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Estilo DF Pablo Lyle

por: Rodrigo Araiza

Busca aprender y renovarse

El azar encaminó a Pablo Lyle a un estudio de grabación, sin embargo, fue decisión suya abrazar y dedicarse en cuerpo y alma a la actuación, una profesión que llevó a darle un nuevo sentido a su vida y que ahora se mantiene como parte indeleble de su ser. Ahora, tras más de una década frente a la cámara, Pablo ha alcanzado un nuevo logro en su carrera: finalizar Mi adorable maldición, novela que le permitió hilar su tercer protagónico con récords de audiencia y con la satisfacción de saberse querido por el público al que, asegura, se debe. Orgulloso de sus logros, pero sin perder la humildad que reitera trajo consigo desde su natal Mazatlán, el actor platicó con EstiloDF sobre lo que significó culminar con éxito este proyecto que considera, lo ha consolidado como intérprete y lo empuja a seguirse superando y mirar con especial entusiasmo hacia el futuro, así como de la plenitud que vive como persona gracias, en gran medida, al amor que profesa por su familia.

 

¿De qué manera resumirías lo vivido en este proyecto?

Creo que se trató de un proyecto satisfactorio, pero muy agotador. Toda la novela se hizo a marchas forzadas desde el día uno, algo que generalmente pasa de la mitad para adelante, pero aquí fue todo el tiempo. Este proyecto llegó a mí de una manera extraña, empezaba, por primera vez, a tener vacaciones y me llama Ignacio Sada, el productor, para decirme que quería platicar para unirme al proyecto, acepté sin saber la que me esperaba, ja, ja, ja. Tan fue así, que al final ya teníamos jornadas de hasta 16 horas, era fuerte, creo que hasta mucho después de grabar sentía que todavía no soltaba el cuerpo, ja, ja, ja.

 

¿Esas jornadas tan extenuantes representaron el mayor reto para esta novela?

En realidad eso quedaba en segundo término, el mayor reto fue estar alejado de mi familia, pues era la primera novela que hacía de esta forma. Debo admitir que, aunque tenía pactadas mis fechas de trabajo (estaba en los foros 10 u 11 días y me iba a Mazatlán otros cuatro), no era lo mismo. Lo que más me pesó fue que todo esto sucedió en una edad muy importante para mis hijos, quienes son todavía pequeños, por lo que sentía mucho haberme perdido de ciertas cosas. Afortunadamente, la tecnología fue un buen aliado, ya que hacíamos videollamadas todo el tiempo y enviaba y recibía muchos videos de ellos y mi esposa.

 

¿Con qué te quedas de Mi adorable maldición?

Lo que me llevo es que logramos hacer equipo aunque tuvimos muchas cosas en contra. Aprendí que, haciendo equipo y con buena disposición, todo se puede. Además fue muy padre ver la reacción del público, tuvimos grandes números, incluso mejores que los que tuvieron los proyectos de la noche. Me impresionó mucho el éxito que tuvo la novela pese a transmitirse a las cinco de la tarde, un horario que, acepto, era una de las cosas que no me llamaba la atención al principio, pues había estado en horarios mucho más tarde. Ahora puedo decir que me alegra haberme aventado y que todo saliera tan bien, fue un proyecto bien padre y noble para mí y el resto del equipo.

«Creo que eso (mantener los pies en la Tierra) viene de casa, de las enseñanzas de mi familia, de mi mujer, de mis hijos, pienso que tengo muchos elementos que me ayudan a mantenerme en el piso”

¿Te llevas amigos nuevos a casa?

A la mayoría ya los conocía, con muchos había trabajado y bueno, ya que el medio es pequeño tuve la oportunidad de cruzarme con algunos mucho antes en otras cosas. Fue increíble haberme reencontrado con gente muy querida como Renata Notni, con quien ya había tenido oportunidad de trabajar anteriormente, pero no durante tanto tiempo. Se reforzó la amistad con varios, con otros se inició y se hizo un gran equipo, tanto que todo el mundo le entró al parejo. Me gusta que estas nuevas generaciones de actores, dentro de las que me incluyo, traigan otro chip, pues ya no es lo mismo de antes con los divos y las divas a los que había que satisfacer exigencias con el sólo tronar de sus dedos.

 

¿Consideras que este proyecto ayudó a consolidarte como un actor protagónico de la pantalla chica?

Éste es el tercer protagónico que hago. El primero (La sombra del pasado) me dejó un sabor de boca muy grato pues la novela tuvo record histórico en el horario; la pasada (Corazón que miente) también llegó a posicionarse en primer lugar y, bueno, ésta repitió el mismo logro. De alguna manera creo que sí ayudó a afianzar el trabajo que se viene haciendo desde hace muchos años, y agradezco al público, pues finalmente es quien decide si te ve o le cambia de canal. En esta novela, además, tuvimos una misión muy diferente pues tomábamos en cuenta los clics de la aplicación en línea y tuvimos la suerte de ser los más vistos en Internet. Nunca esperé esta respuesta, es más, ni siquiera esperaba este proyecto, estaba en otra onda, en otro momento, en mis vacaciones, haciendo cosas distintas y de repente me llegó, lo tomé y qué bueno que salió tan bien.

