Han pasado 13 años desde que Carlos Rivera inició su carrera profesional. A lo largo de este tiempo ha alcanzado diversas metas, siempre con un mismo objetivo: consolidarse como uno de los cantantes más importantes del país.
Estilo DF platicó con Carlos acerca de los triunfos que obtuvo durante este 2016 y habló también de los desafíos que el año próximo trae para él, entre ellos, una ambiciosa gira por España y Sudamérica, además del lanzamiento de un disco en vivo, mismo que le habían pedido por mucho tiempo sus incondicionales Riveristas.
¿Alguna vez vislumbraste lo que estás viviendo?
Quienes nos dedicamos a esto siempre deseamos que pasen cosas en nuestras carreras, que se dé la oportunidad de hacer giras largas, dar conciertos en lugares como el Auditorio Nacional, internacionalizarse… siempre lo deseas, pero nunca sabes si va a suceder. Sí soñaba con lo que me pasa hoy, por eso lo disfruto tanto. Pasaron muchas cosas para llegar a esto, años de sacrificios, encuentros y desencuentros,
y finalmente llegamos aquí, para contar una historia que vale la pena hasta ahora, porque aún le falta mucho por escribir pues todos los días me levanto con ganas de alcanzar nuevas metas.
¿Hay algo que todavía no ha llegado?
Si hasta ahora no se ha dado, estoy seguro que estoy en camino para alcanzarlo, sin duda. Uno de mis sueños era cantar en el Auditorio Nacional y ya voy por el tercer concierto.
Este año en especial trabajaste mucho en la internacionalización de tu carrera…
Así es, y en 2017 seguiré pues voy de nuevo a lugares como Argentina, visitaré ciudades a las que no fui la vez pasada; igual en España, también iré de nuevo a Chile, Ecuador, Colombia y Perú, a donde ya había ido a presentar el disco y a acompañar a Franco de Vita, hice promoción para que la gente me escuchara y muchas de esas pequeñas semillas que se quedaron ahí, ya empezaron a dar fruto.
¿Qué sientes al llegar a un escenario en el que no habías cantado?
Me toca el corazón, nunca olvido de dónde vengo y siempre que piso un lugar nuevo, ya sea en Europa o en Sudamérica, me acuerdo de mis inicios en Huamantla, Tlaxcala. Veo a parte de mi equipo que lleva trabajando conmigo 10 años, con ellos hice presentaciones en pueblitos recónditos y ahora, cuando me veo en lugares como el teatro Rex de Buenos Aires, los abrazo y les digo que hasta dónde llegamos juntos.
Uno de los escenarios con más significado para ti es el del Auditorio Nacional, donde estarás nuevamente…
Nos vemos allá el 25 de marzo. Me dan muchos nervios a pesar de que ya es la tercera vez. Espero que el público nos quiera acompañar, me gusta estar en sintonía con otras almas que vibran en mi misma frecuencia, y que mi música signifique algo para ellos, hacer algo más que un concierto.
¿Qué novedades tendrás en esta nueva presentación?
Cambiaremos algunos detalles, habrá invitados nuevos y alguna canción extra, pero la producción es la que hicimos con Jorge Ballina, el escenógrafo más importante de México, quien aceptó hacer para mí este concepto de producción con elementos teatrales. Yo no tengo ni coristas, ni bailarinas, tengo artistas de teatro musical que fueron compañeras mías; son cantantes, bailarinas, actrices y hacen lo suyo: cantar, bailar y actuar durante todo el concierto.
Es una producción gigantesca que ha valido la pena y que la gente ha aceptado muy bien. Además viene una edición especial de tu disco Yo creo …
La sacamos a principios del año próximo, en febrero o marzo, trae temas inéditos nuevos y el DVD con ocho temas en acústico. Invité a Noel Schajris y a Fela Domínguez con quien hice no un dueto, sino un trío, y también hago un dueto con Abel Pintos, un artista argentino tremendo.
¿Y los planes de sacar un disco en vivo?
