Sara Maldonado
Sin miedo al cambio
Mario Alberto Cabrera
Cuando la producción de Perseguidos le explicó a Sara Maldonado que tendría que cambiar radicalmente de apariencia si deseaba darle vida a la sicaria Patricia Arévalo, existió incertidumbre si la ojiverde aceptaría.
Sin embargo, la bella veracruzana no tuvo ningún problema en despojarse de parte de su cabellera para sumarse a la nueva serie estelar de Imagen Televisión. Y es que la actriz vio en este proyecto, la oportunidad ideal para dejar en claro que su profesionalismo va más allá de las críticas y que los cambios siempre son buenos.
En entrevista para EstiloDF, Sara revela qué pasó por su cabeza cuando cambió de look y cuenta cuáles son sus planes a futuro, donde el balance juega un papel fundamental.
¿Cómo te acercaste a este proyecto?
La productora estaba haciendo pruebas y me acerqué para pedir una audición. Vi un poco de los capítulos de la versión que se hizo en Colombia y había tres personajes
femeninos: la esposa, la amante y la guardaespaldas. Au dicioné para el personaje de la amante, pero en esa ocasión estaba el director (Lilo Vilaplana) y cuando me vio me sugirió hacer casting para La Perris, entonces accedí y así fue como se dio todo.
¿Por qué te llamó la atención este personaje?
Porque es diferente. Mientras que el personaje de la esposa es aquel con más carga dramática y la amante es la mujer guapa en conflicto, La Perris es un papel más atrevido, lo que sería más arriesgado para mi carrera y una oportunidad de hacer algo distinto. Al director le gustó, hice las pruebas y se fueron dando las cosas.
¿Qué pasó por tu cabeza cuando te dijeron que necesitabas rapar un costado de tu cabellera para el papel?
Sentí mucha emoción y también sentí que la producción pensó que iba a decir que no. Tardé muy poco en aceptar el cambio de look. Claro, es un poco complicado despertar un martes y decir: “Me voy a rapar todo el costado de la cabeza”, más siendo actriz, pues hay un tabú y un estigma hacia el pelo, como si se tratara de un amuleto de fuerza.
¿Y cuando lo ibas a cortar no estuviste a punto de arrepentirte?
Nunca. Sentí mucha adrenalina, pues no se trataba de un manicure o algo así, fue una emoción padre, como si me aventara de la montaña rusa. Al final, quedé contenta. Me gustó mucho el resultado, tanto, que ahora que ya terminó el proyecto voy a extrañar el look.
¿Qué opinas de las mujeres que ven al cabello como algo sagrado?
Algunas consideran su cabello como la parte del cuerpo que más cuidan y muy pocas se animan a hacer un cambio así. Respeto a quienes piensan así, pero no es mi caso. Me agrada tener la entereza de verlo como una herramienta con la cual puedo jugar y sacarle provecho. Eso sí, no puedo mentir y decir que nunca me ha importado, creo que eso fue por las ideas que te meten. A veces lo cortas, lo dejas crecer, lo pintas o se te mal trata, pero no pasa nada.
¿Recibiste críticas por este cambio?
Obviamente fui señalada por la opinión pública, pero mu cha gente, afortunadamente, me echó porras. Hubo un pequeño porcentaje que me criticó y se dedicó a decir cosas, pero lo importante es que yo me sentía cómoda y segura con el cambio.
En caso de que haya una segunda temporada, ¿volverías a cortar tu cabello si te lo piden?
Claro. Hay planes para hacer una segunda temporada, pero bueno, todo depende de que las cosas se vayan dando bien. No sé si exista un lapso entre ambas, o si será la continuación directa, pero si me lo piden, lo haría.
Queda claro que eres muy comprometida con tu profesión, pero, ¿hasta qué punto llegarías por un personaje?
Creo que haría mucho, sólo respetando los límites de la integridad de mis valores. Creo que algo que me costaría un poco de trabajo sería adelgazar mucho, pues soy de muy buen comer, pero estoy dispuesta a hacer todos los sacrificios, mientras no sea hacer por hacer, quiero que se trate de un proyecto que valga la pena.
Además del cambio de imagen, ¿cómo te preparaste para este personaje?
Hubo mucha preparación física. Me sometí a entrenamiento de manejo de armas y a otro para las escenas de acción y así aprender a cómo caer, cómo rodar, cómo saltar. La Perris es una chava de barrio, entonces también nos fuimos a Tepito a conocer a algunas chavas y a ponerle un poco de este sabor real.
Después de estar en La Reina del Sur y Camelia la Texana, nuevamente sumas un proyecto con una temática similar, ¿qué opinas de las producciones de este tipo en donde el narcotráfico es un elemento latente?
