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Estilo DF Cecilia Suárez

por: Mario Cabrera

EN PLENA MADUREZ.

 

LA ACTRIZ SE ENCUENTRA EN UNA ETAPA EN LA QUE DISFRUTA AL MÁXIMO SU TRABAJO

Para Cecilia Suárez no hay nada tan satisfactorio como sumarse a un proyecto que, además de desafiarla, congenie con sus intereses e inquietudes. Por eso, cuando habla de Después de Casa de Muñecas, puesta en escena que hace un par de semanas levantó el telón en el Teatro Julio Prieto, su expresión da un dramático cambio para dejar al descubierto la pasión que despierta en ella su más reciente proyecto. “Me parece que los temas que toca este texto, que son explícitamente feministas, son inquietantes”, dice con ímpetu la actriz. Considerada como una obra pionera del movimiento feminista, Casa de Muñecas abordó la desigualdad entre géneros y la lucha de una mujer por hacer valer sus derechos en una época, 1879 para ser exactos, en la que no se veía con buenos ojos hablar de este tipo de situaciones. Al ser invitada a protagonizar la continuación del icónico montaje, que hace un año debutó con ensordecedor éxito en Broadway, la tamaulipeca no pudo negarse. Y es que, afirma, “no iba a permitir dejar pasar una oportunidad como ésta”. Pero aunque incitar a la reflexión mediante su trabajo es uno de sus cometidos, Cecilia no pierde de vista que su objetivo primario es entretener, razón que la llevó a sumarse a Hombre al Agua , película en la que interpreta, con satisfacción, a la antagonista del lío amoroso que protagonizan Eugenio Derbez y Anna Faris. Sea cual sea su objetivo, la actriz asegura disfrutar de un momento satisfactorio e inigualable, consecuencia del arduo trabajo, pero sobre todo de la madurez propia de los años que le han permitido aprender a gozar de su profesión.

 

A pocos días de haber concluido tu participación en Testosterona, arrancas Después de Casa de Muñecas, ¿a qué se debe esta premura por regresar a las tablas?

Creo que sí fue un regreso muy rápido. Terminé una obra y a los cinco días comencé a ensayar esta otra, así que sí fue muy al hilo, pero me siento agradecida con la oportunidad y más por llegar a obras como ésta. Después de Casa de Muñecas es una consecuencia de la fortuna y de que la vida es buena conmigo. Me llamó Mauricio García Lozano, el director de la puesta, para decirme que finalmente había llegado el proyecto que pensaba era para mí. Tenía muchas ganas de trabajar con él, así que leí el texto y me encantó. Después nos reunimos para hablar brevemente sobre el guión y luego visité a Morris Gilbert para checar todos los detalles que permitieran que todo esto fuera posible. No iba a permitir dejar pasar una oportunidad como ésta.

 

¿Qué fue lo que llamó tu atención de esta obra?

Cuando Mauricio me dijo que existía una segunda parte de Casa de Muñecas, no podía creerlo. Lo primero que pensé fue que habían levantado el piso de la casa de Henrik Ibsen (autor de la obra original) y encontraron un escrito secreto; enseguida me explicó que se trataba de un autor contemporáneo, jajaja.

 

«Lo rico de esta carrera radica en la posibilidad de poder hacer una cosa y después otra totalmente distinta. En lo personal, eso ha sido muy importante porque evita que me aburra y mantiene la sensación de que estoy haciendo algo fresco”

 

De entrada, la idea de un nuevo autor es muy inquietante, es decir, ¿quién tiene la osadía de tocar un texto tan icónico y clásico y se anima a retomarlo?

Me parece que Lucas Hnath lo hace magistralmente. Por otro lado, me parece que los temas que toca este texto, que son explícitamente feministas, son inquietantes. A mí en lo personal me interesa explorarlos, hablar de ellos.

 

Hilas dos obras que, aunque con contextos diferentes, abordan la desigualdad y las adversidades que las mujeres enfrentan en busca de sus derechos, ¿qué provoca en ti estos tópicos?

Que aborden este tipo de temas los vuelven (a los montajes) mucho más atractivos, interesantes y ricos al momento de trabajar. Esta obra, al igual que la primera parte, también es feminista y no teme hablar de la desigualdad.

 

«Me gusta mucho la ropa, se trata de una auténtica forma de expresión”

 

En su momento, la obra original causó revuelo por el simple hecho de contar la historia de una mujer defendiendo sus derechos e ideales, ¿crees que ya estamos listos como sociedad para no alarmarnos por argumentos de este tipo?

 

No, por supuesto que no estamos preparados, y para muestra todos los movimientos que han surgido en tiempos recientes, como el Time’s Up. Nos falta mucho camino por recorrer, la brecha de desigualdad es inmensa todavía.

