándome con muchas personas que lo conocían y que eran muy amigos de él a la edad en la que me toca interpretarlo, cuando era muy diferente al Luis Miguel de 37 años o al de hoy que tiene 48. Tenía que entender cómo era él a los 17 años y fue increíble ahí poder contar con el propio Luis Miguel para escuchar sus anécdotas y tener todo su apoyo durante esta preparación.
Hablaste con Luis Miguel antes de esto, pero ¿has tenido oportunidad de conocer sus impresiones sobre la serie?
Sí, nos vimos después de su concierto en el Hollywood Bowl, donde platicamos y estaba bastante contento con todo esto, con la respuesta que está teniendo la serie, porque él estuvo sumamente metido en el proyecto. Ha nacido una complicidad muy padre entre él y yo, algo que muchas veces no se da, pero que queremos aprovechar para platicar, para ser cómplices durante todo esto y creo que es algo bastante bonito.
¿Considerarías a este proyecto como el más trascendental en lo que va de tu carrera?
Eso se lo dejo al público, pero para mí como ser humano, definitivamente sí significó un antes y un después. Ha sido el reto más grande que he afrontado en mi carrera, y cuando a uno le toca hacer ese tipo de cosas, aprende mucho, independientemente de lo que pase. Me costó un poco dejar al personaje, pero ahora que la serie ya tomó vuelo, estoy preparándome para el siguiente proyecto que es Terminator. He regresado a ser más Diego y ahora me enfoco en meterme en la piel de otro personaje para otra película, ese es el reto del actor. Me estoy preparando para esta película que también requiere mucho, y después a lo que sigue.
Juanpa Zurita
Después de haber tenido éxito en las redes sociales, sorprendiste con nuevas facetas, como tu incursión en el modelaje. Ahora debutaste en la actuación, ¿buscabas esto o cómo se dio tu incursión en la serie?
No buscaba esencialmente interpretar a Alex, pero sí llevaba dos años buscando algún rol, audicionando y fracasando jajaja, aunque esta clase de experiencias me ayudaban a entender un poco mejor el camino que quería tomar y lo que debía y no hacer. Diego (Boneta) me conocía desde antes porque habíamos coincidido en ciertas cosas y fue él quien me invitó al proyecto, me preguntó: “¿Por qué no les digo a los de la producción que te den la oportunidad de hacer un cameo o algo más”? Obvio acepté y fui a conocer a los productores y me sorprendieron un poco cuando me dijeron: “Vamos a ser ambiciosos, te pareces a Alex, así que intentaremos que te quedes con ese papel”. Le dimos y estuvimos peloteando hasta que me marcaron y me dijeron que me había quedado. No lo podía creer, grité y hasta asusté a mi papá, jajaja. Fue un momento tan bonito que, a la fecha, siento que no me cae el veinte.
¿Cómo te preparaste para este desafío?
Bueno, en el instante en el que me dijeron que “sí”, automáticamente esto se convirtió en mi prioridad. Contacté a un coach actoral, con el que ya había trabajado antes, y me preparé todos los días durante tres semanas, casi un mes, antes de arrancar la producción. Le estuvimos dando, leímos todos los capítulos, realmente con él desmenuzamos toda la serie para poder entender cosas desde una perspectiva más allá del guión, comprender a Alex y las situaciones por las que pasaba, ver cómo conectaba con él, en qué cosas no y cómo poder identificarme. Fue un gran reto para mí porque nunca había hecho algo así, ya había un Juanpa en diferentes facetas, pero eso nada tiene que ver con ponerte en los zapatos de alguien más.
¿Tuviste oportunidad de hablar con Alex Basteri?
Sí, sí lo pude conocer. Se dio súper natural el encuentro, es un gran hombre y pues fue increíble convivir con la persona a quien vas a interpretar, sentir su vibra, su energía, platicar con él y que te diga cosas que solamente él sabe de sí mismo. Tener el “approval” de esa persona, te da cierta comodidad como actor y más libertad de decir: “Ok, este es el espacio en el que puedo jugar, voy a ir de aquí a acá”; eso me ayudó muchísimo a digerir todo lo que Alex sufre, porque vaya que lo hace en la serie. Fue un proceso que no había vivido antes, fue raro, medio friki, pero también muy divertido y de cierta manera adictivo sentir cosas que no había percibido antes.
