A través del arte pone su granito de arena para lograr ese objetivo
El chico guapo que dominaba los papeles protagónicos de las telenovelas mexicanas hace más de 10 años, ha muerto; ahora al galán Eduardo Verástegui le importa todo, menos eso, ser un galán.
Con una personalidad seductora y seria nos revela que sus principios han cambiado, y su primera convicción es poner desde su trinchera un granito de arena para que el mundo sea mejor.
Con éxito en su faceta de productor, Verástegui conquista poco a poco la audiencia hollywoodense y comparte su satisfacción por la respuesta que ha tenido su segunda cinta, El gran pequeño (Little Boy), una historia que lo conmovió desde la primera vez que la leyó.
En entrevista con EstiloDF cuenta detalles de la producción de la película, habla de su amistad con el actor Kevin James, además de su deseo de ser un gran esposo y tener una familia.
¿Cómo te sientes de triunfar en Hollywood?
Estoy muy contento porque llegaron varios proyectos. En menos de un mes se dio la promoción de dos cintas: por un lado, una comedia que te hará reír, que es Paul Blart: Mall Cop 2 (Héroe de centro comercial 2) y Little Boy (El gran pequeño), un cuento que te va a hacer pensar, reír y llorar. Hace 13 años me mudé a Los Ángeles, California, y en 2004 montamos una productora de cine que se llama Metanoia Films, con el fin de producir películas que tengan potencial, no sólo entretener, sino que estimulen el intelecto de la audiencia.
Estás en una etapa importante como productor con tu segunda cinta…
Estoy convencido de que el arte tiene el potencial de sanar las heridas y terminar las divisiones que se hacen en el mundo, sanar vidas y cambiarlas para siempre; creo que todos somos llamados desde nuestra trinchera para hacer de este mundo un mejor lugar. Yo desde la mía le apuesto al cine y al arte, logramos ponerla en el mapa y un día llegaron Alejandro Gómez Monteverde y Pepe Portillo con Little Boy, la leí y me conmovió, me hizo llorar, me inspiró y me quedó claro que mi segundo proyecto sería éste.
¿Cuál fue el reto más significativo al realizar una cinta de época como “Little Boy”?
Es una cinta muy cara porque justamente es una película de época; todo se daba en nuestra contra, y para que fuera imposible sólo nos faltaba que se filmara abajo del agua. Pero la película habla de no rendirte, de no tener miedo sin importar el tamaño de la montaña que está frente a ti, porque todo es posible con disciplina, trabajo, perseverancia y sin perder la esperanza. Pensé que no podía tirar la toalla, y sin querer queriendo terminé amarrado a la película y la filmamos en El Rosarito. Es una cinta estadounidense hecha por mexicanos, filmada en México, con un talento internacional.
¿Cómo escogieron al gran pequeño Jakob Salvati?
En esta película podíamos equivocarnos en muchas cosas, pero nunca en la audición del niño porque es el que carga con la cinta. No dábamos con quién sería Little Boy; un día hicimos audición con 30 niños y el director ve a un niño travieso que hacía bromas a todo el mundo: era Jakob Salvati, pero no tenía intención de hacer audición, sólo acompañaba a su hermano mayor y únicamente hacía tiempo. Lo vimos en nueve ocasiones y supimos que era él. El hermano empieza a llorar, pensábamos que estaba molesto porque no se había quedado con el trabajo. Pero lloraba porque la familia estaba a punto de perder su casa y los niños sabían, estaban estresados y nerviosos. Con el trabajo, su hermano estaba salvando su casa en la vida real, no le importó que él se hubiera quedado. Esa historia nos conmovió mucho y terminamos contratándolo a él también para el doble de su hermano. Nos llevamos a toda la familia a El Rosarito, y la actuación de Jakob fue impresionante. La misma Emily Watson preguntó que de dónde lo habíamos sacado.
¿Cómo se dio tu amistad con Kevin James?