Definitivamente se pusieron de moda, pero porque, de algún modo, es un poco el reflejo de la situación que vive el país. El público se identifica y le llama la atención este tipo de series y, obviamente, la industria saca provecho de ello. En lo personal, creo que sí hay una línea muy delgada en cómo se manejan esos temas, pues la gente llega a idealizar a los narcotraficantes como una especie de héroes, pero es importante dejar bien claro que nosotros hacemos ficción, sólo contamos historias y nuestro trabajo es dar vida a diferentes personajes.
Para nada hacemos una apología del crimen. ¿Disfrutas de este tipo de historias?
Hasta cierto punto sí. Pese a que La Perris es una sicaria, es un personaje más complejo y en conflicto, por eso prefiero darle vida, más que a una tarada que espera al príncipe rico que la saque de pobre. Siento que esta serie me da la oportunidad de tener personajes más complejos y cercanos a la realidad, y no sólo papeles vacíos, como de caricatura. También tengo ganas de que vengan cosas nuevas, que no me estanque y todo se trate de esto.
Perseguidos es una de las cartas de presentación de Imagen Televisión, ¿cómo te sienta la oportunidad de sumarte a un nuevo canal y recorrer otros caminos?
Estoy agradecida con la oportunidad y me siento feliz de que estemos en un momento muy importante, en el que haya distintas oportunidades de trabajo. Se abren muchas ofertas para todos los que trabajamos en la industria y el chance de que haya competencia, lo cual se traduce en un mayor esfuerzo para sacar cosas de calidad.
Entre más oferta haya, en México habrá mejores productos. ¿Te tomas tu tiempo para elegir proyectos profesionales?
Definitivamente. De Camelia la Texana a este proyecto pasaron dos años, pero valió mucho la espera. Me considero una mujer afortunada de poder hacer personajes que me gustan. Cuando comencé en esto, a mis 20 años hice uno tras otro, pero ahora me tomo mi tiempo para elegir, pues quiero personajes que me exijan y me pongan nerviosa. ¿Qué tan importante ha sido la belleza para ti en tu carrera profesional? No voy a mentir, yo empecé mi carrera porque me escogieron para ser el rostro de El Heraldo en 1998. Pero a 18 años de distancia, la belleza ha pasado a segundo término, pues mis conceptos se han transformado. Ahora, para mí la belleza es eso que proyectas, lo que transmites como ser humano y no se queda sólo en unos ojos verdes y grandes, o un pelo lacio y hermoso.
¿Cómo describes tu personalidad?
Soy un ser humano sumamente adaptable a las circunstancias. Me adapto a todo: Si me caigo no me lastimo, me levanto de volada. Me considero una mujer fuerte, pero eso no significa que no sea sensible. Me gusta mucho que me apapachen. También siento que soy sumamente distraída, todo el tiempo estoy ensimismada en mis pensamientos y es muy difícil que algo atrape mi atención, pero cuando algo o alguien lo hace, tiene toda mi energía. Suelo ser impaciente, pero gracias a que comencé a practicar yoga y meditación, he aprendido a desaparecer la ansiedad de mi vida.
Tomas riesgos profesionales, pero, ¿qué tal en la vida?
Tomo todos los riesgos. No quiero decir que no dude o no tenga miedo, pero lo hago, que es lo importante. Nunca me quedo con las ganas de hacer o decir algo; por ejemplo, ahora quiero aventarme en paracaídas, es seguro de que lo haré próximamente. ¿Qué haces en tus tiempos libres y qué disfrutas? Lo primero que busco hacer en mis tiempos libres es yoga, es mi pasión. Amo la naturaleza, me encanta estar en el bosque, en la playa, pero no en el camastro, me gusta meterme al mar, estar en la arena o sentada en el pasto. Disfruto a las personas que quiero, paso tiempo con mi familia y amigos. Me gusta mucho viajar, conocer nuevos países, culturas y experiencias. También amo comer y disfruto bastante de una buena comida. ¿Tienes algún proyecto en el cual enfoques tus energías? De hecho sí, uno muy alejado a mi profesión y que se llama Nanuya, una plataforma 360 grados en línea de bienestar, en la que junto a muchas especialistas; compartimos artículos de alimentación, belleza, ejercicio, yoga, estilo de vida y sustentabilidad. ¿Cómo nació este proyecto? Empecé con esto desde hace dos años. Primero surgió la idea de hacer un estudio de yoga, pero todo se fue transformando. La vida me llevó a descubrir cosas y empecé a sentir muchos cambios que me trajeron felicidad. Comencé a sentirme muy bien física, mental y espiritualmente, llenándome de energía y cuidándome más. Viví una transformación y me dieron ganas de compartirla con la gente. ¿Quiénes están involucrados? Se trata de una idea mía, pero tengo socias y un equipo de colaboradores que van desde nutriólogos, instructores, maestros de yoga, guías espirituales, sexólogos, psicólogos para niños y todos aquellos que se quieran sumar.