William Tyler fue el primer hijo de dos en el matrimonio de sus papás. Estudio la escuela primaria y secundaria pero al momento de elegir la preparatoria, decidió estudiar un curso de artes plásticas. Esto porque los recursos en su casa no eran los suficientes para solventar alguna carrera universitaria. Comenzó a ver que su don para el dibujo y los colores era algo que no cualquiera tenía. Pero como para todos los padres, fue difícil aceptar para ellos la profesión que el estaba eligiendo. Ante los problemas decide irse de su casa a buscar oportunidades, a pesar de las historias duras que pasó el nunca se rindió para lograr sus sueños.
Con muchos trabajos y haciendo trabajos de limpieza de casas a sus amigos o pequeñas obras de arte (nada profesional), el poco dinero que ganaba lo invertía en material para realizar alguna obra antes que comprarse algo de comer.
Fue un gran día, cuando la madre de su hijo le compró un cuadro mucho mas caro del precio que el pedía, para llevarlo a una galería donde ella trabajaba y comprándole el cuadro más caro. Cuando regreso para entregarle el dinero de la venta que había hecho por 3 mil dólares, se aliaron para comenzar un negocio. Y fue entonces que el regresó a su casa a ver a su familia y hasta ahora sigue trabajando en su obra de arte, en sus tiempos libres hace ejercicio y se ocupa de su familia (esposa e hijo).