Estoy muy emocionado por ello, es la grabación del segundo concierto que di en el Auditorio Nacional, seguramente saldrá a mediados del año que viene. Otro de los aciertos en tu carrera ha sido cantar con grandes figuras de la música, ¿tienes alguna colaboración pendiente? He tenido la suerte de cantar con los artistas que escuchaba de niño, como Yuri con quien canté “Ya no vives en mí” para su Primera Fila. Esa canción la ponía y ponía en mi casa; con José Luis Rodríguez el Puma grabé “Agárrense de las manos”, la primera canción con la que pisé un escenario en un concurso de fonomímica de la escuela; tenía ocho años. Con Charlie Zaa acabo de grabar la canción “Ódiame”, que también escuchaba siempre con mi mamá, y con Juan Gabriel canté en el Auditorio Nacional el tema “Padre, dame tu consejo”, fue mi canción favorita mucho tiempo. Cuando iba en el coche con mi papá, le pedía que pusiera el casete con ese tema una y otra vez.
¿Fue especial cantar con Juan Gabriel?
¡Mucho! Cuando gente de su oficina me contactó para cantar con él, mandaron un par de canciones que no eran tan conocidas, pero sí muy rítmicas, y yo les mandé la contrapropuesta de cantar esa canción y a él le sorprendió mucho que yo la conociera. Cuando terminó el concierto, me preguntó qué sabía de la canción, pues casi nadie la conocía, y le dije que mi mamá la escuchaba cuando yo era niño y a mí me gustaba desde entonces. Se quedó pendiente hacer el videoclip, se canceló dos veces y, al final, ya no se pudo hacer. Eso lo lamento mucho, pero tengo la satisfacción de haber sido de los elegidos de cantar con él y tener ese recuerdo. Cuando me enteré que murió, no hice otra cosa más que escucharlo.
¿Esas colaboraciones musicales también han sido el inicio de relaciones personales?
Así es, me pasó con Franco de Vita a quien escuchaba por mis papás, y ahora verme cantando con él y además haberme convertido en su amigo es un gran privilegio, porque lo veo como mi maestro. Esas cosas me llenan mucho el corazón y me mantienen con los pies en el suelo.
¿Te consideras un tipo con suerte?
Hace unos días, cuando grababa precisamente la canción del Puma, pensaba que Dios ha sido muy bueno y grande conmigo, me ha permitido cumplir esos deseos, como cantar con quienes han sido personas admiradas por mí. De repente, me gusta hacer pausas en el camino para reflexionar sobre lo que estoy viviendo porque cobra más valor para mí cuando hay una conexión de lo que hago hoy, con mi pasado.
¿Eres muy religioso?
Considero que soy espiritual. Mi cuestión de fe se basa en una conversación directa con Dios, me gusta mantener esa conexión porque va más allá de una religión y sí, me llena mucho, porque le digo que hasta dónde me ha llevado y le agradezco lo que recibo de Él. Me gusta tenerlo presente en mí, pocas veces lo cuento, pero sí me gusta compartir que tengo fe en algo, por eso este disco se llama Yo creo, porque habla de eso, de mi fe en Dios e invito a la gente a que crea en lo que quiera, porque estoy seguro que con el poder de la fe y con perseverancia, todo se puede conseguir.
Y también eres un hombre romántico…
Cuando me presentan como un cantante romántico digo que no lo soy; si lo fuera, no habría logrado lo que he hecho hasta ahora, porque al final, la música que hago no es sólo para parejas, hablo de un amor que puede entenderse hacia la familia, los padres, los hijos; si nada más cantara a las parejas sólo tendría trabajo los 14 de febrero, pero mi concepto es más profundo y he podido ver que cuando la gente es feliz, entiende lo que hago. Sin embargo, mucha gente asocia tu música con el amor de pareja, exclusivamente… Veo en la red muchos videos de gente en diferentes lugares, se casan con mis canciones y me parece que eso es rebasar lo romántico. Marjorie de Sousa subió imágenes del ultrasonido de su hija con la canción “Otras vidas” que yo interpreto o Alejandra Lazcano, que se acaba de casar, eligió ese mismo tema para bailar con su esposo en su fiesta. Ése es mi cometido, sino me sentiría un artista más del montón.