Un estuche de monerías.
Canta, actúa, y como activista social pone s u granito de arena para mejorar su país.
Camila Sodi es una mujer que siempre tiene algo que decir, algo que contar. Por ejemplo, en esta ocasión revela a EstiloDF que leer Ecce Homo de Frie – drich Nietzsche le trajo un poco de problemas cuando cursaba secundaria. “Nietzsche fue mi pastor, me clavé mucho con él durante varios años”, reconoce. Y es que la también modelo se confiesa melómana, hecho que la ha llevado a com – poner su propia música. Uno de sus proyectos más conocidos es Ella y el Muerto, sin embargo, ya está más que enterrado y ahora buscará dar a conocer su música en otra piel. Como regalo de XV años, Camila prefirió un viaje a Graceland para conocer la tumba de Elvis Presley, a quien le lloró como si se tratara de su papá sin importarle la mirada de los extraños. El Rey del Rock and Roll captó toda la atención de la entonces adolescente Camila, quien sin razón alguna se interesó por la vida y obra del intérprete de “Jailhouse Rock”, al grado de leer los múltiples libros y publicaciones de Elvis. Normalmente vemos a Camila en películas o series de televisión, pero también está involucrada en aspectos de la vida social del país a través de obras altruistas o sumándose a esfuerzos para ayudar a de – terminadas comunidades o causas. Y hoy en día, en pleno siglo XXI, donde teórica – mente todo es moderno, hasta el pensamiento, el ser humano apenas experimenta un cambio de entendimiento en muchos aspectos, y uno de ellos es el de la igualdad entre géneros. “No se trata de dividir, sino de generar una conversación de igualdad donde no haya culpables. Hay que dejar de dividir los géneros, evidentemente somos diferentes, somos muy distintos, pero creo que la conversación debe ser sobre la igualdad de géneros y no sobre echarse la culpa”, comenta. En fin, Camila Sodi es, como se dice coloquial – mente, un estuche de monerías, no sólo por las diversas actividades que realiza en su día a día, sino por la manera de afrontar la vida.
¿Siempre soñaste con hacer lo que realizas en la actualidad?
No, no siempre lo soñé ni lo pensé. Yo creía que me iba a dedicar de tiempo completo a la música, de hecho esa fue la carrera que elegí estudiar. Actuar era algo como muy cercano e inicié siendo extra en comerciales. En realidad empecé porque acompañaba a mis amigas que eran modelos y muy guapas, y dije: ‘Oye, puedo hacer dinero haciendo esto’, y me empezaron a llamar para los comerciales.
Dices que tus amigas eran guapas, pero ¿tú estabas consciente de tu belleza?
Mis amigas eran guapas, modelos, 1.80, flaquitas, y yo de chavilla era de hueso ancho, bailaba mucho y hacía mucho deporte, pero nunca fui una espiguita.
¿Has hecho lo que has querido durante tu vida?
No sé, hay veces que tenemos que hacer sacrificios por los demás, pero sí he tenido la suerte de tener una vida bastante privilegiada en el sentido de que siempre me he podido dedicar a lo que me gusta y vivir de eso.
¿Qué es lo que más te apasiona?
El amor en todas sus formas y manifestaciones. Me apasionan también el crecimiento y desarrollo interior.
¿Cómo eliges los proyectos en los que trabajas?
Depende del proyecto y de mi situación en la vida; hay momentos en que he tenido que agarrar cosas por cuestiones económicas, y ahora puedo decir: ‘Ah, mira, me gustaría trabajar con este director’, entonces tomo el proyecto por esa razón o porque la historia es maravillosa. Idealmente me involucraría en todos los proyectos por director, cast y guión, pero mentiría que siempre es así.
En cuanto a personajes, ¿cuáles son los que te atraen?
Últimamente, para los que no son muy estereotipados, para los que parece que no encajo, son los que más me llaman la atención porque me dan más rango. No necesariamente opuesto a lo que soy, porque siento que todos somos un poquito de todo, pero más bien a la percepción que se tiene de mí.
¿Qué percepción se tiene de ti?
Creo que la percepción que se tiene sobre las chicas en México está cambiando, pero por muchos años su – frimos porque éramos las guapas, la que se acuesta con no sé quién, el estereotipo de una mujer escrito por un hombre, y ahora lo que sucede es que las mujeres es – tamos contando nuestras propias historias y siendo las protagonistas, estamos tomando las riendas, y eso cambia completamente al personaje.
Si te dieran la tarea de escribir tu propio personaje, ¿cómo sería?
Tengo dos historias que terminé de escribir, las verán próximamente en la tele porque las voy a hacer series, así que mejor no les platico.
En Luis Miguel, La Serie interpretaste a Erika, ¿cómo fue tu participación?
En realidad era un personaje difícil no sólo porque es alguien que está viva y es mi amiga, sino porque como la escribieron al principio, no tenía que caer muy bien y eso siempre es complejo porque no puedo entrar a un personaje juzgándolo, entonces es complicado encontrar el punto medio, pero sacar su lado oscuro. Fue muy natural, interpreto al amor de su vida, como él la llama; entonces disfruté mucho el personaje porque a pesar de que haya tenido muchas novias e historias, ésta es una que sí le cimbró y por eso es tan importante.