El sueño de todo cineasta es tener un elenco de alta calidad, y a veces no se logra porque no tienes los recursos. Kevin James no hace películas independientes, sólo de estudio, y cobra muchísimo dinero. Le conté del proyecto, que es muy diferente a todo lo que ha hecho, y sin medias tintas le dije que hablaba de la Segunda Guerra Mundial y era una historia conmovedora. En contra de sus agentes y del mundo entero lo sacamos de la comedia, aunque le decían: “¡No lo hagas!, tú ya tienes otro estándar, cobras miles por hacer una cinta así”. Él sólo respondió: “No me importa, son mis amigos, el proyecto es increíble; a mí me ayudó mucha gente, por qué yo no puedo ayudar”. Eso fortaleció la amistad obviamente, y meses después me llamó para participar en Paul Blart: Mall Cop 2.
¿Qué falta en tu vida?
Mi meta principal es convertirme en la mejor versión de mi persona; es un trabajo que termina hasta que mueres, es de levantarte todos los días, limpiar lo que está sucio, resanar lo que está herido y corregir. Somos seres humanos imperfectos, estamos en un constante mantenimiento, y en la parte interior también debes estar en mantenimiento, mi meta principal es esa; nunca puedes decir ya llegué porque te pega la soberbia, y creo que estoy en proceso, cuando me muera otros dirán si lo logré. Todo lo demás es pasajero, no hay como amar más, tener humildad en un ambiente que es difícil encontrarlo, y no perder lo construido.
Siempre nos gusta hablar del estilo de los famosos, ¿cómo describirías el tuyo?
Es variable porque viajo muchísimo. Cuando eres productor y actor tienes varias etapas. Cuando hay promoción siempre estoy de traje y corbata, casual, elegante, porque represento a todo un equipo, pero si estoy en producción me gusta usar unos jeans y una gorra porque estoy en constante movimiento. Es variable, creo que soy ecléctico y camaleónico.
Cuando tienes vacaciones, ¿qué lugar prefieres?
Para mí el trabajo no es trabajo, es un estilo de vida en el que me convierto en el proyecto; todo el tiempo hablo del grupo y estoy muy agradecido con la vida; duermo poco, me gusta ser disciplinado porque si me la quitas me desordeno. A mí me gustan las reglas, las necesito para seguir una línea; básicamente me pongo a leer guiones. No he tenido vacaciones, esta promoción se vuelve parte de mis vacaciones, pero me gusta, concedo entrevistas, conozco gente interesantísima, me hospedo en hoteles bonitos, con un equipo profesional, y se vuelven vacaciones-trabajo-estilo de vida. Pero de pronto me gusta ir a la playa como el Caribe, me gusta meditar flotando en el mar, aprendes cuando hay silencio y se vienen ideas muy buenas. Tulum es de mis lugares favoritos.
¿En este momento no hay nadie que haya conquistado tu corazón?
No, estoy soltero. Sinceramente mi deseo de casarme siempre ha estado ahí, desde niño, más porque siempre tuve una familia unida y una madre que se desvivió por darnos todo; pero no ha sucedido, si llega quisiera estar preparado, siendo la mejor persona, porque cuando la conozca podré ser un buen esposo, un buen padre. Todo lo que se necesita para que un amor sea sólido no se hace de la noche a la mañana, en lo que llega yo trabajo en disciplinas como la lealtad, para cuando suceda dar mi vida entera.
¿Qué planes tienes para el resto del año?
Seguir con la gira; hay tres proyectos que tenemos y aún no están bien cocinados; además está mi fundación, se llama Let’s Be Heroes, que ayuda a niños en pobreza extrema, les damos alimentos, construimos casas; no estudian porque no tienen oportunidad, entonces rescatamos a un niño dándole una beca para que se integre a un sistema académico. Hemos ido a diferentes partes del mundo para ayudar a gente en pobreza, con 50 voluntarios; estoy sacando un documental sobre el último viaje que hicimos a Perú, donde se muestra este trabajo. Es un programa que le apuesta a la educación, no hay inversión más grande que la educación.
CUESTIÓN DE ESTILO
Platillo favorito: Chiles en nogada.
Música predilecta: Clásica (ya que “ayuda a entender las cosas”).
Cineasta favorito: Alejandro Gómez Monteverde.
Lugar favorito: “Estar con mi familia, no importa dónde”.
FRASES
“Estoy convencido de que el arte tiene el potencial de sanar las heridas y terminar las divisiones que se hacen en el mundo»
“Mi meta principal es convertirme en la mejor versión de mi persona; es un trabajo que termina hasta que mueres”
“Para mí el trabajo no es trabajo, es un estilo de vida…”