Debutas como actor y lo haces en la plataforma de streaming más importante del momento, ¿cómo te hace sentir esto?
Claramente es mucha presión y un gran reto, pero al final me gusta desafiarme, me agrada aprender y comprobar que soy capaz en esto y en cualquier cosa que hago. Me gusta el conocimiento y saber que si alguien quiere, puede. Entonces que llegue este reto con Netflix, que no es comedia, sino un drama, con un personaje introvertido y ambientado en los 80, fue como una serie de golpes. Sin embargo, después de mi actuación me siento mucho más capaz que antes, incluso lo veo en el contenido que hago; por ejemplo, en los sketches que he realizado después de la serie me veo diferente y es bonito saber que quiero más cosas, porque deseo ser mejor y más capaz de entretener a la gente.
¿Cómo fue abandonar un momento la comedia para adentrarse en el drama?
Suena súper cliché que el actor diga “para ponerte triste, piensa y siente cosas tristes, bla bla bla”, pero yo que estaba ante este reto por primera vez, tuve que hacerlo. Sí es raro y verdaderamente tienes que jugar contigo mismo porque hay momentos en los que dices: “Güey, ahí no sentí nada, ¿qué estoy haciendo?”, pero hay otras en las que piensas: “Boom, ahí está lo que buscaba”. Tuve que vivir cosas que yo no he experimentado, porque no soy una persona dramática, mi manera de ser es más sencilla y tampoco me he enfrentado a situaciones como las que Alex vivió, entonces digerí cosas y pensamientos que no existían en mi vida, lo cual fue duro pero satisfactorio. Definitivamente hubo muchos sentimientos: miedo, satisfacción, diversión, estrés, pero ahora que veo el resultado en pantalla, sé que quiero intentarlo otra vez, hacer un personaje diferente.
Acostumbrado a ser la mente creativa detrás de tus videos, ahora te tocó que alguien más te dijera cómo hacerlo, ¿cómo fue esta experiencia?
Es una gran pregunta porque es cierto, cuando creas contenido tú lo escribes, lo produces, lo diriges, eliges las tomas y el ritmo, pero de repente aquí no es así, aquí sólo eres una pieza del rompecabezas y nada más. Fue algo raro pero decidí aprovechar la experiencia, por eso cuando no estaba actuando siempre estaba en el set, viendo a Beto (Hinojosa) dirigir, a los de audio, a los de video, a los del playback, al de la luz, o sea, me enamoré de todo eso, de ese nivel de profesionalismo que me inspiró a decir: “Güey, todo lo que quieras lo puedes hacer, o sea, cualquier historia que quiera contar en el futuro, la puedo hacer posible”.
¿Consideras que a partir de esta experiencia podemos hablar de un antes y un después en tu carrera?
Definitivamente. Un día estaba grabando sketches y haciendo las tomas y mis cuates me decían: “Güey, estás entregando mucho”, eso me pone muy feliz porque siento que, aunque sea dentro de mi contenido que es pura comedia, estoy logrando incorporar todo lo que aprendí, a quitarle un poco lo ridículo y apegarlo más a un guión. Este año quiero cerrar algún proyecto, no puedo decir que ya hay algo, pero sí les puedo adelantar que tengo la intención y lo voy a lograr.
Y este cambio de mentalidad, ¿no le quita frescura al contenido que ya conocemos?
Sigue siendo natural, pero ahora es mucho más, o sea había ciertas barreras que no sabía cómo romper o situaciones que ahora soluciono con una mirada, con una reacción de mi cuerpo que añade un poco de chispa para que todo se sienta más real y ya no como un “sketch de comedia”, sino como una situación verídica que te hace reír.