 

A pesar del éxito, da la impresión que tienes los pies muy bien plantados sobre la Tierra…

Veo esto como mi trabajo, como lo que me gusta hacer y no como lo que conlleva, como la fama y esas cosas. Es lo que hago para vivir. Creo que eso (mantener los pies en la Tierra) viene de casa, de las enseñanzas de mi familia, de mi mujer, de mis hijos. Pienso que tengo muchos elementos que me ayudan a mantenerme en el piso.

 

¿Ya piensas en tu siguiente protagónico?

En la vida hay procesos únicos, justo en el tiempo que llevo en la Ciudad de México trabajando en esto, estuve muchos años ligándome un proyecto al siguiente, incluso terminaba una novela y me moría de ganas por hacer teatro y me lanzaba a hacerlo. Creo que ahora quiero otra cosa. No he parado desde que empecé y ahora que terminó este proceso, viene uno en el que considero que necesito descansar, reinventarme como persona y actor. Para eso, necesito leer cosas nuevas, salir, viajar, nutrirme e incluso ser más selectivo con los proyectos, saber bien a dónde quiero llevar mi carrea, qué sí y qué no quiero hacer. Creo que llegó el momento de ser más inteligente y estratega dentro del negocio, y eso posiblemente me haga no ser como fui antes. Me urge estar en casa, con mis chamacos, para que cuando entre a mi hogar no piensen que entró un ratero, ja, ja, ja, me urge estar con mi familia, tomarme unos meses para mí y, a partir de ahí, ver qué sigue.

 

¿En el plano profesional existe algo que te cause inquietud?

Considero que ha llegado el momento de entrarle a estos nuevos formatos (series, teleseries y miniseries), que definitivamente han llegado para quedarse, y que me llevarán a darle un giro a lo que he hecho. También me encantaría hacer cine, el cual no he podido realizar porque siempre he tenido una carga de trabajo muy demandante y, bueno, soy muy respetuoso del compromiso tan grande que tengo con mi empresa. Pero en general siento que cosas así, nuevas, en este momento de mi carrera y de mi vida podrían dejarme mucho como actor y como persona.

¿Aunque eso implique hacer sacrificios?

Desde el principio, esta carrera me ha orillado a hacer sacrificios grandes como dejar mi tierra y mi familia, o adaptarme a un lugar en el que no conocía a nadie y me vi obligado a ir resolviendo diferentes cuestiones. En los 11 años que llevo en la Ciudad de México, los sacrificios han estado muy latentes en mi vida profesional y me da orgullo decir que he tenido la oportunidad de demostrar que no le temo a ellos. Por ejemplo, para formar parte de Una familia con suerte, la cual considero un gran acierto en mi carrera, tuve que cambiar de look totalmente: me pinté el cabello, me dejé la patilla y el bigote, algo que fue muy divertido pues exploré mucho mi persona mediante el personaje.

 

¿Entonces no le temes a sacrificar el look de galán?

Para nada. Creo que sí soy de los que se dejaría hacer lo que sea. No tengo problema en engordar, en raparme, en ponerme peluca o en aparecer desfigurado frente a la cámara. Es curioso porque soy consciente de que hay personas en este medio que le tienen miedo a dejar de ser galanes o a salir de feos en la televisión, pero eso no me importa, al contrario, siento que esa parte enriquece el trabajo y ayuda a generar credibilidad como actor.

«…soy consciente de que hay personas en este medio que le tienen miedo a dejar de ser galanes o a salir de feos en la televisión, pero a mí eso no me importa…»

¿Cómo te defines como actor?

En este momento podría decir que soy como una mula que se la pasa jalando carretas a lo loco, ja, ja, ja, por eso creo que es momento de dejar de maquilar y de ser como el obrero de la fábrica para comenzar a generar de manera distinta. Si tuviera que definirme tendría que decir que me considero un actor que constantemente busca construirse, que le gusta aprender y se renueva.

 

¿Y como persona?

Es más difícil describirse como persona, pues eso es mucho más subjetivo. Ahí la gente es quien puede decir cómo eres. Si habría que hacerlo, tengo que decir que soy muy terco, entregado, bastante impulsivo, clavado en mis cosas y en lo que me gusta, soy una persona a la que le gusta disfrutar la vida y estar en equilibrio. Y un padre orgulloso, ¿no es así? Pero claro. Mis chamacos son definitivamente mi más grande orgullo y lo que más disfruto en la vida, mi primer pensamiento en la mañana y el último en la noche. Además, mis hijos son un gran motor para mí porque no sólo me motivan a tener lo necesario para proveerlos de todo lo que merecen, sino también a hacer cosas para que algún día ellos estén orgullosos de su padre, y no me refiero sólo al éxito laboral, sino a otros aspectos como mostrarles que me conduje correctamente y que nunca me traicioné.

«…me considero un actor que constantemente busca construirse, que le gusta aprender y se renueva»

Nunca has ocultado que llegaste a la actuación por azares del destino, pero tras varios años en ella ¿ya te sientes afianzado en esta profesión?

Completamente. No me veo haciendo ninguna otra cosa en el mundo. Desde el minuto que llegué a esto, porque la vida así lo quiso, me enamoré. Cada vez siento que he logrado muchas cosas y también que la profesión se ha prendido de mí y no me suelta, a tal grado, que soy un apasionado de lo que hago.

 

¿Además de la actuación qué otras cosas te apasionan?

Me apasiona mucho la idea de encontrar un equilibrio entre la vida real y la ficción, de pronto no he sido bueno para hallarlo porque todo el tiempo trabajo como loco, entonces me enfoco en retomar mi vida.

 

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