Conoce a Ross Batten, un chico de 20 años que ha llevado su cuerpo de un extremo a otro.
A los 16 años, este inglés pesaba sólo 59 kilos, por lo que lucía débil y muy delgado. Constante blanco de las burlas de sus compañeros, Ross se vio envuelto en una pelea en la que, por su tamaño, no tuvo ninguna oportunidad y le rompieron la nariz.
Motivado por el incidente, decidió cambiar su alimentación e iniciar una rutina de ejercicios para desarrollar sus músculos y tener un cuerpo más imponente y varonil.
Cuatro años después, Ross ha logrado transformar su cuerpo de manera impactante, pues ahora pesa 90 kilogramos y se considera un adicto al gimnasio.
Sin embargo, su nuevo estilo de vida no ha resultado muy saludable, pues el chico confiesa que sufre de vigorexia, un trastorno en el que las personas se preocupan de parecer demasiado «pequeñas» o débiles y se obsesionan con conseguir cuerpos musculosos.
La vida de Ross gira en torno a su régimen alimenticio. Para mantener ese cuerpo, tiene que ingerir 5 mil calorías diarias, un omelette de 7 huevos, avena, pollo al curry, pudín de arroz, malteadas y barras de proteína, carne y papas, además de colaciones dulces, repartidas en 9 comidas al día.
Este fisicoculturista reconoce que ha llegado a vomitar por la excesiva cantidad de alimento que debe consumir, sin embargo, se niega a alterar su dieta o a perderse alguna comida, pues esto afectaría su desempeño en el gimnasio.
Además, una de sus principales metas es alcanzar los 114 kilos, para así convertirse en «Mr. Britain», el primer lugar del concurso de bodybuilding más importante del país.
El extremo estilo de vida de Ross ha afectado su vida personal, ya que por su dedicación al gimnasio y a la preparación de sus alimentos, no tiene tiempo de convivir con su familia ni con su novia. ¿Crees que sea buena idea que reciba ayuda profesional?