Aunque algunos los consideran rebeldes, egoístas, egocéntricos, flojos e incluso arrogantes, han demostrado ser más unidos y capaces de lo que muchos creían.
Tan sólo minutos después del terremoto ocurrido el pasado martes 19 de septiembre, las calles de la Ciudad de México comenzaron a llenarse de jóvenes que brindaron su ayuda para buscar sobrevivientes, organizar brigadas, donar sangre, recolectar víveres y demostrar su gran corazón, situación que se ha incrementado con el paso de los días.
Sin necesidad de convocatoria, todos y cada uno decidieron ayudar, demostrando que ante la adversidad las etiquetas salen sobrando, pues todos nos convertimos en hermanos de corazón. Eso, sin contar que a través de las redes sociales han brindado información eficaz para los usuarios sobre centros de acopios, albergues o solicitud de donativos. «Los jóvenes han tomado la CDMX, espero que ya no la suelten», expresó al respecto el filósofo Fernando Belaunzarán.
Sin duda, estos actos nos han devuelto la esperanza y están haciendo que México resurja de los escombros; y es que no podemos negar que ante la tragedia, las manos no han faltado.
#FuerzaMéxico