El lenguaje cinematográfico y el de la televisión son distintos, ¿qué te gusta de cada uno?
Cada vez está más cerca la tele del cine, justamente en Luis Miguel, desde la forma en que está contada, el score, la textura, los planos; ya estamos llevando la televisión a un nivel donde Netflix saca películas sólo para streaming; creo que es – tamos a la par en ese sentido.
Se cree que el teatro forja a los buenos actores, ¿de qué manera has vivido ese mundo?
Yo estudié teatro en Nueva York, entonces es mi primera escuela, lo que me da estructura. Dicen que forja a los actores porque es mucho rigor, y como es tanta repetición, encuentras varias cosas dentro de una sola, es como una matrioshka; son cosas que a veces no te da tiempo de hacer en cine, menos en televisión, que son ritmos mucho más rápidos. Eres una apasionada de la música, ¿algún día traerás de vuelta tu proyecto Ella y el Muerto? Ella y el Muerto no, porque fue un proyecto muy específico de ese momento, pero definitivamente alguna otra banda haré. Hago muchas cosas, pero no las he sacado al público; mi lugar favorito es el estudio, pero una gira es absorbente y, la verdad, tengo mucho trabajo y me encanta lo que hago.
¿Qué tipo de música haces?
He hecho de todo, tenía una banda electro, luego hice funk porque era fan de Prince; luego hice pop asqueroso, y ahora estoy haciendo mucho yo solita y el piano.
Eres admiradora de Elvis Presley, ¿qué te llamo la atención de esta figura de la música?
Sí, desde chiquita. Cuando cumplí XV años mi mamá me dijo que me hacía una fiesta y le dije que lo único que quería era ir a la tumba de Elvis; cuando llegué, no sé qué me provocó, pero me tiré en la tumba y empecé a llorar como si se hubiera muerto mi papá, y la gente me veía como loca. Tengo una afinidad con él muy estrecha, y desde muy chiquita recuerdo que de los primeros libros que leí fue Elvis and Me , de Priscilla Presley. Estaba enamorada de él, de su música, de su historia, me leí todos los libros sobre él, sus biografías, me parecía un ser fascinante, luego en lo que se convirtió y cómo lo transformó la fama.
¿Crees que el ser artista se hereda o es algo que se va cultivando?
Creo que se mama, es cultural, es la educación. Yo crecí con arte por todos lados, muchos escritores, pintores, edi – tores en mi familia, mi abuelo era científico. Siempre estuve muy estimulada.
¿Qué te daba a leer tu mamá?
Mi mamá es doctora en Letras y Filosofía y tenía una biblioteca que yo babeaba. Un día vi un libro chiquito, me lo llevé a la escuela y mientras nos hacían estudiar el Baldor, yo ponía mi librito adentro. Un día me quedé dormida y se me cayó el libro y era Ecce Homo de Nietzsche. Mandaron llamar a mi mamá para hablar con ella y me causó un conflicto en la escuela haber leído a Nietzsche.
Además de la música y la actuación, ¿tienes otras dotes artísticas?
Soy de las pocas de mi familia que no pinta, no sé por qué no se me da. Hago mucha poesía porque va de la mano con la música.
¿Te gusta escribir ficción?
Hace mucho que no lo hago; escribí cuentos para niños. Eres una mujer que nunca se queda callada, ¿cuál es tu opinión de la mujer mexicana actual, cómo la percibes? No hay una sola mujer mexicana, somos muchas y cada cual tiene una realidad diferente; las mujeres que tenemos la oportunidad de hacer lo que nos gusta en la vida, de poder leer esto, las chicas que están leyendo esto, es porque tenemos la posibilidad y eso nos hace responsables de ayudar a las demás que no tienen las mismas oportunidades. Me gustaría ver a las mujeres en unidad, apoyándose las unas a las otras, pero eso no puede pasar si no hay una igualdad, me gustaría ver más empatía, más compasión, más compañerismo.
Te has involucrado en distintas causas altruistas y en momentos de crisis como los sismos de septiembre, ¿por qué?
Ya no podemos ser indiferentes, vivimos un momento en que la indiferencia es una postura, y cada vez somos más los que queremos paz, los que buscamos ser solidarios con nuestros hermanos.
¿Qué te preocupa como madre?
Son muchos temas que necesitamos teclear como país, la educación para mí es el pilar de todo y es donde debemos enfocarnos para que en nuestro país haya una educación base de calidad, donde los maestros ganen dignamente, los niños puedan crecer sin ser reprimidos.
¿Qué proyectos tienes en puerta?
Termina Luis Miguel, La Serie y empieza una serie para Netflix que se llama Distrito Salvaje; me encantó trabajar en esa porque es sobre el proceso de paz en Colombia, es justo qué pasa cuando un hombre lleva viviendo en la selva 20 años, firma alguien un proceso de paz y tiene que regresar a una vida normal. Hago el papel de una colombiana que se exilia en México y luego regresa a Colombia. Después viene una serie para Telemundo que se llama Falsa identidad y ahí Luis Ernesto Franco y yo, por distintas razones, necesitamos cambiar nuestra identidad y pretender ser alguien que no somos para dejar el pasado atrás.