 

¿Y en México?

Mucho más aún. Está en el engranaje mismo de nuestra idiosincrasia: el machismo y la desigualdad, acciones que deben transformarse e ir cambiando.

 

Ahora que hablamos de este tipo de temas, ¿te consideras feminista?

El feminismo es simplemente la noción de que las mujeres tenemos derechos tanto como los hombres, eso es el feminismo. Que de ahí se derive hacia muchas otras reinterpretaciones es otra cosa, pero eso es el feminismo; en ese sentido, claro (que soy feminista), ¿quién no?

 

¿Qué opinas sobre la tergiversación del feminismo?

Eso es parte de la estrategia patriarcal para desmembrar cualquier movimiento que llegue a tomar cierta fuerza y también para no otorgar ese “privilegio” del que gozan.

 

La desigualdad entre hombres y mujeres es un mal que aqueja todos los ámbitos, incluida la industria del entretenimiento, ¿te has sentido decepcionada por ella?

Es un hecho que hay muchos más papeles para hombres que para mujeres, por ejemplo, hay muchos más protagonistas hombres. Si ya hay que luchar porque esto no sea así, también hay que luchar por obtener los protagonistas femeninos, así que no es una pelea a brazo doble. Lo mismo pasa con los puestos de directoras, hay muchos más hombres en estos cargos. Y puedo desmembrar las áreas problemáticas, pero en realidad son todas. Si nosotros vemos a quién le ha otorgado el IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía) el EFICINE (Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional), vemos que es lamentable que sólo el 6% de ese presupuesto haya ido a mujeres y 94% a hombres. Pareciera que se trata de un estímulo sólo para hombres; sin embargo, en una plática con Jorge Sánchez, su director, se mostró muy interesado en que eso cambie.

 

¿Qué hace falta para revertir esa situación?

Educación, a nuestras hijas e hijos, desde otro lugar, otra perspectiva y que no sólo los eduquemos en el bla, bla bla, sino predicando con el ejemplo. Asimismo, que no eduquemos de manera distinta a un niño que a una niña, haciéndole sentir a ella que no puede sentir lo mismo que él.

 

Teniendo en mente el momento en que vivimos, ¿consideras posible alcanzar esta igualdad?

Por supuesto. Que hace falta mucha educación, sí, sobre todo para que esto se vea reflejado a nivel masivo, pero que podemos empezar con pequeñas acciones, sin duda.

 

A la par de este estreno, llega el lanzamiento de Hombre al Agua, película en la que participas y cuyo cometido es entretener, ¿este otro objetivo también lo tienes claro?

(Como integrantes de la industria) siempre nuestro primer cometido es entretener, si no lo hacemos, no nos pelarán (los espectadores), y aunque aventemos preguntas, nadie les hará caso ni les va a interesar, por eso, ese debe ser nuestro primer objetivo. Después podemos andar de preguntones, discutir cosas y demás.

 

Cuando te sumas a este tipo de proyectos que sólo buscan entretener, ¿cuál es tu mayor satisfacción?

Lo rico de esta carrera radica en la posibilidad de poder hacer una cosa y después otra totalmente distinta. En lo personal, eso ha sido muy importante porque evita que me aburra y mantiene la sensación de que estoy haciendo algo fresco. Entretener brinda muchas satisfacciones, hacer reír a la gente es una bendición.

 

Es curioso que tus recientes visitas a las tablas hayan sido para estelarizar proyectos caracterizados por incitar a la reflexión, mientras que en el cine mantienen en común el objetivo de entretener sin pretensiones, ¿será que acaso tienes un cometido especial para cada formato?

Para nada. Así se ha dado este año y el pasado, pero en el cine, por ejemplo, tuve rachas en las que hice películas muy densas o con otro tono. Es como se vayan dando las cosas, aunque sí hay proyectos que te interesan más que otros, y algunos que vas buscando y deseando también.

 

¿Cómo definirías el momento profesional que experimentas?

No sé cómo definirlo exactamente, pero lo que sí puedo decir es que cada vez disfruto más lo que hago y eso no lo vi venir cuando era más joven. No pensé que cabía la posibilidad de que con los años te fueras relajando, te fueran importando menos ciertas cosas y fueras disfrutando más muchas otras, eso me ha pasado y lo agradezco muchísimo.

 

¿A qué le atribuyes esta mentalidad?

A los años, jajaja, se llama madurez. Creo que esta etapa trae consigo muchas bondades y una de ellas es aprender a disfrutar más, a relajarte, a no poner atención a las cosas que no tienen importancia y a realmente gozar la bendición que es el trabajo, sobre todo uno que te gusta.

 

 

 

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